Faltan 328 días para la Copa del Mundo que se disputará en Brasil y donde justamente la final se jugará en el renovado Maracaná de Rio de Janeiro. Hoy se cumplen 63 años desde que Alcides Ghiggia silenció a uno de los estadios más famosos del mundo, algo que solo habían logrado el Papa Juan Pablo II y Frank Sinatra, como el mismo delantero uruguayo recuerda.
Uruguay festejó en Brasil como pocos, donde el país organizador había ganado casi todos los torneos que organizó: Copa América, antes Sudamericano, 1919, 1922 y 1949, en este último con un rotundo 7-0 ante Paraguay.
El próximo 12 de junio la pelota empezará a rodar empezará a rodar la pelota en San Pablo, donde el seleccionado dirigido por Felipe Scolari jugará el partido inaugural, pero para quedar en la historia no hay que ganar esa tarde, sino el 13 de julio en Rio de Janeiro, en el mismo estadio donde Uruguay hizo historia 64 años antes, el lugar donde debería estar Argentina, por obligación.
Los Cuartos de final ya los tenemos alquilados, no es un premio llegar a esta instancia en el Mundial. Se pueden jugar siete partidos y terminar saliendo cuartos, un puesto que no dejará al pie del chiste fácil. ¿Sabes cómo le dicen a Argentina?. –Hotel Alojamiento. Cuarto, cómodo y calentito-. No queremos esos. Necesitamos otra final, en la tierra de ellos en su cara y en su cancha, para silenciarlos con Messi como Uruguay con Ghiggia en 1950. Para que no pueden hablar más.
Los vecinos tienen miedo, no está confiados con que van a ganar su Mundial, el fantasma de Uruguay se hace más presente con el paso de los días, además llega Argentina, que le cueste a quien le cueste tiene al mejor jugador del mundo en las últimas cuatro temporadas.
Brasil aprendió con esa derrota en 1950, después fue Campeón del Mundo en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. La derrota fortaleció al triunfo. Aprendió perdiendo, pero esa marca no se borra más, porque fue en su casa cuando estaba todo listo para festejar, como el año que viene. Pero ahí estaremos nosotros, los argentinos.
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