Se terminó el mundial Sub-20 para Argentina, se terminó el ciclo de Walter Perazzo como entrenador de la Selección Sub-20 y se terminó la generación del 86’ como conductores de grupo. Un fracaso.
Perazzo llegó a la Sub-20 de la mano del flamante manager, Carlos Salvador Bilardo, su experiencia como técnico había sido casi nula, solo había dirigido algunos equipos del ascenso sin grandes logros, pero con eso alcanzó para llegar a ser ayudante de Sergio Batista y posteriormente entrenador del seleccionado.
Batista cuando hablaba pregonaba un fútbol hermoso, con juego asociado, y por lo menos cinco pases seguidos, nada de eso se vio, pero lo de Perazzo fue peor, mucho peor.
Perazzo ni siquiera pregonó el jugar mal, porque el equipo que él dirigió en el Mundial Sub-20 que se está disputando en Colombia jugaba horrible. Los medios más importantes del país admitieron que fue de lo peor que vieron en los últimos veinte años. No se pueden discutir a jugadores como Erik Lamela porque es un crack, ¿Pero a todo el resto?. Imagínense lo que es el fútbol argentino, que al mundial fueron ocho jugadores de equipos que habían descendido recientemente a la segunda división (Rodrigo Rey, German Pezzella,Leandro González Pirez, Roberto Pereyra y Ezequiel Cirigliano, de River; Lamela, hoy en la Roma; Alan Ruíz , de Gimnasia; Y Rodrigo Battaglia de Huracán).
La verdad es que Perazzo dio una muestra magistral de cómo está el fútbol argentino en todo ámbito, desde lo dirigencial, hasta lo futbolístico. El ayudante de Batista fracasó, igual o más que el propio Checho. Otro acierto de Carlos Salvador.
Cuando decimos fracaso no queremos ser drásticos, pero es una realidad, por el discurso que nos vendieron. El ganar como sea. Salir segundo no sirve. No importa como se juegue mientras se cumpla el objetivo. En los futbolístico, en el dialogo, en la sanata, en el proyecto, se fracasó en todo.
Ojo, ni Perazzo, ni Diego Maradona, ni Batista, ni Héctor Enrique, ni Oscar Garré, ni José Luis Brown tienen la culpa, muchos menos Bilardo, ni hablar de Humbertito Grondona, y Oscar Ruggeri que no estaba pero estaba, todo esto es culpa del presidente de la AFA, de Julio Humberto Grondona.
El señor del anillo les dio poder a todos estos entrenadores, que de antemano sabíamos que eran malos, si malos.
¿Qué culpa tiene Batista de haber sido el único técnico en años que no clasificó al Sub-20 al Mundial y que después lo llamen para dirigir a la Selección? ¿Es culpable realmente o es víctima de esta mafia?. Un premio fantástico le dieron.
¿Qué culpa tiene Maradona de que los jugadores le hagan la cama a Alfio Basile y que Grondona lo nombre a él como entrenador?, teniendo en cuenta la conducta del mejor jugador de la historia.
¿Qué culpa tiene Garré de haber dirigido infinidad de equipos de mitad de tabla y después haber terminado dirigiendo la Sub-17?. Garré fue un buen lateral por izquierda, que tuvo el honor de jugar con Maradona en el mismo equipo y así fue campeón del mundo. Un agradecido a Diego, nada más que eso.
Vamos por más. ¿Qué culpa tienen Brown y Enrique?, estos dos si que quedaron en el medio, en el medio de dos tipos soberbios, sin autocrítica, como lo son Batista y Maradona. Los ex técnicos no aceptaban ningún tipo de planteo, ambos fracasaron con el mejor jugador del mundo en el plantel, con Lionel Messi.
¿Oscar Ruggeri tiene culpa?. Ruggeri más que culpa tiene suerte, la suerte de que Grondona no lo haya dejado entrar al predio de AFA. Imagínense lo que hubiera sido. Faltaba Fantino y estaban todos.
¿Bilardo tiene la culpa de que Grondona le haya inventado un puesto para él y que tres años después se haya arrepentido y ahora lo mande atrás de un escritorio?. A Bilardo se lo puede culpar de las decisiones que tomó como “Manager”, todavía no sabemos cuales, pero como supuestamente intervenía en algo, lo culpamos igual.
A la generación del 86´ les decimos gracias desde Rock ‘N Ball, muchas gracias por haber sido campeones del mundo hace 25 años, pero nada más que eso. Pasaron 25 años, tuvieron su oportunidad, no la supieron aprovechar. Algunos cumplieron su ciclo, y están para el retiro, otros decidieron esconderse en Arabia, alguno están en su casa tomando mate, pero ninguno está con la conciencia tranquila de haber cumplido, por lo menos, un objetivo.
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