Ganó Gimnasia y se puede sonreír, ilusionarse y animarse a llorar, porque eso también es de hombres. Otra vez Lucas Licht, con la misma displicencia con la que pateó el penal en Junín, como con Banfield o el fin de semana pasado contra los jujeños. El Lobo volvió a ganar con un gol de penal y por primera vez en la temporada un arbitraje fue determinante a favor del equipo dirigido por Pedro Troglio. Llegó en buena hora, tantos años en contra, alguna vez los regalos tenían que llegar.
De los once titulares, al que siempre le caí fue a Licht. Ayer en Mar del Plata volvió a demostrar porque es el capitán, el preferido del técnico, el que patea lo penales. Después de lo que erró con Sarmiento, cualquier futbolista hubiera elegido empezar a asegurar siempre. ¿Qué es asegurar?. Penal bien pateado es gol. Ese penal errado en Junín terminó siendo una derrota, llegaron más penales y los siguió ejecutando el lateral: todos fueron gol, los siguió pateando igual. Licht no juega en Gimnasia para conformarme a mí, sino para ascender. Lucas hace los goles, el Lobo gana y todos juntos estamos cada vez más cerca del ascenso.
Ferro nos hizo doler la cabeza hace 15 días, hoy todos somos hinchas del Verde, porque si mañana le roba un punto a Sarmiento y Gimnasia gana en Córdoba, el equipo platense asciende. Tu equipo, mi equipo, el de las manos del Mono, las proyecciones de Oreja, los cabezazos de Pucho, la experiencia de Blengio y la personalidad de Licht. El martes puede ascender el equipo de la pelada de Mussis, la garra de Pouso, las gambetas del Caco y la claridad de Nacho. Si se dan un par de resultados, estaríamos diciendo que en 10 días vuelve a Primera la claridad de Pereyra y el heroísmo de Niell. El Expreso de Pedro Troglio está cada vez más cerca.
Diez mil Triperos se fueron a Mar del Plata. 400 kilómetros de fiesta por la Ruta 2 desde La Plata hasta la feliz. Banderazo en el Hotel Provincial. Caravana hasta el José María Minella. Una fiesta azul y blanca de dos horas en el estadio. Noche de permitidos en la ciudad balnearia. Y vuelta a casa. Locura, descontrol y alegría. Fiesta. Carnaval. Gimnasia.
El Lobo ya no es el mismo que aplastaba a los rivales en el comienzo de la segunda rueda, ya no merece como antes. La desesperación, las ganas de que los partidos terminen ya, le juegan en contra a este equipo que después de perder dos partidos seguidos empezó a temblar, pero que supo ganar los dos siguientes. Ahora hay que viajar a Córdoba, contra Instituto, un rival que desde los números no está a la altura del equipo de Troglio. La Gloria va a jugar para salvar el año, Gimnasia para ascender. Se viene una movilización histórica un día laboral. Ya no importa más nada, el Pueblo Tripero va por el Cordobazo. El trabajo, la familia, las responsabilidades quedan en segundo plano. Hoy lo importante es Gimnasia. Nada más.
Quedan cuatro partidos, quizás uno, tal vez dos. El Lobo puede ascender en Córdoba si Sarmiento no gana, o puede hacerlo en el Bosque contra Central en dos semanas. Como dije la semana pasada. Anotá, Tripero. El fin de semana del 3 de junio, el Lobo recibe a los rosarinos en el Bosque. Esa tarde, podemos ascender. Un festejo doble, la tarde en que cumplimos 126 años. Falta menos. Gimnasia va a volver.
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