El fenómeno de la fiesta Bresh, popular encuentro entre amigos, traspasó las paredes de Niceto Club en el barrio porteño de Palermo y terminó copando desde Mar del Plata -en pleno enero- hasta Córdoba y Santa Fe.
Hoy nos deleita sábado a sábado y, desde que arrancó la cuarentena, con un vivo de más de 50 mil personas bailando desde sus casas al compás de unas buenas cumbias.
Pero, ¿qué sería de una jodita virtual sin la conexión de sus seguidores a distancia? La realidad es que detrás de un simple par de pibes que con consola hacen vibrar a una generación, están muchas personas de distintos lugares del mundo coincidiendo en horarios solo para tomarse unas cervezas a distancia, meneando desde sus livings o simplemente charlando mediante un zoom con reguetones de fondo.
La cita de la Bresh en casita, como sus creadores le llaman, es en la madrugada del fin de semana, durante unas cuatro o cinco horas de música ininterrumpida, donde desde hace 30 días cualquiera de los encuentros por streaming le permiten a los jóvenes intercambiar conversaciones, anhelar momentos de cuando se salía y volvías medio entonado a tu casa y donde surge la parte feliz dentro de la vorágine del aislamiento obligatorio: que extrañar no sea una sensación de desaliento y se convierta en esperanza para cuando el mundo vuelva a la normalidad.
La cuarentena por el Covid-19 tiene aislados a casi todos los países del mundo, por decreto nacional lo único que podemos es conectarnos detrás de una pantalla. El sin fin de historias que reúne cada casa en cada noche es lo que impulsa a la locura del universo Bresh, deleitando al mundo milenial y centenial con un boliche en vivo.
¿No dicen que una revolución sin baile no vale la pena? Acá tenes 2 en 1.
Poco importa el nombre de la fiesta si no qué y cómo te permite comunicar. De modo que formar parte de un vivo escuchando algunas canciones que te lleven a viejos tiempos adolescentes, no es más que una excusa para sentirte lo más cerca y abrazado que se pueda de tus afectos, considerando que en la cotidianidad del día a día todo es más abrumador, estresante y complicado.
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