La fórmula McCartney-Wonder, que funcionó a la perfección allá por 1982 cuando grabaron la célebre Ebony and Ivory –en nuestros pagos traducida como Ébano y marfil-, se repite ahora en el nuevo disco del beatle Kisses on the bottom (Besos en el culo –sí, más de un pacato se escandalizó-), con Only our hearts.
Mientras que con su primera colaboración los músicos no trabajaron efectivamente juntos en el estudio a raíz de problemas de horarios, esta vez la experiencia fue conjunta en su totalidad: “Stevie vino al estudio en Los Ángeles, escuchó el track durante unos diez minutos y en seguida lo captó. Fue directo hacia el micrófono y en veinte minutos ya tenía ese solo explosivo.”, elogió el inglés.
En su décimo quinto disco de estudio, que estará en venta a partir del 7 de Febrero, Paul se dedicó a versionar las canciones que lo marcaron a lo largo de su vida, como Bye bye blackbird de Ray Henderson y Mort Dixon, The Glory of love de Billy Hill y More I cannot wish you de Frank Loesser.
De las 14 canciones que incluye el álbum, solo dos son originales McCartney: Only our hearts y My Valentine –primer corte del cd-, para cuya grabación el convocado fue nada menos que su paisano Clapton. No hace falta aclarar, la combinación resulta exquisita.
En total, el disco posiblemente tenga un tinte jazzero importante, ya que el productor fue Tommy LiPuma, quien trabajó anteriormente con grandes artistas del género como Miles Davis. A la grabación además se sumó la banda de la jazzista canadiense Diana Krall y el célebre contrabajista estadounidense, también de jazz, John Clayton.
Según el propio Paul, “Éste es un álbum muy tierno, muy íntimo. Éste es un álbum para escuchar en casa, después del trabajo, con una copa de vino o una taza de té” (versión local, con una cervecita bien fría o unos buenos mates).
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