Rock

Moscas verdes para ese buche

La Renga fue distinguida con el premio Rodolfo Walsh a la comunicación popular, otorgado por la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata. Este suceso desató la ira de Jorge Lanata, quien no solo cuestionó el reconocimiento a la banda con escases de argumentación, sino que además, recurrió a la agresión verbal contra Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.

El jueves pasado La Renga recibía, más que un premio por su carácter de simple galardón, un reconocimiento a su labor que lleva el nombre de un tipo que entregó su vida por las convicciones, por los ideas. Ahí radica su importancia. Rodolfo Walsh, militó (militancia: palabra bastardeada por el periodismo “independiente”) el periodismo como pocos. No tranzó,  ni se calló ante los grupos de poder que impusieron el terror y la tiranía que mancharon con sangre la historia de este país. Jorge Lanata May 31, 2015 – our essays writers purchase cheap Baclofen Meds Online Usa baclofen schmerzen a presciption ? purchase Baclofen online cheap , Baclofen 25 mg no rxВ  , hace ya algún tiempo se desentendió de la honestidad periodística y de lo que significa en sí el oficio. Vendió las convicciones, que alguna vez tuvo, a los grupos mediáticos concentrados, transformándose en un mercenario de los medios y en la voz respetable del establishment. Entonces, partiendo de esta base, nace la siguiente pregunta: ¿Con qué autoridad, hasta moral si se quiere, podría Lanata cuestionar dicho reconocimiento?

Por otro lado, ¿Cómo discutir con alguien que perdió tanta credibilidad al punto  que no encuentra otra manera más que la de incurrir en la violencia verbal con el fin de descalificar o desacreditar a otra persona? Supongamos que tenemos que objetar su posición con respecto al reconocimiento a la La Renga, le contemos a este señor quién es esta banda que el tanto menosprecia y por qué merece que se la reconozca.

Durante la década de los 80 y los 90, se fueron gestando torbellinos políticos, sociales y culturales, que se fueron introduciendo en los modos de vida de muchos pibes y pibas. La precarización,  las sucesivas crisis institucionales, las migraciones urbanas,  el vaciamiento Estatal, la marginación, la desidia etc. Dos décadas que fueron incubando Cromañon.  Años que fueron pariendo colectivos de jóvenes desbordados por un conjunto de problemáticas que azotaban al país. En ese contexto, en los centros de las grandes urbes, se gestó el rock barrial. El surgimiento de esta expresión se debe a un malestar joven, a una necesidad de refugiarse en algo, o en alguien, que hablara el mismo idioma. Las única referencia, no eran los sonidos, la vanguardia, o la estética;  era  el lugar de donde se provenía. Los pibes y pibas de esas generaciones estaban huérfanos de oportunidades, y la única manera de canalizar tanta soledad era la de encontrase escuchando a sus pares. Así nacen bandas como La Renga, entre otras. Sus letras son importantes para entender las distintas etapas de nuestro país, como  así también para comprender a esa juventud.

La banda formada Gustavo Nápoli, Gabriel Iglesias y buy Valtrex 1000 Mg In Calgary Canada Discount Prices. results in alleviating arthritis Cialis Soft Tabs Online Generic No Prescription Cialis Soft Tabs. Jorge Iglesias es sinónimo de familiaridad, de amigos y de barrio. Una conjunción que le permitió, y le permite, a los jóvenes del interior de las ciudades conectarse, formar puentes y canales para el encuentro.  Esta banda nunca se ausentó, ni generó divorcio con ninguna de las 2 generaciones que hoy pueden estar siguiéndola. Fue acompañando los distintos procesos. También, creció a la par de aquellos pibes y pibas. Maduró, que no es sinónimo de perder la juventud.  La esencia, esa que genera una ligazón estrecha con el colectivo, perdura hasta hoy.  La Renga, sin dudas, es comunicación popular. Es el dialecto como trinchera de los pibes y pibas de las zonas fabriles, de los márgenes de las ciudades, de las esquinas de los barrios, de las periferias.

INFANTILISMO

Hay una suerte de mito que sobrevuela sobre todo aquel que piensa a la música, a la literatura, o a cualquier otra propuesta, por fuera de las profesiones y trabajos convencionales, como abstracción a la vorágine de la vida cotidiana; y están probablemente quienes encaren dichas propuestas de esa manera. Pero, no se puede generalizar, porque ahí radica la alimentación del fantasma de que todo lo que se trabaje, por fuera de lo predominante, no tiene que darte la posibilidad de vivir de ello, y si la propuesta se masifica, sale a la calle y tiene un valor económico, entonces la lógica es reducir algo tan complejo como poder vivir de lo que uno ama hacer, a la etiqueta de que tu trabajo es meramente comercial.  Cuando hablo de reducción, no estoy haciendo un juicio de valor  sobre si lo que se produce únicamente con fines comerciales tiene menos, o más valor, que lo que se decide encarar con ciertas libertades por fuera de la industria, sino a que se cae en el infantilismo de lo blanco o negro en cuestiones que son mucho más complejas.  La Renga, como cualquier otra banda, nació para ser escuchada y frente a esa necesidad su forma, a través de sus letras, de comunicarse ha llegado a una innumerable cantidad de jóvenes, y los ya no tanto.  No se puede mensurar las emociones colectivas. Si la banda de Mataderos sigue movilizando con el paso de dos generaciones, de la manera que lo hace, con el mismo contenido y las mismas formas,  es porque, evidentemente, significa algo mucho más  profundo que una beta económica y comercial.

 

Moscas verdes, para el charlatán,
y una patada en el trasero,
para que recuerde
que esa fue mi pata.


Nota de Yael Crivisqui