Rock

La banda más maldita de los 80′ (o la parábola existencial de Los Pillos)

Te contamos la historia de la banda que supo ser emblema de una década y su misterioso final.

Una banda que supo mezclar el pop, el hippismo y el hardcore, con una imagen totalmente descontextualizada dentro de lo que fue la Argentina de los 80′, era definitivamente una rara avis dentro de la música denominada “moderna”. Su mix de post punk, amor a Morrissey, Spinetta y letras lejanas a los mensajes típicos del punk contestatario dieron a luz un cóctel inclasificable, que pretendió categorizarse desde afuera como “post punk rural” o “folklore dark”.

Como en la mayoría de las historia de la música del país, los futuros integrantes de Los Pillos se conocieron en el colegio. Más precisamente en el Nacional de Martínez, el día de la primavera de 1982. En esa fecha, una banda denominada Los Marginados debutaba sobre las tablas. Hernán Bazzano (guitarra) y Martín Aloé (bajo), compañeros de escuela, habían formado el grupo junto al baterista Fernando Ricciardi, quien luego sería parte fundamental de la historia de Los Fabulosos Cadillacs.

Al terminarse abruptamente el show, debido a la poca tolerancia de la directora de la institución, los músicos marcharon a la casa de Pablo Esau, donde ensayaba una banda llamada Control en la que Aloé entraría al poco tiempo.  Precisamente Esau fue quien decidió armar Los Pillos a mediados de 1984, luego de irse de Control junto con Aloé.

La primera formación de la banda incluía a Esau junto a un guitarrista llamado Pablo Segheso y una bajista apodada Luisa Lane (en verdad se llamaba Lucía). Luego de la partida de esta última, su lugar fue ocupado por Javier Martina, con quien se presentaron en diciembre de 1984 en San Telmo en un local llamado La Segunda, junto a los proto skinheads Comando Suicida (donde aún militaba el ex guitarrista de Los Violadores, Pedro Braun, más conocido como Hari B) y Los Jóvenes Transmutados, donde Adrián Yanzón se encargaba de las voces. Allí entonces, Los Pillos conocieron a quien finalmente sería su cantante.

El ingreso de Yanzón les dio otro aire a las letras, que pasaron a tener un tono más poético. Adrián traería consigo a Saúl Nieto Díaz de Vivar, que reemplazaría a Segheso en las 6 cuerdas. Finalmente, Martina también se va e ingresa Martín Aloé en su reemplazo. Así quedaría firme la formación conocida como Los Pillos, quienes ensayaban en Avellaneda en una fábrica de muebles propiedad de la familia Esau, ubicada frente al estadio de Racing. Allí ocasionalmente se les sumaba Sergio Rotman (futuro integrante de Los Fabulosos Cadillacs), quien con su saxo teñía de oscuridad las canciones del cuarteto.

Para inicios de 1986, Javier Calamaro, que en ese entonces militaba en El Corte (otra banda oscura de la época), descubre a Los Pillos en un recital en el Stud Free Pub de Belgrano y decide tentarlos para grabar. Durante agosto de ese año, “Viajar lejos” empezó a tomar forma, aunque sin Saúl, que pocos días antes de entrar al estudio avisó que ya no sería de la partida. En su puesto, ingresa Alejandro Fiori, que en ese entonces estaba en Los Encargados junto a Daniel Melero. Ya en estudios Moebio, la relación entre la banda y el menor de los Calamaro no fue la mejor. Los Pillos ya no eran una banda dark, estaban en un viaje dentro del rock nacional más referido a los años setentas.

Tres meses después de la grabación del disco, Los Pillos tuvieron la suerte de oficiar de soportes de Siouxsie and The Banshees en el Estadio Obras. Aunque el show fue corto (media hora, 5 canciones), las buenas críticas recibidas hicieron fuerza para que Berlín Records se decidiera a sacar a la luz el disco. El clima interno no era el mejor, se notaban ya pequeños roces entre Yanzón y Esau, pero quien termina dejando la banda es Fiori.

Después de un año de grabar “Viajar lejos”, la banda ya tenía material para un segundo disco. Esta vez los temas se orientaban al rock nacional y no tanto al post punk, aunque ciertas influencias iniciales seguían en pie. En la fábrica de muebles de los Esau y con ayuda de Fiori, empezaron a grabar lo que sería “Nómades”, su nuevo proyecto.

La frustrada edición del nuevo disco, la salida de Fiori, la falta de éxito comercial y el contexto socio económico del país atentaron contra la salud de la banda, que luego de presentarse por ultima vez en septiembre de 1988 en Medio Mundo Varieté, decide que la suerte estaba echada: Los Pillos ya eran historia.

En 1990, Pablo Esau y su novia Mónica Vidal desaparecieron en la selva boliviana luego de tomar una avioneta con destino a Brasil, sin que se supiera más de ellos hasta la fecha. Ese fue el verdadero final del mesías de Los Pillos.