Un día como hoy, pero hace 30 años, el guitarrista de Nirvana, Kurt Cobain, decidió terminar con su vida con un disparo de escopeta y pasó a formar parte del llamado “Club de los 27”. Muchos atribuyen su muerte a la fama o al daño que le pudo haber causado el ser tan popular.
Pero lo de Cobain iba más allá. Además del daño que le había hecho la fama, sufría una profunda depresión provocada por problemas de salud. Desde pequeño sufrió bronquitis crónica, laringitis severa, escoliosis (desviación de la espina dorsal) y, sobre todo problemas gastrointestinales que nunca fueron diagnosticados correctamente. No es un secreto que el carismático líder de Nirvana vomitaba con frecuencia sangre, bilis y alimentos. Especialmente, cuando estaba nervioso.
Así fue entonces que el 5 de abril de 1994 finalizó con cualquier tipo de sufrimiento poniéndole fin a su vida. El cuerpo fue encontrado días después por un electricista que, paradójicamente , iba a instalar un sistema de seguridad en su casa de Madrona, en Seattle.
Junto a él había un video juego, unos peluches y varias cintas de cassette, entre ellas “In Utero” ( 1993), el álbum de Nirvana que él quería titular “I hate myself and want to die” (Me odio y quiero morir). También había una carta, que incluía un mensaje para su pareja, Courtney Love: “Por favor, Courtney, sigue adelante. Por Frances (su hija). Por su vida, que va a ser mucho más feliz sin mí. Los quiero ¡Los quiero!”.
El comunicado
El comunicado de la oficina del forense decía: “La autopsia ha revelado que Cobain murió de una herida de escopeta en la cabeza; de momento todo indica que se trata de una lesión autoinfligida”. Luego se supo que el médico que realizó la autopsia, Nikolas Hartshorne, encontró tanta heroína en la sangre que si no hubiera sido con la escopeta, habría sido una sobredosis. Se situó la muerte en el 5 de abril, pero en realidad podía haber sucedido un día antes o después.
Kurt Cobain tenía 27 años cuando murió y estaba en la cima de su carrera. A principios de los noventa elevó a los altares una nueva forma de rock con el último movimiento que cambió el mundo como fue el “grunge”.
Con su suicidio cumplió una de sus profecías, cuando dijo: “Pienso que la juventud solo dura hasta los 27, a partir de ese momento junto a la juventud se va la vida también”. Una de tantas frases que dejó para el recuerdo, como “Prefiero que la gente me odie por ser quien soy a que me ame por lo que no soy”, “Nadie muere virgen… La vida nos jode a todos”, “Ellos se ríen de mí por ser diferente, yo me río de todos por ser iguales” o la mítica “Es mejor quemarse que apagarse lentamente”. Y a la posteridad pasará el himno generacional “Smell Like Teen Spirit”.
Foto portada nota: Nora Lezano. Todos los derechos reservados.
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