Corrían los primeros meses de la década del 90. El gobierno avanzaba en la privatización de ENTel y Aerolíneas Argentinas con un dólar que costaba 1600 australes. Las Fuerzas Armadas alistaban las dos fragatas que enviarían a la Guerra del Golfo, mientras los medios hablaban la separación de Carlos y Zulema Menem cuando la primera dama abandonaba la quinta de Olivos.
En el plano musical, Soda Stereo lanzó “Canción Animal“, Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota reventaron el Estadio Obras Sanitarias en el marco del “Bang! Bang! Tour”, y Charly Garcia estrenaba “Filosofía Barata y Zapatos de Goma”. En este contexto irrumpió un grupo de músicos sub-20 que chocó con la fama de manera violenta y estrepitosa. El 2 de septiembre de 1990, Attaque 77 da a conocer “El Cielo Puede Esperar“, el álbum que cambió por completo la historia de la banda.
La banda había sufrido, por aquel entonces, algunos cambios en la formación. Federico Pertusi abandonó el grupo y su hermano Ciro, que hasta entonces era el bajista, asumía como la voz principal. El bajo, en tanto, pasó a manos de Adrián “Chino” Vera para, junto a Leo De Cecco y Mariano Martínez, conformar el cuarteto definitivo para su segundo álbum de estudio. A diferencia de “Dulce Navidad”, donde la producción estuvo a cargo del ex Riff Michel Peyronel, Attaque volvió a confiar en Juanchi Baleiron, con quien ya habían trabajado en las dos pistas que formaron parte del emblemático compilado punk “Invasión 88”, y se metieron en Estudios Aguilar. Fue alrededor de un mes de trabajo para sacar un LP de diez canciones que hoy forman parte de la cultura popular argentina. Con canciones como “Espadas y Serpientes”, “Vuelve a Casa” y “Donde Las Águilas se Atreven” se formó una producción de 34 minutos de punk ramonero que cautivó la escena del rock nacional.
El éxito fue rotundo: 400 mil copias vendidas, popularidad y difusión inmediata, y un aumento significativo del público en los recitales. La presentación sería nada menos que en un Obras Sanitarias colmado. Todo alrededor del disco colaboró al boom que generó una banda de jóvenes de entre 17 y 22 años que se encontraron de repente con la fama. “En definitiva, a nosotros también (el álbum) nos salvó la vida, nos sacó de la calle, nos dio todo”, reflexionaba Mariano Martínez en una entrevista con Clarín en 2015. Por su parte, Leo de Cecco también recordaba la producción del disco: “Eran canciones que veníamos ensayando luego de la grabación de nuestro primer disco. El material le fuimos dando vida entre 1989 y 1990. Luego entramos a los estudios Aguilar a registrarlo y terminamos de darle forma a los temas”, comentó en dialogo con La Viola.
EL FENOMENO ‘HACELO POR MÍ’
La octava pista del LP jugó un rol clave en la difusión y popularidad de esta producción, y fue el guitarrista de Los Pericos quien vio el diamante en bruto que tenían entre sus manos. “Fue Juanchi quien le dio un tratamiento especial durante la producción. Le tenía fe. Nosotros no la elegimos como corte y fue el tercero que salió. Es una canción que eligió la gente. En esa época llamaban a las radios y la pedían”, comentó Leo de Cecco en La Viola.
Por otro lado, Baleirón recuerda la producción de la canción: “Grabé algunas guitarras y Diego Blanco (Los Pericos) tocó los teclados. Es el tema con más instrumentación. Recuerdo que le metimos pandereta. Al final terminó superando al disco y hasta a la banda. No tiene estribillo ni un desarrollo de un hit. Es una canción que tiene una buena letra y que de golpe dice ‘hacelo por mí’. La gente se enamoró rápidamente. Un amor barrial tan bien escrita por Ciro. Tengo muy lindos recuerdos de aquellos años y tengo un gran aprecio por ellos”.
La popularidad de la canción es innegable. “Hacelo por Mí” sonaba las 24hs en todas las radios del país. Además, le dio el nombre y fue cortina del programa conducido por Mario Pergolini entre 1991 y 1993. Por otra parte, fue elegido para ocupar el puesto n°45 del ranking de las canciones más representativas del rock nacional, presentado en 2002 por la revista Rolling Stone junto con MTV.
Sin embargo, los músicos empezaron a ser azotados por la cara menos agradable de la fama, y la banda terminó enemistada con su propia canción. “Nosotros queríamos mostrar un montón de otras cosas y nos pedían el mismo tema. Por eso en un momento lo dejamos de tocar y los años que vinieron después fueron más oscuros, nos endurecimos un montón y nos alejamos de nuestra búsqueda natural”, reflexionaba Mariano en una entrevista con Clarín en 2015.
Con el éxito de “El Cielo Puede Esperar”, Attaque 77 marcó el rumbo para muchas bandas under. La llegada de la banda a las grandes ligas fue tomada como una conquista de quienes vienen de sectores humildes de la sociedad, demostrando que se podía llegar. El punk tomó una fuerza desconocida hasta el momento y amplió el abanico de variantes del rock nacional argentino. Attaque cumplió con la promesa inscripta en su grito de libertad: “Podrán pasar mil años, verás muchos caer, pero si nos juntamos no nos van a detener”. 30 años después, siguen sin detenerse, y parece que nada puede hacerlo.
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