Escena 1: Antes de salir de joda, el influencer y ex participante del circo Tinelli, Santi Maratea, dice que no puede dormir por lo de Corrientes y propone hacer una colecta. “Mi plan era salir y ponerme en pedo, pero se está quemando todo”, anunció Maratea en la primera storie, que dió el puntapié incial.
La idea es juntar 15 millones de pesos, con opciones de donación que arrancan en $60 y van hasta los $1200. Todo a través de Mercado Pago. En una de sus primeras historias, Santi dice que con algo más de $5.000.000, se podía solucionar la urgencia inmediata.
Escena 2: 20 horas después, Maratea hace un vivo de Instagram -su metié- en el momento exacto en que lo recaudado sube a $100 millones de pesos. Ahora mismo, cuando se escribe este artículo, ya la cuenta da algo más de $111 millones (la última actualización fue hace 10 horas aproximadante). Con ese dinero, Maratea no sólo podrá comprar los insumos para hacerle frente al fuego, sino que también se embarcó en la compra de, al menos, 4 camionetas para los distintos cuarteles de bomberos de la zona. Todo, en menos de un día.
¿Cómo se explica?
El influencer utilizó, precisamente, su influencia para ayudar a los demás. Pero no es Robin Hood, ni nada de eso. Detesta que a lo que él hace lo llamen “caridad”, dice que no es así. “No es caridad lo que hago“, se lee en cinta, apenas uno entra al dominio: santimaratea.com. Pero sí es una ayuda. Sí, de hecho, es el primer acto de ayuda concreta que recibe -recibirá- Corrientes en estos días, pero no es el único de él. En este perfil de Anfibia, queda mucho más claro.
Mientras tanto, el Gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, reelecto por amplio margen, tampoco dio muestra de ser buen piloto de tormentas. El Gobierno nacional mostró menos reflejos que Alberto Fernández para tirarse a atajar un penal en la playa. Mientras, la tierra se quema, los animales se mueren y la lucha se hace cuesta arriba. Todo arde.
La gente brinda una lucha emocionante y desesperante contra el fuego, cara a cara. Los animales, que no pueden luchar, huyen despavoridos o mueren en el intento. Las imágenes son dantescas, la lucha parece ser titánica y muy desigual. El 10% de Corrientes está bajo fuego o, directamente, ya no está más.
Las llamas arrasaron los departamentos de Concepción, San Miguel, Curuzú Cuatiá, Ituzaingó, Santo Tomé, Loreto, Virasoro y San Martín, quemando unas 800 mil hectáreas, según los cálculos. Las estimaciones oficiales de última hora hablan de pérdidas que oscilarán entre los $26.000 y $30.000 millones, con los sectores yerbateros y del cultivo del arroz como principales afectados. Es una tragedia, en la que convivieron los incendios forestales y la tremenda sequía que azota la región.
Lo de Santi Maratea emociona y dan ganas de colaborar -de hecho, este periodista lo hizo- pero también da bronca. Da bronca que sea el frívolo Maratea, una estampita palermitana en tiempos de Instagram, la única respuesta cierta que tiene a mano Corrientes. La única respuesta, en definitiva. Eso o la lluvia…
Mientras los Gobiernos -provincial, nacional- se pasan la pelota y la oposición pone cara de circunstancia y tuits alusivos, cargando las tintas contra un Alberto Fernández que, por momentos, parece estar en medio del humo que se generó en el Litoral, perdido, sin saber para dónde ir. Tibio para propios, frío para ajenos. Escaso poder de decisión, de pegar un golpe sobre la mesa, para anteponer la ayuda a la Provincia por sobre todas las cosas. La resultante es un estado ausente o con ayudas tardías. El “paquete” de medidas que anunciarán desde Casa Rosada parece haber llegado tarde y será una ayuda, en todo caso, para recomponer la situación. En lo inmediato, el Estado no tuvo inmediatez.
Maratea dice sentirse “emocionado” y que no entiende “lo que pasa” y la verdad, es un caso de estudio. Como él, con su teléfono y su carisma -innegable, eso sí- logra ser el vehículo para que cientos de miles de argentinos depositen lo poco que pueden poner para ayudar a otros compatriotas en desgracia. ¿Si al colecta la hubiese impulsado la Casa Rosada hubiese tenido el mismo éxito? Difícil.
Santi Maratea también actúa desde la impunidad de no ser nadie, ni deberle nada a nadie. Nadie lo votó para que haga esto. Nadie lo eligió y, a la vez, todos lo eligen. Pero algo es cierto: no hay un gesto político en darle plata a Maratea y sumar a la colecta. Él cierra la grieta. En cambio, si la colecta es impulsada por algún espacio, aportar es, también, una cuestión pol´ítica. Y ahí, nadie se peina para la foto. En cambio, donarle dinero a Maratea no conlleva daño alguno. Cero.
Duele que desde el Gobierno que vive en Balcarce 50, ni el otro que es el provincial, la respuesta no haya sido ninguna. Al menos, ninguna a la altura del conflicto. El hecho que un influencer haya recaudado 100 millones de pesos en menos de 1 día, deja expuesto el accionar -no accionar, en realidad- de todos los actores políticos que en este asunto tienen que levantar la mano y hundir las manos en la mierda o en la tierra ardiente.
Mientras tanto, los correntinos sólo tienen como respuesta inmediata la acción directa y certera de la comunidad de seguidores de Maratea y de todos los que canalizaron por ahí sus ganas de dar una mano, pequeña, ínfima, pero una mano al fin. Es eso…o la lluvia.
Si querés sumar tu granito de arena en la colecta, acá tenés dónde hacerlo
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