La inspiración para escribir esta nota salió de una imagen que hace poco estuvo circulando en Internet que generó más de una polémica, donde se comparaba al “Chano” Moreno Charpentier –cantante de Tan Biónica– con Carlos “El Indio” Solari – ex-cantante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Pero antes de que todos los defensores del Indio y todos los detractores de Tan Biónica llenen la barra de comentarios defendiendo a capa y espada a su héroe, voy a aclarar algo. No me interesa, ni un poco, ahondar en cuestiones comparativas sobre quién es mejor, quién es peor, quién hizo más, quién menos –al fin y al cabo en el fondo sabemos la respuesta.
Esta nota pretende ir un poco más allá. Quisiera recabar en la mayoría de las críticas que se le hacen al Indio Solari a partir de su conducta, y ver más o menos en qué se basan, o por qué se dicen.
Lo critican por estar recluido en su casa de Parque Leloir, sin atender a la prensa y con una buena suma de plata en su haber. Es a partir de acá que se empieza a ver cómo la relación público-artista comienza a tener efectos nocivos, porque la mayoría de la gente parece no entender que un artista no es un títere que simplemente hace lo que uno quiere y sino no vale como tal. Un personaje que ha dedicado su vida al arte no me parece que tenga que deberle nada a nadie -¿el Indio Solari tiene que demostrarle algo a alguien?-, pero el general parece no querer que esta persona se salga de lo que el oyente quiera, y lo critica por no seguir los pasos que desea.
Lamentablemente no es el único caso, a Charly (García) aún le siguen pegando por épocas pasadas donde no conformaba a su público. El Indio no está obligado a dar entrevistas y creo que tiene todo el derecho del mundo a reposar en la tranquilidad de su casa con su familia como bien se lo ha ganado. Si el público está acostumbrado a ¿artistas? que hacen de su vida un espectáculo público mostrando hasta la última gota las cosas que hacen, no es su culpa.
La prensa tampoco lo ha tratado muy bien que digamos últimamente. No olvidemos las quejas del cantante para/con la revista Orsai respecto a sus últimos dichos; y mejor no recordar cuando la revista Forbes publicó que su fortuna estaba tazada en ¡13 millones de dólares! Cómo le habrá afectado que él mismo tuvo que salir a desmentirlo alegando –correctamente- que afectaba a su persona y a su familia. Me pregunto yo a quién le gustará que anden hurgando en su alcancía, y más aún publicar algo que no es cierto.
Pero, pensándolo un minuto, vos ¿estás obligado a comprar sus discos? No. ¿Estás obligado a ir a sus recitales o a otro espectáculo, pongamos –por caso- un partido de fútbol? No, a menos que estés contratado para tal. Entonces ¿por qué esperar que este tenga que hacer lo que querés? Si al músico no lo escuchan se muere de hambre, si lo vas a ver porque te gusta lo que hace y pagás por eso, me parece un trato justo.
Otro tema, justamente, es el de los recitales. Le reprochan que sean muy salteados y escasos. Para aquellos que no estén demasiado internados en el tema, les comento que organizar un recital es algo harto difícil, y más aun si se lo hace de forma independiente, tal y como el Indio ha hecho de forma irreprochable todos estos años. En otras palabras, ¿Quién junta, hoy en día, en Argentina, cerca de cien mil personas cada vez que hace algo? Poquísimos, contados con los dedos de una mano. Desafío a cualquiera a cargarse la organización de semejante monstruo.
Para ser sincero, me gusta en un punto no entender ciertas letras de Solari. Porque siento que no me trata como la gilada. Puede ser que no entienda su poesía, pero eso me genera intriga y eso ya es algo. Prefiero que me tire una letrística abierta a la interpretación personal con un mensaje que pueda entender a mi manera antes que me mande una letra de mierda que no me llame a nada. Pero ¡ojo! No por tener metáforas, parábolas o imágenes una letra es mejor, sino por lo que te genere adentro. Se puede tirar el mensaje lo más directo posible, pero en tanto pegue como para movilizar el bocho, siempre tendrá su valor –y si no pregúntenle a Pappo.
Otro tema calentito –que juega el papel de talón de Aquiles para Los Redondos – es el caso de Walter Bulacio. Alguna vez leí un comentario muy, muy estúpido que decía “Cada vez que el Indio Solari habla con la prensa, Walter Bulacio muere un poco más”. Por supuesto era anónimo, menos mal. Creo que el caso es por demás simbólico, porque se lo han cargado a la banda como si ellos mismos hubieran soltado la bala que mató al pibe. Algunos criticábanlos por no haber hecho “algo en su honor”, por así decirlo.
En su momento, el cantante contestó: “Con el oficio que tengo podría haber hecho una canción dedicada a Bulacio en 48 horas, pero no quiero caer en esa porque después que pasaron las cámaras y los diputados el pobre pibe que murió en esas condiciones ya no importa un carajo.” Digo simbólico porque creo que mostró como nada lo que es una sociedad podrida por la TV que mientras pasa el accidente pone cara de preocupación y dice “pobrecito, hay que hacer algo”, pero en cuanto se apaga la pantalla, vuelve a robar cable. El Indio había elegido, como afirmaron en la solicitada, “no televisar sus sentimientos”, de forma tal que no se banalizara lo sucedido y quedara en el aire. Evidentemente la hipocresía general no pudo –ni puede – soportarlo, así que no queda otra que palearlo.
Si vamos más a fondo con los temas políticos, no pasa desapercibido el gusto del músico por el actual Gobierno. Muchos han dicho que, como figura importante, no debería opinar debido a su masiva influencia sobre la gente. Cierto, me olvidaba que Solari no puede opinar sobre política, sobre todo basado en tan sólido argumento; y esta gente se olvida que toda persona es un ser político por definición, con lo que si se dejan influir o no, o no son capaces de abstraerse de lo que dice su ídolo, sigue sin ser su culpa.
En fin, hemos dado una repasada más o menos general a los principales golpes que ha sufrido el cantante en los últimos años. Está bueno en un punto que tanta polémica se genere cuando aparece, porque puede dejar ver lo vacío de tantos cerebros pasados por opositores importantes sólo por estar contra el Indio. Pero, como dijo alguien, cuanto más alto/ trepa el monito/ así es la vida/ el culo más se le ve.
Comentarios