Mucho he escuchado la siguiente frase: “El rock nacional está muerto”. Y, si bien es cierto que Luis Alberto Spinetta ya no está y que los Charly y los Fito, por citar dos casos grossos, tocan de manera esporádica, sumado a que La Renga toca pocas veces en una rueda de 12 meses, el Indio Solari hace más de un año que no se sube a escena y que Los Piojos ya sólo son “un tatuaje azul”, podríamos decir que es verdad.
Pero no, no es verdad. Están “Las Pelotas“, que son una de las bandas del momento. También anda “Divididos” y su incansable y perfecta aplanadora y ahí anda “Massacre” con un “Ringo” que fue discazo y, porque no, el propio Ciro, que ya no es “Los Piojos”, pero sí sigue siendo el showman más grande de este suelo.
Podríamos sumar a las bandas “del palo” que ya llevan discos y años: El Bordo, Cielo Razzo, Los Gardelitos, Ojos Locos, Las Pastillas del Abuelo etc. También habría que mencionar a “1 Segundo es Demasiado”, “La Berisso” -que arrastra gente por miles en el conurbano especialmente- y como olvidarnos de “Salta La Banca”, otra banda que cuenta fans por miles y que cuelga, seguido, el cartelito de “entradas agotadas”. O “La Franela”, uno de los “desprendimientos” de Los Piojos que ya camina solo, con dos placas editadas y varios temas que sonaron en todos lados como “Hacer un Puente”.
El tema es…¿Qué hay después? ¿Hay un under? ¿Existe vida después de la enorme generación de bandas de fines de los ’80, principio de los ’90? Y sí, existe. Pero no la vas a encontrar sentado en tu casa. Como diría “Virus“…“hay que salir del agujero interior”…
Me quiero detener en un caso. Eruca Sativa. Ubicada en el árbol genealógico de Divididos -basta verla en vivo para entender esto-, la banda de Lula Bertoldi, Brenda Martín y Gabriel Pedernera está en pleno ascenso. Ya dejó de jugar en las categorias menores y empieza a prepararse para pasar del durísimo Under-B Nacional al circuito más renombrado o Primera División. Le sobra paño, eh.
Entradas agotadas en varios lados del conurbano donde se presentan, un último disco que cuenta con Fito Páez en la grabación -en un disco anterior había estado David Lebón– y una trilogía discográfica cimentada sobre sueños y anhelos, en tiempos que para ninguna banda grabar un disco es negocio, y responde más a una expresión artística, un fetiche de aquellos años mozos.
Pero el vivo…El vivo es lo que garpa la entrada. Viola ajustadísima y sanguínea, unas líneas de bajo que encajan a la perfección y que, escuchando con atención, revelan además de una buena ejecución un buen gusto innegable. Todo sumado a una batería que luce. Pero no sólo luce por lo buena, luce porque no busca lucir. “Una por el equipo” y ahí van los parches de Gabriel, dejando el lugar para que la viola y el bajo se luzcan. Eruca es un Power trío. Un power trío con dos minas y que patea cabezas. Un power-trío que tiene aroma a Divididos, quizás un poco más sensible en su lírica, pero, no tengan dudas, buscando ser igual de voraz en su música.
Vale el intento de ir y escuchar. Vale el intento de presenciar, en vivo, lo que Eruca Sativa suena. Porque hoy, un buen disco, lo graba cualquiera. Pero en el vivo, en la cancha, donde se ven los pingos, hay que ratificar todo y más. En tiempos de Pro-tool cualquiera con conocimientos hace que un grupo de rockeros educaditos suene como una sensación, pero en el “vivo”, el face to face, la tracción a sangre es donde una banda pasa el “control de calidad”.
No vamos a decir detrás, porque sinceramente es algo superfluo donde o cuando vienen, pero junto a Eruca hay más bandas que asoman, buscan, pelean y suenan. Utopians, recientes teloneros de “The Cure”, son otra banda que se las trae, con un perfil más exterior que interior, quizás.
Los marplantenses Científicos del Palo, y el Rock “Nacional y popular”, con marcada presencia de la gente de “Divididos” e influencias en el folclore. En su primer trabajo “Ante todo, Buenas tardes” contaron con la participación de Ricardo Mollo, quien repitió en la segunda álbum “Indigencia y Distancia”, produciendo el tema “Dormijito”; en tanto que Diego Arnedo tocó el bombo legüero en “Zamba Braile”, incluido en “Gorilophrenia”.
Palo similar al que curten los “Guauchos” que, desde Formosa, pelan un rock-fólclore bien elaborado y prolijo, con algo más de distorsión que sus “primos musicales” los “Arbolito”.
A ellos habría que sumarles a Cirse, con voz femenina al frente y la “Palanca” de César Andino, ex Cabezones, detrás y con una reversión de “Alma de Diamante” para el disco “Al Flaco…dale gracias”, del 2007.
Hice foco en Eruca. Primero, por gusto personal. Segundo porque es la banda que más “masticada” tengo y, tercero, como ejemplo. Llenaron Vorterix para la presentación de “Blanco” su último álbum y un poco lideran este circuito de bandas “que se vienen” y que suelen reventar lugares no tan grandes como “Greens”, “La Trastienda”, “Niceto” y el “Roxy”. Es obvio, seguro y, desde ya pido disculpas, que me olvido de un montón. Pero para eso existe la internet mis amigos. Propongo que, en los comentarios, cada uno dejé las bandas que los han marcado en el último tiempo, link si quieren e incluso alguna opinión.
Los medios, Rock ‘N Ball y todos, tenemos el deber de darle aire a estas bandas. Somos como técnicos de fútbol evaluando a las inferiores. Tenemos un equipo aceptable, pero los titulares ya están grandes. Es hora de empezar a darle lugar a un recambio. Y, si no les damos minutos “en cancha” nunca se van a poder mostrar.
Es por eso que, desde este medio, van a ver seguido notas de las bandas anteriormente mencionadas. No podemos -aunque queremos- abarcar todo el abánico del Under, pero sí dar algunas muestras. Sobre todo para que nadie se atreva a volver a decir que “El Rock Nacional está muerto”. El Rock nacional no está muerto. Está vivo. Depende de vos salir a buscarlo.
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