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El Marginal, Martín Fierro de oro

5 razones por las que esta serie se merecía el máximo galardón de la TV nacional.

En función de la cantidad de premios que había ganado durante la noche, todo parecía dado para que “La Leona” – de Telefé – se alzara con el premio más importante. Sin embargo, la máxima candidata en la previa era “El Marginal”, que finalmente se impuso y le dio a la TV Pública su primer Martín Fierro de oro. ¿Por qué lo logró? Aquí, algunas respuestas posibles sin spoilers.

 1. La trama

“El Marginal” no es una serie “tumbera” más, aunque muchas veces se la caracterice de esa manera. En rigor, su trama transcurre en la cárcel pero tiene las características de un policial que perfectamente podría encontrarse en la TV estadounidense. Sus giros inesperados – pero no ilógicos o tirados de los pelos – redondean una muy buena idea. En definitiva: engancha y es “adictiva”, características fundamentales para una serie actual.

2. Las actuaciones

 Como un equipo de fútbol, una serie puede tener una idea buenísima, pero si los jugadores/actores no la saben llevar a cabo ninguno de los dos tendrá éxito. En “El Marginal” no hay un solo actor cuyo trabajo desentone. Son particularmente destacables los trabajos de los que caracterizan personajes fuera de la pareja protagónica (Juan Minujín y Martina Gusmán): enormes revelaciones Nicolás Furtado, Brian Buley, Abel Ayala y Daniel Pacheco, tremenda vigencia de Gerardo Romano y Claudio Rissi.

3. La realización

La inversión que se realizó para “El Marginal” no es habitual en la TV argentina. La cárcel de Caseros se vistió para la ocasión y se transformó en ese laberinto inagotable e indescifrable que es el penal de San Onofre. El detalle en las vestimentas y el maquillaje es notable. Para el recuerdo, la primera escena del primer capítulo y todo el episodio final (sí, completo).

4. Los personajes

No hay buenos personajes sin diálogos memorables, ni buen guión sin personajes profundos que lo sustenten. Las dos cosas van de la mano. En este caso, Miguel Palacios va revelando sus problemas a medida que la serie avanza, y con eso se gana el cariño al espectador y de Emma Molinari , psicóloga del penal. La pareja es el corazón de una serie que aparenta no tenerlo.  Dentro del ambiente sórdido de la cárcel, hay lugar para la sensibilidad bonachona de alguno de los pibes de la “sub-21” (especialmente Pedrito – “el loquito más picante del condado” – y César) o incluso de la banda de Borges. James, el secuestrador colombiano, destaca en ese ámbito. Entre los más “duros”, el propio Borges y Antín generan algunos escalofríos.

5. El boca en boca

El éxito de “El Marginal” no hubiera sido posible en otra época por su solo rating en la TV Pública. Igual que sucedió con “Peter Capusotto y sus Videos” en Youtube en su momento, esta serie fue ayudada por el boca a boca y por su aparición en Netflix. Esta plataforma, de hecho, ya compró los derechos para filmar la segunda temporada. Así se confirma que la serie es más propia del formato estadounidense que de la TV argentina y que, sin dudas, vale la pena verla.

 

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