El auge de la educación vía internet es un aplastante éxito de este “hágalo usted misme” de Cuarentena obligatoria. Hay dispositivos móviles en cada casa y el estallido de los cursos online que ya era inminente, hoy es real.
Leer libros pendientes, ver series o películas, dibujar o colorear, aprender recetas nuevas, hacer algún cambio en la casa. Tareas que nos vimos un poco obligados a hacer durante estos días en los que tuvimos que guardarnos. En este nuevo contexto nos encontramos con la posibilidad de hacer cursos online. Aprendiendo algo nuevo o mejorando aquello que ya sabemos.
Antes “mal vistos”, ahora, una nueva gran manera de educacarnos a todes.
Los cursos online eran un método poco fiable de aprendizaje, pero desde hace algunos años le pisan los talones a la educación tradicional. Este cambio en el aprendizaje viene gestándose desde la revolución digital. En tiempos de COVID-19 se apuró el traspaso de alumnos a este método y acabamos adoptando por completo el aprender desde la comodidad de nuestro hogar.
El avance de internet y todo lo que acarrea con respecto a comunicación, cambios en la forma y contenido de los medios tradicionales como la tv y la radio, también trajeron consigo cambios en la forma de enseñar y de aprender. Avance que no se había hecho tan notorio si no era porque, actualmente, no hay otra forma de aprender.
Desde administración, peluquería, comunicación, medios digitales, escritura, fotografía, costura, pintura, jardinería hasta paternidad, la oferta es de lo más amplia a la hora de optar por algún curso de nuestro interés. pero…¿Qué son?, ¿Cómo funcionan?, ¿Son realmente válidos los certificados que cada curso nos brinda?, ¿Realmente aprendo algo?
Esas interrogantes son las que mayormente suelen surgir a la hora de optar por esta modalidad de educación. Antes de intentar responder aquellas cuestiones cabe aclarar que los cursos online no tienen en absoluto que ver con las modalidades virtuales.
Recordemos que previamente las clases en primarias, secundarias, universidades y terciarios, se daban presencialmente. Estas tuvieron que modificar la cursada. Entonces, cursadas online de modalidades presenciales son algo, por completo, diferentes de los cursos online. Principalmente porque unas son clases tanto escolares como universitarias, y las otras son algo directamente virtual.
Una vez aclarado este punto, procedemos a dar una noción de lo que es un curso online. Estos son una -no tan- nueva modalidad de enseñanza/aprendizaje, donde el estudiante mediante su computadora o algún otro dispositivo accede a conocimientos en su área de trabajo o interés.
A la hora de optar por este tipo de cursadas, nos encontramos con dos posibilidades: las que ofrecen las universidades más conocidas del mundo en forma de MOOC (por sus siglas en inglés, “cursos abiertos y masivos”), y las que provienen de las distintas plataformas (con certificados al finalizar los cursos).
Ser parte de esta nueva ola de aprendizaje es de lo más sencillo. Solo basta con escribir en nuestro buscador “cursos online”.
Con esta acción se abre un abanico de respuestas a nuestra búsqueda, lo único que resta es navegar por el sitio elegido y realizar nuestro curso. Estos sitios se manejan de la siguiente manera:
- Debemos crear un usuario.
- Buscamos la actividad que nos interesa. Y optamos por hacer un curso pago o uno gratuito. En caso de decidir por uno pago, seleccionaremos el método para realizar el pago.
- Ingresamos a la actividad que nos gustó y realizamos el curso. Aquí nos encontramos con clases a modo de video, y una actividad para poner en práctica aquel tema. Así se irá avanzando, hasta completar el curso. Obteniendo un certificado por haberlo realizado de manera exitosa
Certificados que, efectivamente, son válidos ya que estos son utilizados para constatar hechos. Por ejemplo si se trabaja por internet se recibe un certificado online de experiencia laboral. Entonces si se estudia por internet, se recibe un certificado de estudios online.
Ahora sí… retomando las primeras preguntas que hicimos previamente, ya sabemos qué es, cómo funcionan y la validez de un curso online. Pero falta lo importante, ¿realmente aprendo?. La respuesta, creemos, variará según cada quien. Esto lo deducimos haciendo una comparación con las clases presenciales. Es decir, el alumno (en cualquiera de las modalidades de estudio) puede aprender o no un tema u otro.
Como broche, podríamos decir que los cursos online han llegado para quedarse. Se amoldan a los horarios de quienes decidan optar por ellos. Brindan más herramientas de trabajo. Refuerzan a los estudios presenciales. Y lo más importante, cuentan con una buena salida laboral, cosa que a veces es más que necesaria.
Así que, aunque las cursadas online no sean algo tan novedoso como se cree, este año terminará de instalarse en nuestros hogares.
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