Aunque no lo parezca, subir a dos ‘putas feministas’ al escenario del Cosquín Rock a decir unas palabras es fácil y, rápidamente, puede pasar de un gran gesto a la demagogía más pura. Cuando uno toma ese camino, hay que respaldarlo con acciones. Eli Suárez, líder de “Los Gardelitos”, marcó el camino en pleno escenario principal del festival más grande y federal del país: “Si el rock de verdad quiere ser revolucionario, debe abrazar al feminismo”.
La frase, ideal para repetir hasta el hartazgo, encontró eco rápidamente en el accionar del propio Suárez, hijo del mítico y entrañable ‘Korneta’, el alma de “Los Gardelitos” a través de los años, onmipresente cada vez que su hijo se sube, trajeado, a darle vida a aquellos viejos temas, compuestos con la marginalidad y la locura como telón de fondo. Y, en otra época. De la sociedad, del mundo y, claro, del rock.
Eli Suárez debe ser un ejemplo para nuestros rockeros. Durante el día 2, día que “Los Gardelitos” cerraron, no sólo el día sino el “Cosquín”, Eli, remera negra lisa, mirada de tipo bueno, se paseó entre la gente y observó el resto de las bandas se fotografió con sus fanáticos y se mostró como uno más (No necesitamos las luces, ni los lujos, de la Ciudad). Horas más tarde, pondría al feminismo en el prime-time del Cosquín Rock y días después, publicaría una carta en Facebook en la que demuestra su deconstrucción y va en contra de su propio padre, Korneta.
En el texto, que rápidamente se viralizó, el líder de Los Gardelitos pide disculpas por el accionar de ‘Korneta’ hace unos 15 años atrás. Claro, luego de su apoyo al feminismo, aparecieron relatos de un viejo abuso cometido por el ‘Korne’, en busca de desacreditar o de amedrentar los dichos de Eli sobre el escenario.
Lejos de esconderse, guardarse o abrazar al silencio, Eli redactó una carta, de puño y letra (virtual) en el que no sólo se hacía cargo de la denuncia, confesaba haber buscado a la daminificada, blanqueó sus sensaciones sobre el suceso y termina pidiendo disculpas en nombre de la memoria de su padre y deja una última frase que nos interpela a todes: “Es tiempo de que las cosas cambien y en eso estamos, ahora depende de nosotrxs como sociedad”.
Es muy notorio cuando algo se hace de corazón, convencido y deconstruido a cuando algo es pura pose o porque una frase queda linda en una canción. El caso de Eli Suárez, claramente, es el primero. Por más Elis Suárez en el Rock. Los necesitamos. No saben cuánto.
Este es el posteo que realizó Eli Suárez:
El pasado domingo en el marco de nuestra participación a modo de cierre para la pasada edición del festival Cosquin Rock, Georgina Orellano y María Riot de AMMAR se manifestaron libremente leyendo un texto feminista escrito de puño y letra por ellas mismas. Adherimos como Los Gardelitos Oficial y adhiero personalmente a todas y cada una de las palabras que fueron pronunciadas por ellas, especialmente en la consigna “Para que termine el machismo y los abusos en el rock y en todos lados” (una de las primeras consignas mencionadas en su discurso): también como una respuesta política y como una manera de repudiar el hecho de abuso sexual que data de hace más de 15 años y que involucra a quien fuera mi padre Eduardo “Korneta” Suárez (líder, cantante, guitarrista, autor y compositor de la banda en aquel entonces, fallecido hace ya casi 14 años), y que fuera expuesto a través de un testimonio anónimo en su contra. En una sociedad en plena transformación, cada uno tiene sus tiempos (por ejemplo: es la primera vez que, desde el escenario del festival más grande de nuestro país, nuestro rock toma una postura definida con respecto al feminismo): Por mi parte, me enteré de dicho episodio a través de la publicación del testimonio hace casi dos años e inmediatamente intenté (sin éxito hasta este momento) encontrar a la denunciante para trasmitirle mi postura de repudio al abuso del cual ella fue víctima, para decirle que cuente conmigo en lo que sea y para hacerle llegar toda mi solidaridad junto con la de la banda. Este episodio de denuncia hacia Korneta ha calado muy hondo en mí: De un momento a otro, me encontré cuestionando mis cimientos como persona y mis privilegios en un medio y en una sociedad tan machistas. Mi manera de manifestarlo hasta el momento había sido hacer la canción Sortilegio de Arrabal, que a través de las distintas historias que la componen intenta visibilizar algunos de los distintos abusos que sufre la Mujer en la sociedad de hoy. El siguiente paso fue ceder el micrófono a un par de mujeres para que puedan hablar por ellas mismas y para escucharlas con el mayor de los respetos. Pido disculpas públicamente en nombre de mi familia, de la banda y de nuestro rock por tan repudiable episodio de abuso por parte de quien fuera mi padre: es tiempo de que las cosas cambien y en eso estamos, ahora depende de nosotrxs como sociedad.
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