El viernes por la noche la primavera se retobaba con un viento frío y afuera del Teatro Coliseo comenzaba a formarse fila; en la misma vereda, sobre una lona negra, un hombre exponía remeras que leían Spinetta bajo el dibujo de un rostro familiar, con una tabla con frutas como sombrero; y pequeños grupos de todas las edades aguardaban la hora de entrar.

Cerca de las nueve, teñidos de luces verdes, ya todos ocupaban sus asientos y en el escenario se presentó la orquesta esperada, respaldada por un enorme telón que mostraba la tapa del disco “Artaud” de Pescado Rabioso, lanzado en 1973. Todas las hojas son del viento, con Sol Liebeskind en voz, dio inicio y dejó entrever que el show no sería una simple reproducción del original, sino una reinterpretación, una composición que tiene algo que aportar.

“No hay otro disco como Artaud, es un disco que no tiene precedentes, no se sabe de dónde vino […] Cada vez que lo escucho le encuentro cosas nuevas. Como si fuese una especie de mandala sonoro, tiene algo hipnótico.” Declaró Adrián Iaies al finalizar la primera canción.

“Mañana es mejor” en el Teatro Coliseo

Luego llegó Deborah Dixon, cantante con una de las voces más envolventes de Argentina, para interpretar Cementerio Club con una energía renovadora. La orquesta, con más de diez instrumentos diferentes, desarmaba y reconstruía las bien conocidas melodías del Flaco, alcanzando la altura de la complejidad original, de un disco que podríamos clasificar como perfecto.

Antonin Artaud (1896-1948) fue un poeta y dramaturgo francés que escribió “Van Gogh, el suicidado por la sociedad” y este ensayo, junto a toda su obra, estuvo presente para Spinetta durante la creación de “Artaud” (1973). El álbum tiene muchos enfoques, entre ellos la crítica al conformismo social, y una búsqueda por conectar con cosas diferentes a las que acostumbramos. Pareciera que mediante su música Spinetta buscó redimir a las sociedades de errores pasados, errores que seguimos cometiendo.

Las canciones de “Artaud” son una exaltación, como las pinceladas de Van Gogh, que nos conectan con algo superador a nosotros mismos, algo así como la vida entera. El sobre del disco original citaba de Antonin: “¿Acaso no son el verde y el amarillo los colores opuestos de la muerte.; el verde para la resurrección y el amarillo para la descomposición, la decadencia?

“El puente de Langlois en Arles”, Vincent Van Gogh

El show continuó con Superchería, La sed verdadera, y luego con Por, interpretada por el acordeonista y cantante Santiago Arias en un sólo cautivante. Liebeskind cantó Cantata de Puentes Amarillos, tal vez el núcleo del álbum, y La Dixon cerró la primera mitad de la noche con Bajan, que con toda la orquesta de la mano del guitarrista se acercaron al rock, a la potencia que provoca hallar la luna.

Emilio del Guercio, integrante de Almendra, amigo y colaborador de Spinetta, apareció para cantar A Starosta, el Idiota, y dirigiéndose a Iaies declaró que “Luis estaría encantado” de los originales arreglos llevados a cabo.

El concierto finalizó con Las Habladurías del Mundo y dos temas extras que no forman parte de “Artaud” pero siguen la línea creativa del mismo: Fermín y Laura va, conmovedoras canciones de Almendra (1970). Durante el estribillo de Fermín se oía claramente que, entre el público, una mujer lloraba.

Luis Alberto Spinetta (1950-2012)

Orquesta de “Mañana es Mejor”:
Flauta: Juampi Di Leone
Oboe y corno inglés: Lis Rigoni
Clarinete en Si bemol y clarinete bajo: Emiliano Alvarez
Fagot: Julieta Di Fede
Primer violín: Guillermo Rubino
Segundo violín: Natalia Cabello
Viola: Elizabeth Ridolfi
Violonchelo: Paula Pomeraniec
Guitarra y guitarra eléctrica: Rodrigo Agudelo
Contrabajo y bajo eléctrico: Santiago Lamisovski
Batería y percusión: Carto Brandán
Dirección orquestal: Ezequiel Fautario
Coordinación escénica: Facundo di Stéfano
Iluminación: Ariel Conde
Sonido: Nicolás Di Chiazza

Estudiante de Comunicación en la UBA. Fan de García Márquez y Miranda.