Las dos bandas más convocantes del primer día del Rock en Baradero 2020 subieron al escenario cuando el sábado bajaba su cortina. Pero los trapos y las remeras ocuparon decenas de esquinas de la ciudad bonaerense desde temprano, incluso cuando las puertas del predio estaban cerradas aún. La 25 y Los Gardelitos fueron la frutilla del postre de un festín que tuvo al rock and roll, o mejor dicho rocanrol, como denominador común.
A pesar de la popularidad que adquirieron nuevos géneros, en los festivales masivos siguen siendo las bandas de rock las que mueven grandes números de personas. Y un eje que resulta clave es la comunión que se encuentra abajo del escenario, sentimiento que promueven ambas bandas.
Los himnos forjados a través de su historia son disparadores de sentimientos expresados con bailes, saltos y hasta lágrimas, en algunas ocasiones. “Hasta la victoria“, “Solo voy“, y “Chica del Suburbano” cerca del final fueron parte de las infaltables en la lista de La 25, que extendió su show más de media hora de lo estipulado. Por el lado del grupo de Eli Suárez estuvieron “Sortilegio de arrabal“, “Amor de Contramano” y una furiosa versión de “Mezcla Rara” mientras en el escenario principal ya se preparaba Nonpalidece.
El Escenario Quilmes jugó sus tres cartas del mismo palo con Ojos Locos, La Cumparsita y Los Pérez García, en el anochecer del primer día. Un sonido en común forjado a partir de bandas y referentes cercanos que se tradujo en distintas propuestas pero compartiendo una buena porción de seguidores. Más temprano, De La Gran Piñata llevó su nuevo formato de trío a la soleada tarde en Baradero.
Luceros El Ojo Daltónico, desde Bahía Blanca, y Patagonia Revelde, desde Rosario, pasaron por el Escenario Spotify y demostraron que ser la banda de una ciudad atrae público propio en cada escenario que aparece. Y así sucedió en el Anfiteatro Municipal de Baradero pese al horario difícil y al calor. La experiencia de La Mississippi le hizo mover los pies a los presentes con un recorrido por su carrera y algunos covers como “Post-Crucifixion” de Pescado Rabioso.
Fotos de Cristian Sangermano.
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