Si bien los creadores de los Thundercats concibieron a la Tierra como el Tercer Planeta, no hay en el barrio de Flores semejanza alguna con lo que vimos por televisión. Aunque de a ratos sí.
El Teatro no luce como la Pirámide Negra, el responso del malvado Mumm-Ra, pero si está lleno de cuerpos decadentes que serán inmortales invocando el poder de la música de Los Espíritus, aunque estos no sean ni antiguos ni del mal.
El único que rompía con la policromía de las camisas floreadas en el escenario era uno los percusionistas, que vestía una a cuadros. Desde el comienzo y durante las casi dos horas que duró el espectáculo, la iluminación sería parte fundamental de los climas que generaba el grupo.
“La Mirada” y “La Crecida” son dos buenas cartas para inaugurar una de las tantas noches lluviosas de un otoño que parece primavera. La poesía urbana del grupo que comandan Maxi Prietto y Santiago Moraes se vale de recursos interesantes para nutrir letras que llegan, que traspasan y se hacen sentir.
Pueden ser refranes, frases hechas u oraciones simples, algunas invitan a reflexionar, otras a extrañar, algunas sólo a sentir y, porque no, otras a dejarse llevar con alguna explosión. Ese combo es magistral sumando una música que de a ratos es blues, por momentos rock, todo eso con múltiples pasajes sonoros en el medio. La coctelera de ritmos se luce desde el minuto cero, haciendo gala de un sonido cuidadosamente cuidado, valga la redundancia.
Antes de partir hacia Europa, donde darán shows en Barcelona, Madrid, Berlín, Lisboa, Mallorca y Valencia, la banda pisó fuerte de nuevo en Capital Federal con un doblete agotado en el ex Cine Fénix. Sobre todo porque venían de compartir un triplete en Niceto junto al eximio Bombino, lo que no es otra cosa que otra buena noticia para ellos.
Después de la apertura de Los Siberianos, aquellos que hacían tiempo hasta último momento tomando una birra en la esquina de Saxon y/o en la puerta del supermercado lindero apuraron el paso porque pasadas las nueve y media empezaba la ceremonia.
Hay momentos álgidos con la llegada de temas como “Jugo”, “Jesús Rima Con Cruz” o “El Perro Viejo”. La calidez que había en cada ronda de pogo contrastaba con lo que ofrecían los músicos, que sólo atinaban a agradecer entre tema y tema. Son así, hablan a través de sus canciones. Y vaya si dicen cosas, “Negro Chico” y “Las Armas Las Carga El Diablo” llevan la marca registrada de un estilo que brilló en “Agua Ardiente” (2017).
Descanso mediante, Santiago Moraes (guitarra y voz), Felipe Pipe Correa (batería), Miguel Mactas (guitarra), Maxi Prietto (voz y guitarra), Fernando Barreyro (percusión y coros) y Martín Ferbat (bajo) ocupan sus lugares mientras el hit del momento, si, el que está dedicado al Presidente, es entonado desde las fauces de (casi todos) los presentes. Ellos no hacen más que sonreír, agradecer o darle un sorbo a un copón de vino como Miguel Mactas.
Tras interpretar “Noches De Verano”, los acordes zztopeanos de “La Rueda Que Mueve Al Mundo” anunciaban que el final había llegado. Y todo comenzó a girar, tal como lo eternizo Juanse en uno de los hits de los Ratones Paranóicos. Ese y el de “Huracanes” fueron los pogos más grandes, los mares que quebraron las rocas. No hace falta más que valerse de su propia poesía para expresar lo fuerte que ellos se sienten en ese momento.
Los Espiritus – Teatro Flores
01. “La Mirada”
02. “La Crecida”
03. “Mapa Vacío”
04. “Jugo”
05. “Perdida En El Fuego”
06. “Ruso Blanco”
07. “Mares”
08. “Los Desamparados”
09. “Jesús Rima Con Cruz”
10. “El Gato”
11. “Luna Llena”
12. “Las Armas Las Carga El Diablo”
13. “Perro Viejo”
14. “Vamos A La Luna”
15. “Huracanes”
16. “El Viento”
17. “Negro Chico”
18. “Noches De Verano”
19. “La Rueda”
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