El Festival Nuestro se realizó por primera vez en 2014. Cuatro ediciones después, movilizó un gran número de fanáticos del rock nacional en tiempos en los que no abunda la venta de entradas en espectaculos. La sede de siempre: Tecnopolis, con gran parte del predio dedicado a la reunión de casi 20 bandas de distintos géneros, distribuidos en tres escenarios.
Rock And Ball destacó las claves de un festival que se metió de lleno entre los más convocantes del país.
Chango Spasiuk y la atracción de celulares
El set del Chango Spasiuk, en el Escenario Churro, tuvo al momento más filmado de toda la jornada en Tecnopolis. Presentar a Ricardo Iorio fue suficiente para que los espectadores se multipliquen en pocos segundos. El cantante se acopló a la banda en “Río Paraná”, parte de un disco realizado por el ex integrante de Almafuerte junto con Flavio Cianciarulo llamado Peso Argento. La interpretación en conjunto de “Se vos” fue lo más destacado de la presentación del talentoso músico que acopló su show al Festival Nuestro, haciendo covers como “Seguir viviendo sin tu amor” de Luis Alberto Spinetta con la impronta de sus integrantes. Entre ellos estuvo Baltasar Comotto, actual guitarrista de Carlos “Indio” Solari.
Los colores de Caligaris
Los integrantes salieron vestidos de diferentes colores, con pinturas en sus rostros y globos en sus manos. Con una presentación armada para festivales (se repitió el show del Cosquín Rock y Rock en Baradero), saben jugar las cartas para contagiar al publico de alegría. El ida y vuelta fue de menor a mayor, incluso en el número de espectadores que se acercaron al Churro. La versión cuarteto de “Ji ji ji” fue uno de los puntos clave junto “Nadie es perfecto” y “Kilómetros”, fijas en el repertorio de Los Caligaris. Los cordobeses regalaron felicidad durante 40 minutos pero antes habían estado en las cercanías del escenario pintando las caras de los seguidores con motivos del grupo y también un mural sobre las dos décadas cumplidas en la música.
Las escuelas de hits
Durante la tarde, se presentaron Bersuit Vergarabat, Cuarteto de Nos y Las Pelotas, entre otros, en el Escenario Ñ. Las tres sacaron a relucir las decenas de hits que metieron a lo largo de sus carreras. Bersuit hizo bailar a la multitud, en un horario llamativamente tempranero, con “Yo tomo”, “El viejo de arriba” y el cierre del show con “Devolvé la bolsa”. Vale destacar la carga emotiva de “El tiempo no para“, días después de la movilización en repudio al 2×1 a genocidas. Los siguieron los uruguayos que no excluyeron ningún tema radial de su lista de temas: “El hijo de Hernández”, “No llora” y “Yendo a la casa de Damián”, con pogos de lo más intensos de la jornada.
El trío lo cerró la banda liderada por Germán Daffunchio con un repertorio conocido para es del rock nacional. Los casi 30 años de carrera fueron repasados con clásicos como “Si supieras”, “Será” y “Esperando el milagro”, entre otros. En la etapa más actual de Las Pelotas, aparecieron “Personalmente” y “Escondido bajo el brazo” que ya están en el cancionero de los festivales. También contaron con la presencia de Fernando Ruiz Diaz, cantante de Catupecu Machu, que se subió para ponerle voz a “Sin Hilo” y “El ojo blindado“, de Sumo.
La madurez musical de Las Pastillas Del Abuelo
El show más largo del Festival Nuestro rozó las dos horas de duración y fue el de la banda bonaerense. También fue el que más personas juntó, pues durante todo el sábado las remeras más vistas fueron las de Las Pastillas del Abuelo que se plantó con un repertorio que mezcló hit con guiños para sus seguidores más fieles. Al primer acorde de “Tantas escaleras”, las banderas comenzaron a agitarse y los globos volaron en el cielo de Villa Martelli. Es que “La 20” se hizo sentir con sus voces y con la extensión del trapo en “Hasta acá nos ayudó Dios!”, por citar hechos.
Las partes de LPDA parecen encajar a la perfección luego de 15 años de recorrer el camino de la música. La voz de Juan “Piti” Fernández cautivó a Tecnopolis, el combo de la batería de Juan Comas con la guitarra del “Bochi” Bozzalla hizo saltar a la multitud y los teclados de Alejandro Mondelo manejaban los ambientes de la presentación. Cuesta nombrar a los bastiones del grupo y dejar de lado al factor de los seguidores que llenaban de color cada rincón del recinto. El trío de “Skalipso”, “Otra vuelta de tuerca” y “Viejo karma!” delataba que el show llegaba a su punto final.
Fotos de Florencia Dakuyaku.
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