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Las 800 lunas de Branca, branca, branca…León, león, leon

Brancaleone celebró sus 800 lunas en una Trastienda atestada de buena onda, alegría y música al palo. Pogo, músicos entre la gente y buena onda para marcar que son muchos los que están "piantao, piantao, piantao".

No importa si el grito viene de arriba del escenario, del costado, de arriba de La Trastienda, del fondo, del baño, del vestuario, no importa. Pero si alguien, mujer, hombre o indefinido suelta a viva voz un “Branca, branca, branca…” la gente, y la banda incluida, deben responder con un “León, león, león”. Es así. Es el rito. Y los ritos no se cuestionan. Los ritos se celebran. Y el recital de las 800 lunas de “Brancaleone” fue eso, una celebración. Y, como tal, sobró buena onda, fiesta y cariño.

No parece haber una división clara entre los que están arriba, y los que están abajo, menos cuando Martín Doufou, el pelado que lidera Brancaleone baja del escenario, 1, 2, 3, 4 y hasta 5 veces. Recorre entre la gente, micrófono en mano. Se abraza con viejos conocidos. Explora las caras de los que ve por primera vez y sigue maravillándose con la química que se genera entre Branca y su “Armada”, lo que están abajo, agitándola. “Bajé porque ya pasaron 800 lunas, 801 ponele, y la verdad que es lindo ver algunas viejas caras”, reconoce cuando sube.

No es una banda que corra por los caminos de la media, Branca. Suena que atrona, su arsenal que incluye dos violas (Juan Argaín y Marcelo “Chelo” Henín) el bajo de Alejo Urbani, la batería de José Giorgi y las teclas que aporta Edgardo Bonnani. Además de todo eso, se lo puede ver al “Pela” con Ukelele, Charango y hasta ver cómo dos bombos legüeros se cuelan entre distorsiones. No se trata de buscar el estilo, se trata de celebrar.

Y el show es como un corazón. Late. Y no todos los latidos son iguales. Pasa de relax a la taquicardía. De la atmósfera tenue de “Sonrisadeoscuridá“, al torbellino de pogo que fue “Torito“. Tema que además incluyo un Alejo que bajó hasta la “monada” y, bajo en mano, comenzó un leve zarandeo, sumando a toda la gente en una especie de fogata imaginaria y, de yapa, sumiendo a los “vírgenes de Branca” en una sensación que mezcla la perplejidad con la sonrisa que se escapa. Vamos, ¿qué tan usual es ver a una banda tocando entre la gente, sumada al rito que es una canción? No mucho. Pero ayer, en La Trastienda, con “Torito” pasó eso. La gente rodeando a Alejo, a las violas y a todos los que bajaron, mientras el Pela comenzaba a cantar las primeras estrofas del tema. Casi en paralelo, “alguien” sacó de algún lado un montón de “Vittos” de cartulina, como para ponerle escenografía al mejor cuadro de la noche.

El agite ya era XXL, Branca venía llevando adelante un show prolijo y balanceado, entre los temas más “intimistas” o sensibles y esos que obligan a saltar, así uno no conozca la letra. Pero cuando empezó “Torito” todo se fue literalmente al carajo. Más con los temas que le siguieron, que incluyeron hasta un hombre agitando su muleta en pleno escenario, mientras abajo se desataba la guerra del pogo y alguno que otro, quizás ya medio tomado, tiraba a voz de cuello el ya típico y necesario “Branca, branca, branca”, y los otros respondían “León, león, león”.

Balada para un loco” reventó la noche, con una versión que ya es conocida y que es habitué en las listas de las bandas, pero que no deja de sorprender por la violencia rocker que encierra, versos que son de 1969 y de un tal Astor. “¿Qué diría Piazzolla si nos viera, no?” se pregunta el Pela. Y, seguramente, estaría gritando “Branca, branca, branca..”, no?

Para el final, la banda cumplió con el último de sus ritos habituales. El Pela pidió un peine -sí, una ironía, ponele-, peló el celofán, hizo subir al acordeón e hizo sonar, “Lo que le da nombre a esta banda” y empezaron a tocar el theme principal de la película “L’ Armata Brancaleone”, un filme tano de 1966, que parodiaba a la guerra.

Si uno recurre a Wikipedia, dice que “después de este filme, se empezó el término “Armata Brancaleone” pasó a utilizarse para referir a un grupo de personas mal dirigidas o improvisadas”. No es el caso de esta banda, a la que le sobra empuje, música, onda y power, pero que no es improvisada. Ni de cerca. Sino, no se pueden cumplir 800 lunas. Aunque Branca sabe bien que no todas las noches son de “Trastienda”. “Hoy tocar acá es fácil. Está iluminado, estamos todos contentos, todo anda perfecto y suena bárbaro. Pero ustedes saben que mucha de nuestras lunas no fueron en estas condiciones”, dice el Pela, retrospectivo e introspectivo. Haciendo un balance. Recordando viejas épocas, celebrando nuevas épocas. La banda cumplió 800 recitales. La noche terminó como empezó, con el Pela, emocionado, transpirado, dichoso y feliz y cantando a los cuatro vientos, con el resto de voz: “Y Branca, Branca, Branca…”.

Sí, ustedes ya saben como sigue, ¿no? Esa es una de las primeras cosas que uno aprende cuando va a ver a Branca. Siempre, por las dudas, contestar con un “León, león, león”. Va a estar bien, creánme lo que les digo.

Lista de temas
1- Sonrisadeoscuridá
2- Mayo 12
3- Corazón
4- La Margarita
5- Flete
6- Pelota
7- Otra pobre sirena de laguna
8- Pobre Patricio
9- La chacarera de Peluca
10- El biorsi de tu patria
11- Hablan las balas
12- Vida delivery
13- Pali/ Descarrilador
14- Meli
15- Tenerte
16- Al trotecito
17- Volvere
18- Torito
19- Balada para un Loco (Astor Piazzolla)
20- Milonga
21- 9a6
22- Zaino arizco
23- Vittoria (Brancaleone Theme)