En el marco de su Tour Páez 4030, que contó con numerosas noches en Movistar Arena agotadas y continuará con paradas en Córdoba y Chile, Fito Páez volvió a su querida Rosario para celebrar los 40 años de su álbum debut “Del ’63” y los 30 de “Circo Beat”, un clásico de los ’90.

La Ex Rural se vistió de gala para recibir a una de las figuras musicales más destacadas de la ciudad, dividiendo sus sectores en plateas y campos, garantizando la comodidad de los 14.000 asistentes.

De a grupos de amigos, parejas y familias enteras, el público ingresaba al predio desde temprano acompañando la colecta navideña solidaria impulsada por Movimiento Solidario Rosario que acompañaba el evento.

Llegadas las 20, el rosarino Dani Pellegrinet abrió el escenario, dejando expectante al público con las canciones de su último lanzamiento “Fonobia“.

Para las 21, Fito salió al escenario saludando emocionado para darle comienzo a un show que, más tarde, emocionaría a todos los presentes.

Del ’63“, “Tres agujas” y “Viejo mundo” comenzaron la ceremonia de celebración de su disco debut, dándole a entender al público que la noche se trataría de recordar los dos discos en su totalidad y orden.

Cuervos en casa” estremeció al público, seguida de “Sable chino” y “Rojo como un corazón“, que contó con la presencia de uno de sus amigos rosarinos Fabian Gallardo en un momento muy emotivo para ambos.

Canción sobre canción” y “Un rosarino en Budapest” cerraron esta primera parte del show. Las luces se apagaron y el escenario quedó vacío.

Después de una larga pausa, los músicos volvieron a escena acompañados del trío Sudestada Horns, que se sumaba para darle vida a Circo Beat. Fito, con cambio de vestuario incluido, ingresó para subir la energía con “Circo Beat” y “Mariposa Tecknicolor“, dos hits indiscutibles del disco.

De a poco, el show iba escalando a su clímax, “Normal 1” y “Las tardes del sol, las noches del agua” junto a una versión emotiva de “Tema de Piluso” y “She’s mine” coronaban la noche.

El jardín donde vuelan los mares“, “Nadie detiene al amor en un lugar“, “Si Disney despertase” y “Soy un hippie” equilibraron la energía y funcionaron de antesala para un final perfecto. Tal como en el disco, “Dejarlas partir“, “Lo que el viento nunca se llevó” y “Nada del mundo real“, cerraban una noche llena de emociones y viajes en el tiempo.

En lo que parecía ser un final, “Ciudad de pobres corazones” apareció como la última canción dedicada a Rosario. De esta manera, culminaba uno de los shows más grandes de Fito en su ciudad natal con la conmoción y la nostalgia a flor de piel.

Fotos de Sofía Bulgarelli