El Festival Nuestro desarrolló su edición 2018 bajo un cielo amenazante que contuvo a la lluvia durante las doce horas de música continua que sonaron en el predio de Tecnópolis. Muchas bandas se lucieron y mostraron que hay renovación en la escena argentina, algunas más puntuales consolidaron su lugar y los Ratones Paranoicos dieron su último recital por tiempo indeterminado.
Las perlitas destacadas más allá del rock son la incorporación del trap nacional a los festivales y la variedad artística que se vio en el predio con stand up, obras de arte y muestras de percusión.
La apertura de la jornada fue bien arriba en ambos escenarios con Luceros, el ojo daltónico en el Escenario Rock y con Sol Pereyra en el Escenario Churro. De Bahía Blanca y Córdoba respectivamente la música fue bien recibida por el público madrugador, con un rock potente de un lado que demostró lo apasionante que puede sentirse en sus seguidores y con ska-rock enfrente en el regreso de Pereyra luego de una larga estadía en México.
Temas como “Mesita del miravalles” y “Manicomio bar” prendieron la llama inicial del pogo en Villa Martelli con Luceros, mientras que canciones como “La Impositiva” y “Prendete” hicieron mover las piernas al ritmo de los vientos de Sol Pereyra y su banda.
El día continuó con presentaciones de todos los estilos, sin dudas el gran acierto del Festival Nuestro, que mostró la convivencia y respeto entre todos los públicos. Como breve ejemplo de esta combinación se sucedieron el rock alternativo de Rocco Posca, el baile al ritmo de La Maruja, momentos de paz acústica con Perotá Chingó, la chacarera de Los Huayra y los primeros momentos del trap con Dakillah, Maikel Delacalle y Emanero en el Escenario Urbano.
Bien entrados los últimos momentos de la tarde salieron a escena les Eruca Sativa, con una notable trayectoria y respaldo popular en su espalda. Un show con eje en Barro y Fauna (2016), su útlimo disco de estudio, permitió lucir el sonido que trabaja la banda y combinarlo con clásicos como “Para que sigamos siendo” -elegido para abrir el set- y “Magoo”.
En medio de la lista, la bajista Brenda Martin anunció a “una gran mujer que tiene muchas cosas para decir” como presentación para Sol Pereyra, única artista en pisar ambos escenarios, para cantar su tema “Vamos, dale!” junto al power trío y continuar acompañando con trompeta y voz en “El balcón”.
Los próximos en mostrarse en el temático rock fueron El Bordo, esta banda de amigos porteños que cumplen 20 años de trayectoria y anunciaron el comienzo de los festejos con ediciones especiales por discos el 4 de agosto en el Teatro Flores y el 11 del mismo mes en Groove de Palermo.
En una noche de público variado, con la instalación de las banderas que flameaban frente al escenario, la banda eligió recorrer todos los rincones estilísticos por los que transitaron y así le añadieron un espacio íntimo con temas como “Lejos” y “Cansado de ser” a rocanroles clásicos y potentes como los expuestos en la apertura con “En la vereda”-“Metafísica suburbana” y el cierre con “El Regreso”.
Si hablamos de consolidaciones no podemos obviar la presentación de El Kuelgue, mucho más que una banda musical, con shows mucho más allá de la común denominación de “ir a un recital”. Puestas en escena artísticas, breves monólogos de Julián Kartún como figura emblemática y apelaciones a las vivencias cotidianas con miradas fiesteras son la fórmula del éxito para una de las bandas más celebradas en todo el sábado.
La lista empezó con el hit “Circunvalación” y nunca bajó el éxtasis de los presentes, cuyo punto de ebullición fue con el anuncio de su fecha más importante hasta el momento. “4 de agosto Estadio Obras” podía leerse en las pantallas mientras comenzaba el último tema, otro hit como lo es “Cristo es Marquitos Di Palma”.
El horario central de la noche estuvo ocupado por los legendarios Ratones Paranoicos, con mucho más que sólo rock and roll a lo largo de sus 20 canciones. Banderas, sombrillas y cánticos anticipaban la salida a escena del grupo más representativo de nuestra patria stone que deliró desde el inicio con “Ceremonias”, “El vampiro” y “Juana de Arco”.
Sonido impecable, presencia imponente y clásicos para toda la noche fueron la constante de la presentación, la última que dio la banda hasta nuevo aviso ya que Juanse dedicará el resto del año a su proyecto solista. Con el pico de gente -aproximadamente 15 mil personas- contemplando a músicos de los más destacados en toda la nación las emociones nunca claudicaron, sentimientos que atravesaban generaciones.
Niños bailando entre sí, padres junto a sus hijas cantando con el mismo sentimiento “Rock del gato”, parejas de todas las edades, en una variedad etárea que casi no se ve actualmente. El final parecía haber llegado con “Enlace” y las luces se apagaron, en el escenario de enfrente asomaba Onda Vaga entre luces azules y humo pero todavía quedaba más, ya que a todo volúmen comenzó el clásico “Para siempre”, cierre ideal y saludo final para los Ratones en esta nueva aventura que comenzó en 2017 en el Hipódromo de Palermo y que en Tecnópolis parece haber puesto un punto que sus fans esperan no sea final.
Onda Vaga divirtió a una buena cantidad de público que bailó los populares “Te quiero” y “Mambeado” además del repaso variado por su discografía. El punto alto para los fans fue la reunión de estilos similares cuando invitaron a las chicas de Perotá Chingó para hacer una canción en forma conjunta. Tras la despedida quedaba todo servido para la banda que más público propio atrajo hasta Villa Martelli, La Beriso se hacía sentir como la más convocante desde el ingreso cuando la enorme mayoría de remeras que portaba la gente eran del grupo de Avellaneda.
Los encabezados por Rolando Sartorio arrancaron con su costado más rockero con la seguidilla “Mañana”, “Legui”, “Mi banda de rock” y “Tiros”, un salpicado por distintos discos que combinó lo nuevo con lo viejo. Durante el resto de la noche el show se centró en Historias (2014), disco que los catapultó a la masividad, junto a algunos temas de su época under barrial como “Sueños” y “Vicios”, esta última reversionada para adaptarse al nuevo estilo de la banda.
Sin embargo, el recital no fueron sólo canciones ya que hubieron elementos agregados como el contexto con muchísimas banderas colgadas por todo el escenario, también recuperando su época barrial, y algunas declaraciones polémicas del cantante.
Con la lengua suelta y sintiéndose cómodo a medida que avanzaba el show, Sartorio fue lanzando expresiones de fastidio con la organización porque se escuchaba entre las canciones al Escenario Urbano, al que pidió que le bajen el volúmen, se alegró por los que veían a la banda por primera vez y mostró su rechazo a quienes sacan chapa por seguirlos desde hace más años y tuvo expresiones homofóbicas al referirse a los aplausos de la gente por el cumpleaños del guitarrista.
El cierre fue con los temas que construyeron su éxito y que los llevarán a tocar el 24 de noviembre en el Estadio Velez Sarsfield; “No me olvides”, “Ella” y “Traicionero” acabaron con el setlist. Bien al final del tema para despedirse, antes del último pogo berisero, Sartorio advirtió que sea con respeto porque había mujeres y niños, y agregó “Nosotros hicimos que la familia vuelva a los recitales de rock (…) creemos que la revolución es el respeto. La revolución no es ir a tirar piedras o cortar calles, dejense de joder, la revolución es el respeto“, y entre aplausos de fans, murmullos y algunos silbidos retomaron su preponderancia las guitarras.
El final de una nueva edición del Festival Nuestro estuvo comandado por las buenas energías de Dancing Mood que en siete temas puramente musicales mostró un estilo innovador que viene creciendo a pasos agigantados de la mano de Hugo Lobo.
Es tal el impacto que tuvo esta banda que sin tener letra en sus canciones, igualmente durante un tema los músicos se detuvieron y la gente coreó el ritmo a la perfección. Bien de cerca fue el turno de aprovechar las vibras positivas para que el reggae sellara la noche con Nonpalidece contagiando a los presentes con temas como “Tormenta”, “Algo en que creer” y el himno suyo “La flor”.
Fotos de Gisele Alejandra Fotografía
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