The Roxy Live recibió a Esencia Vudú y Atropello Carregal para comenzar la noche a puro rock and roll con dos de las bandas más prometedoras del under nacional. Con dos estilos diferentes, ambos conjuntos demostraron que poseen lo necesario como para dar en cualquier momento ese gran salto a las ligas mayores. Conformaron con facilidad a un numeroso público con listas llenas de potencia y guitarras, poniéndole el calor necesario a una de las primeras noches con verdadero frío desde la llegada del otoño a la Ciudad de Buenos Aires.
Apenas pasadas las ocho de la noche, Atropello Carregal salió al escenario para hacer disfrutar a quienes se habían acercado a horario al recinto para poder verlos a ellos. Con una base de seguidores interesante, el grupo liderado por Gonzalo Fernández en voz y guitarra se mostró por momentos muy cercano a Molotov en lo referido al sonido y a la constante búsqueda de darle mayor volumen al bajo.
Durante varios tramos de su extenso recital, la percusión a cargo de Mauro Meinardo le agregó a sus canciones mucho ritmo latino, algo sin dudas peculiar – y aplaudible- dentro de una estructura concentrada en el heavy metal.
El funk también se hizo presente en muchas de las canciones, con referencias claras hacia Santana y ese sonido que ya es marca registrada suya, demostrando así el amplio rango de estilos por los que Atropello Carregal se mueve desde sus inicios.
Tocaron mayoría de temas de su más reciente disco – el tercero en su carrera- “La Moral De La Naturaleza”, editado en el año 2014, lanzando cerca del final de su presentación una sorpresiva y poderosa versión con nuevos arreglos de “Chupasangre” junto a David Ávalo, guitarrista de Esencia Vudú. Fue justamente en esta pieza donde también se pudo ver un poco de Ska y de Reggae dentro de una ya extensa paleta estilística, con una melodía y una lírica siempre oscilando entre la esperanza y el desamor.
Además de la mencionada “Chupasangre”, sonaron “No Quiero”, “Al Fondo”, “Gente Copia” entre otros temas que empiezan a hacerse costumbre en los recitales, teniendo tiempo para presentar su nueva canción “Ojalá Que Pase Algo”. El cierre fue a puro baile, con el Roxy convertido en un boliche de forma literal ya cerca de las diez de la noche, es decir mucho tiempo antes de que iniciase formalmente el habitual festejo nocturno de cada sábado. Bajo una estruendosa ovación, Atropello Carregal se sacó la foto de rigor con el público a sus espaldas y se retiró hacia camarines con la certeza de que el futuro inmediato les depara muchas sonrisas luego de doce años de duro trabajo.
No tardó demasiado Esencia Vudú en hacerse dueño absoluto de las tablas, con las alarmas nucleares comenzando a sonar a las diez en punto de la noche y los globos de varios colores volando por los aires mientras el bajo hacía sonar los primeros acordes de “Enciende La Mecha”, para luego dar paso a “Así Es La Suerte”, dos canciones que exhibieron la conexión que la banda posee con Divididos en lo referido al sonido general y la estructura de las canciones.
Luego de coronar la canción con un excelente solo por parte de Ávalo, sin siquiera tomarse unos segundos para respirar, continuaron el camino de la mano de “Stress” mientras varias imágenes de la calle Florida en hora pico pasaban a toda velocidad por la pantalla.
Pablo Rivero agradeció a todos por el agite y la presencia y les avisó que había cámaras registrando en vivo ese momento tan importante para ellos. En medio de los aplausos y el griterío de los más fieles, esos que cantan todas las canciones de principio a fin, el “Mini” Parisi se subió al escenario para compartir “Insomnio”, canción donde resaltó por sobre todo el bajo de Christian Alliana combinando potencia y precisión en todas las líneas ejecutadas.
El anuncio de un recital en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, generó una nueva ovación y al instante lanzaron “Tiempo Atrás”, tema que acaba de tener su videoclip y que consiste en una melodía cálida y atractiva y una lírica muy romántica.
“Más Allá” los mostró en una clave más pesada, con un riff bien metalero y un sensacional solo del tecladista Rodrigo Caro. Fue justamente con él quien se quedó en soledad Rivero para interpretar a puro sentimiento “Ilusiones”, dejando un halo de tristeza en el Roxy ya promediando el setlist. Claro que esta sensación se disiparía de inmediato cuando empezó a sonar “¿Acaso Hay Una Respuesta?”, con un doble solo entre Rivero y Ávalo que funcionó a la perfección y redobló el agite bajo el escenario por parte de los fanáticos más eufóricos.
Con “Invierno” el metal más clásico, de fines de los noventas para ser preciso, con el bajo y la guitarra principal llevando el show hacia adelante a pura velocidad. La presencia del frontman en el teclado para “Polos Opuestos” significó un viaje al rock nacional originario, al blues pesado de bandas como Memphis La Blusera y Riff, dejando todo listo para las dos últimas canciones.
La despedida comenzó con una excelente versión de “Antes Del Principio” y se consumó con “Si Pudiera Hablar Con Dios”, esta última iniciada en soledado por Rivero y Caro y con la banda sumándose en el estribillo para que la fiesta sea completa.
Atropello Carregal y Esencia Vudú confirmaron que el trabajo hecho en todo este tiempo no ha sido en vano, que este recital conjunto en The Roxy Live no es más que otro paso hacia adelante en carreras con muchos puntos de contacto. El under de nuestro país tiene una de sus vertientes más interesantes en el rock cruza entre barrial y clásico y en estas dos bandas exponentes con intenciones claras y herramientas más que válidas para poder conseguir su gran objetivo.
Por Rodrigo López Vázquez
Fotos por Mica Stirparo (Sinónimos Fotografía)
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