“Dejaste tu historia atrás, saliste rumbo a lo desconocido”, lanza Ale Kurz en “La Libertad”, parte de El Refugio. El nuevo disco de El Bordo tiene parte de esa frase, el camino hacia nuevas canciones y sonidos innovadores en la historia de la banda porteña. Los seguidores tomaron como propia la nueva obra y colmaron dos fechas en El Teatro de Flores, la primera con entradas agotadas.
Un domingo lluvioso al que le sobraba palidez fue sacudido por el quinteto y una extensa lista de 27 temas. El inicio fue uno de los momentos que más similitudes tuvo con el sábado, la primera fecha del doblete. La imagen que se retrató en la tapa del álbum se adueñó de la pantalla y una pista instrumental retumbó en las paredes del teatro a modo de introducción.
Una vez que se plantaron en sus lugares, los vientos pusieron primera y llegó “Deporte Nacional”, uno de los dos adelantos de El Refugio que ya habían interpretado en vivo. El otro, “Corazones olvidados”, fue la elegida para abrir el show del sábado.
La consigna de “adelantar temas” de la nueva placa permitió un repaso clásico de la historia bordolina con el agregado de algunas canciones del nuevo disco. Por eso, “Mi alma ve” (único estreno del domingo) llegó después de un inicio que incluyó “Guerreros del viento” y “De tanto en tanto”, ambas muy celebradas por el público. Las nuevas piezas salieron a la cancha con un juego de luces a la altura de la obra musical y con visuales para cada tema. Se habló de la alta temperatura que hacía en El Teatro de Flores y, como no existieron las casualidades, fue el turno de la calurosa “Así”.
Las visuales de “Siento” recordaron las épocas del disco Historias Perdidas, con un cuervo como figura principal en la imagen de la banda. La participación de Leandro Kohon y su armónica en los finales de “Tesoro” y “Dejar caer el sol” devolvió el protagonismo a un instrumento clave en el sonido de El Bordo. Al igual que en el primer día del doblete, sonó “La libertad”, quizás la mejor recibida de las presentadas en Flores. Sin salir de El Refugio, no podía faltar “Corazones olvidados”, que se acomodó como una infaltable en las listas de los últimos meses.
“Vamos a cuidar a nuestras pibas y a respetar a las mujeres”, pidió Ale Kurz luego de exigir justicia por la muerte de Micaela García. Al finalizar su pequeño discurso, comenzó “La patada” que tuvo una outro extendida con las guitarras comandando lo sonoro y la frase “La revolución está en las mentes” fija en la pantalla, durante la canción más contestataria que posee El Bordo. “¿A dónde vas?” seguida de “La banda” abrieron la segunda mitad del show, donde se ubicaron los temas que se repitieron tanto sábado como domingo.
Las caras de asombro de cada música se dejaban ver cuando interpretaban las nuevas canciones y la respuesta era satisfactoria, expresada en pogos o en coros de las liricas recientes. Así sucedió con “Destino”, donde los gestos cómplices de la banda se generaban a raíz de un teatro repleto de voces acompañando las melodías. Uno de los mimos para los seguidores más antiguos fue “A mi favor”, mientras las pantallas mostraban imágenes de cielos. “Soñando despierto” y “Cansado de ser” ya demostraban que el final estaba cerca.
El cantante apareció solo en el escenario con una guitarra colgada. Todas las luces apuntaron a él. Los acordes de “Apagado” envolvían a El Teatro de Flores. El track oculto de Un Grito En El Viento fue una de las grandes sorpresas, incluso no estaba en la lista de temas original difundida horas después en las redes sociales. Lo último de El Refugio fue “Metafísica suburbana” que dejó allanado el camino para el cierre de “El Regreso”, al igual que en la fecha del sábado, con Kurz con micrófono en mano y sin su guitarra, imagen poco vista.
Sonaron 40 canciones en 24 horas que recorrieron gran parte de la discografía, con siete de 12 temas del nuevo trabajo discográfico. Shows parecidos con cambios en los momentos adecuados con los suficientes guiños para dejar satisfechos a los seguidores más exigentes. La imagen del fin de semana se resumió a los cinco músicos abrazados, preparados para hacer el saludo final, saltando y coreando junto a su público por su banda, como cada bordolino en Flores. En su gente y sus melodías, encontraron El Refugio.
Fotos de Julieta Marylin Fernández (8/4) y Héctor Palacios (9/4)
[su_custom_gallery source=”media: 140055,140056,140057,140058,140059,140060,140061,140062,140063,140064,140054,140077,140066,140065,140067,140068,140070,140076,140074,140073,140072,140071,140075,140069″ limit=”75″ link=”lightbox” width=”180″ height=”150″ title=”never”]a[/su_custom_gallery]
Comentarios