Ya pasaron dos años desde que Deny presentó su tercer trabajo discográfico de larga duración. “Invencible” es el resultado de una banda que siempre peleó por lo que consideraba correcto. A pulmón y con plena convicción en su trabajo y capacidades como grupo, se abrieron paso entre la multitud con un estilo poco frecuente para las masas y se convirtieron en los reyes de su propio juego.
Siendo la continuación de anteriores trabajos como La Distancia (2009) y Reino de Tormentas (2011), “Invencible” lleva “la fórmula Deny” a un nivel superior y la prueba fehaciente de ello fue la performance del sábado pasado. Luego de haber pisado los principales escenarios de gran parte de América Latina, decidieron volver a Capital para cortar un poco con el frío y reencontrarse con su público.
La tarde comenzó con la primera banda soporte alrededor de las 19.30. Sullivan salió con una sonrisa de oreja a oreja y dispuesto a saltar con toda la gente. Complacido y agradecido con la oportunidad de tocar en Vorterix, su show contó con algunas colaboraciones (Lucas Carrano de Loyalty, por citar una), y se animaron a una versión de la críptica y atravesada por sirenas “2nd Sucks” del grupo estadounidense A Day To Remember.
Emprendida su retirada, el público se re acomoda y aparece Oliver para aportar un poco más de emoción, y con ella los primeros atisbos de grito y descontrol. La energía que manejan en el escenario y las diversas tonalidades que toman sus canciones son prueba de sus doce años de historia como banda. Los hombres de Quilmes se apartan, y la inyección de gente que proviene desde la entrada se comienza a agolpar en el centro del lugar y parte del público se aleja de la barra para acomodarse también allí. Se respira un aire caliente y espeso, mezcla entre excitación y ansias. Bajan las luces, se ilumina la batería y un hombre nos da la bienvenida a los gritos. El golpe de Deny es inminente y en la quijada.
La silueta que emerge desde la bruma es Nazareno Gomez Antolini, screamer y frontman del grupo. Sus expresiones “maníacas” no se condicen con la ternura de su gorro para el invierno, pero aún así, despliega su potencia, técnica y disciplina durante todo el show. Toda la banda (Joaquín y “Pipi” en guitarras, “Jey” en bajo y Agustín en batería), agrega una cuota de virtuosismo y amor por la música a un grupo con mucho escenario encima.
Siempre es un buen momento para disfrutar en vivo de canciones como la condenatoria “La Traición“, la enérgica y saltarina “Lo que siempre buscábamos“, las infalibles “Invencible” y “Resistiendo Golpes“, la agónica “Quebrando Promesas” y las melosas “Un año más” y “Yo“.
En el medio de decenas de fanáticos y esquivando flashes de cámaras ante la inesperada oportunidad, Nazareno y Agustín comparten un breakdown con su público y la marea de gente los persigue. Finalizado el escándalo, todos vuelven a sus puestos y Nazareno grita “Documento #3” junto a su mentor “Knario” Compiano, de Plan 4. Las palabras de este “viejo del metal” (cómo se auto proclama) intentan resumir la idea con la que tanta gente abandonó Vorterix esa noche: “No entiendo esto… pero aguante la nueva generación”.
Deny, con una audiencia considerable a la espera de su próximo trabajo discográfico, se perfila como la respuesta con distorsión y doble pedal al mainstream de nuestros tiempos.
Por Agus Monaco.
Fotos gentileza de Silvia Tuky Fotografía
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