“La belleza es poder verte transpirar”, frase que se hizo carne en los fans que colmaron San Telmo al calor de la euforia de Cielo Razzo. Puntual como ya es costumbre, Pablo Pino (voz) y compañía desataron la furia de “Sin Salida”, “Monos” y “Barón” sin dar respiro, preparando al público para una jornada agitada.
Tras en saludo formal continuaron con “Ogros”, de su disco “Compost”, para dar un poco de respiro a tanto arrebato. Por su parte, Pino estuvo muy activo toda la noche. Con guitarra en mano casi todo el show, el cantante interactuó con sus fanáticos quienes devolvían con calor y gritos, frenéticos pogos hacia la banda. “Payaso” y “Conexión” brindaron el clima perfecto para que la tormenta estalle con “Perseguido” y “Carne 2”, estableciendo un perfecto balance en su repertorio.
Para la noche del sábado, Cielo Razzo propuso repasar parte de su discografía. “Buenas”, “Marea”, “Compost” y su último disco “Tierra Nueva”. El trabajo de armar la lista estuvo en manos de Fernando Aime, más conocido como Nano (guitarra), reconociendo la dificultad de la tarea.
El primer cierre fue de la mano de “La Roca”, “Servile” y “Mi Refugio”, este último compuesto por Diego Almirón (guitarras y coros) para sus fans. El cierre se dio de manera particular. Los integrantes iban abandonando de a uno el escenario, dejándole a Javier Robledo (batería y coros) el privilegio de los últimos golpes.
Después de unos minutos decorados por los gritos del público aclamando a la banda, Cielo Razzo abordó por segunda vez el escenario para hacer sus últimos temas. El desarrollo fue paulatino. Comenzaron con “La gran ola” y “Miradas”, transportando a los fans en un viaje por el tiempo a los comienzo de la banda. Continuaron con “Ventana”, corte difusión de su último disco, para culminar con “Qué sé yo”, la canción más coreada de la noche.
El final llegó tras repasar veintidós canciones de su repertorio. La banda rosarina que comenzó allá por 1993, hoy es uno de los referentes musicales en todo el país. Pese a sus altibajos, el grupo logra mantener un estándar en la escena nacional y alimentar a un gran número de fans con lo más versátil de su repertorio. “Somos Cielo Razzo, una banda uruguaya que está a punto de desaparecer”, se despidió Pino la noche del sábado y todos reímos tranquilos, sabiendo que hay Cielo para rato.
Crónica por Roberto Carlos
Fotos Por Chivi Marcote Fotografía
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