El frío sábado estaba llegando a su fin, pero en La Trastienda algo recién estaba comenzando, la reunión de Blues Motel con su público, una vez más.
La banda del oeste lleva ya una trayectoria de 28 años y eso lejos está de notarse en el escenario, la entrega, y energía constantes son la clara muestra de eso. Blues Motel está formada por Gabriel gaba Díaz (voces y armónica), Adrián Herrera (guitarra), Ariel Herrera (bajo), Nacho Piedrabuena (guitarra), quienes tambien hacen los coros, y completan Maximiliano Larreta (batería) y Sebastián Voyatjides (teclados).
Eran las 23:30 clavadas, la banda había avisado que estén puntualmente, y a esa hora se hizo presente en el escenario para dar comienzo al ritual. Ni bien comenzó el primer tema “Con vos” Gaba demostró que iba a tener una energía arrolladora y que iba a llevar a su público hasta ese lado, el del disfrute total. La segunda canción fue la primer explosión de la noche “Dame magia”, logró el primer coréo incesante de estribillo y la primera conexión fuerte entre la banda y el público, Diaz presentó en la noche su armónica, que le dio el toque ideal al tema y al momento. Poco a poco la noche que afuera era gélida, en la Trastienda empezó a tomar temperatura.
Para la tercera canción “Parabrisas” un tema menos intenso, la gente observaba atentamente a la conjunción de la banda y su sonido sin fisuras, contemplaban y disfrutaban de ellos. La seguidilla siguió con la presentación oficial de uno de los temas de su nuevo trabajo Abrazo Insomnio, del que sólo se tenia un adelanto, pero como prometió Gabriel, se hará la presentación exclusiva en poco tiempo, “Así están las cosas” sonaba y la gente lo seguía atentamente, mientras de a poco iban entrando al clima que Gaba y sus muchachos despedían, la noche se iba tornando encantadora.
Para continuar “¿Y ahora qué?, canción que permitió a través de su melodía, reunir las voces de los integrantes de la banda, que acompañaban en los coros, dándole un toque especial. Luego volvió a escena la armónica, y la segunda explosión de la noche ocurrió cuando el grupo entonó “Nunca tuve que buscarte”, comenzó con un sonido acústico que poco a poco fue subiendo, hasta llegar al estribillo que hizo cantar enérgicamente al público, y así lograr otro momento lindo de la jornada. Clima que quedó instalado hasta el final del show. Vino “Miro” y se lanzaron globos que fueron seguidos de una arenga para la banda.
La noche siguió con “Lo que barre con tu alma”, y en cada final de canción el saludo y reconocimiento hacia ellos fue estridente. Es notorio que existe un cariño por esa añeja banda que con los años fue encontrando su mejor sonido, como un buen vino, que se disfruta mucho más con el paso del tiempo. Eso ellos lo saben, y por eso es que el sonido y las voces fueron impecables a lo largo de toda la noche, y su gente recibió lo que iba a buscar, la total entrega. Promediando la noche “Buscando” bajó un poco las revoluciones, un respiro necesario para lo que vendría a continuación, “Nunca dejaste” regaló un momento muy especial, mientras de fondo estaba la banda dando su mejor versión, una pareja bailaba al compás, uno de esos bailes de rock clásicos, que te hacen sonreír al verlos.
Otra perlita sucedió en la última parte de la noche, uno de los geniales solos de guitarra de “Voy subiendo” dio paso al disfrute, cada frase entonada era acompañada por el público con su cuerpo, era casi tarea imposible para ellos vivir ese momento sin moverse con la música, porque la música que copaba el lugar te llevaba a eso. Y poco a poco se empezaron a ver cada vez más repiqueteos de pies contra el piso o movimientos constantes de brazos en alto, queriendo ser parte del sonido presente, haciéndolo propio con cada parte de su ser.
Gaba agradeció el apoyo de tantos años, y recordó que el nuevo disco estaba a disposición, y que la próxima fecha sería la presentación oficial que se merecía su nuevo trabajo. Vino uno de los últimos temas “Está bien” y el amague clásico de que ese era el último, pero la gente los conoce y no lo cree, por eso entona nuevamente su “Vamos Blues Motel…”, y hace oídos sordos a la amenaza de que la noche podría estar culminando, todavía no era el momento. El siguiente tema llegó luego de un pequeño descanso para recobrar energía, “Mirá como estás” apareció en la noche y la gente completó el estribillo sin la ayuda del cantante, la canción en ese momento era suya, y tenía que ser cantada de principio a fin. Sin descanso empezó a sonar “Ángel” y todo fue fiesta.
El fínal se acercaba, aunque la banda no aflojaba, la entrega era la misma que dio comienzo a la noche. Con esa misma impronta mientras la gente estaba extasiada, y con una sonrisa dibujada durante “Nunca pararé”, Gaba jugaba con el pie del micrófono, a la vez que contemplaba al público totalmente comprometido con su tarea, la de acompañar lo que sucedía sobre el escenario. Minutos después comenzó a retumbar en todo el lugar el clásico ” La mejor banda del rocanrol…” , y los oriundos de zona oeste oían eso mientras se tomaban 5 minutos para volver a cerrar la noche como ameritaba.
Los últimos temas empezaron, y una hermosa intro acústica trajo la calma y el goce de los fanáticos. Las dos canciones previas al final pusieron a bailar a todos y convirtieron a La Trastienda en una fiesta. El principio del fin comenzó con “Cómo un perro”, seguida al pie de la letra por cada uno de los presentes, siguió “Creo que te podré olvidar” y finalmente pasadas la 1 de la mañana del Domingo el momento de despedirse había llegado. La elegida para cerrar fue “Rocanrol en la carretera”, el público elevó los brazos en forma de despedida y siguiendo la melodía, el canto incesante que estuvo a lo largo del show, también y especialmente acompañó esta última canción, la banda seguía dando lo mejor de sí y el momento fue perfecto.
Casi al final unas banderas fueron lanzadas al escenario, y Diaz las tomó sin dejar de regalar su voz en la canción, pero en realidad todo estaba dicho: Blues Motel era de todos, y así fue durante toda esa gran noche en el centro porteño. El saludo final y el coréo que culminó la noche aparecieron, y la banda dejó el escenario agradecida. Mientras el público se disipaba la sensación que reinó toda esa noche seguía latente, es un grupo querido por cada uno de sus seguidores, hay una comunión y entendimiento tan grande, que fue inevitable retratar además de la impecable labor del grupo, las sensaciones que vivían los fanáticos. Pocas bandas logran eso. Y por eso era digno de contar.
Ahora sólo queda esperar la próxima presentación, aún a confirmar, para conocer en sociedad “Abrazo Insomnio”. Disco que seguramente enamorará a sus seguidores como los anteriores, porque entre Blues Motel y su gente, hay magia. Y la noche del sábado será sin dudas un gran recuerdo para todos los que se hicieron dueños de La Trastienda por un rato.
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