Después del “efecto Metallica” que dejó el sin sabor de la cancelación del que sería su primer show en el país poco más de tres años atrás, Airbourne tuvo su merecida revancha en Buenos Aires con un show tan breve como intenso. Si bien no fue por “agotamiento físico y mental” como habían aducido Lars Ulrich & Cia, nunca quedó claro cuales fueron esos “conflictos no previstos” que mencionaron en aquel comunicado y que los obligaron a no viajar y devolver el dinero de los tickets.
Eso era historia pasada y esta vez la banda australiana no se guardó nada y dejó todo en la cancha, como cada vez que sale a tocar. Al igual que sus compatriotas y grandes influencers de AC/DC, el grupo tiene en sus filas a dos hermanos. Comandados por Joel y Ryan OKeeffe, voz y guitarra y batería, respectivamente, salieron a patear cabezas junto a Harri Harrison en guitarra y Justin Street en bajo con un idioma bien claro: el rock and roll de guitarras, ese que respiramos los argentinos y que quedó plasmado en “Live At River Plate” que los hermanos Young grabaron aquí.
Tras un set contundente y que calzó a la perfección con la banda principal, la música de La Naranja había sido el mejor de los aperitivos para lo que se venía. Apoyados en una carrera de más de dos décadas y algunos éxitos de Riff, el carisma de Gabriel El Pelado De Lucca, su cantante, y el experimentado Héctor Boff Serafine en guitarras, dieron en la talla del semejante desafío y recibieron el visto bueno de esos inconformistas que se quejan por la inclusión de Las Pelotas antes que AC/DC. Para colmo contaron con un “stage” de lujo, nada menos que el recientemente desvinculado guitarrista de Viticus, Sebastián Bereciartúa.
Pasando las nueve y media de la noche, la humedad reinante en la Ciudad no mojó los cables ni le causó cortocircuito alguno a los integrantes de Airbourne, que ni bien terminó el soundtrack que el estadounidense Brad Fiedel aportó para la banda de sonido de Terminator II salieron eyectados al escenario dejaron que estaban realmente “listos para rockear”, como afirma el tema que abrió la lista que tendría once en total.
Lo que no estaba listo ni preparado era el micrófono de Joel Okeefe, una especie de Luciano Napolitano con la muñequera, la guitarra y los jeans que James Hetfield usaba en los ochenta. El artefacto no estaba listo para toda la potencia del australiano, de quien casi no escuchó la voz en las dos primeras canciones. La primera no la repitieron, algo que si sucedió con “Too Much, Too Young, Too Fast”, luego de que el público se acordara -llamativamente- de la madre del sonidista que miraba azorado al anillo central mientras todos lo puteaban.
Esta primera visita de Airbourne se dio en el marco del tour latinoamericano que los llevó a tocar en Chile, Uruguay, Perú, Brasil y México para la presentación de Breakin Outta Hell, su cuarto y último álbum de estudio lanzado el año pasado y cuya portada -diseñada por Ben Couzens– ampliada mil veces en su tamaño escoltaba al cuarteto en la pared del ex Cine Teatro Fénix. Producido por el reconocido Bob Marlette, la placa fue el eje de la lista de temas y desde donde se desprendió una de los temas más celebrados: “It’s All For Rock ‘N’ Roll”, que le dedicaron a Lemmy Kilmïster, una de sus mayores influencias y que en el video clip maniobra el camión que transporta a la banda tocando en vivo mientras escapa de la policía.
Acá no se escapaban de nadie, sin ir más lejos lo vivían bien de cerca y al calor de sus fanáticos. El loco de Joel Okeefe invitaba a las chicas a bailar y mostrarse en “Girls In Black” mientras el bajaba a la valla y abría latas de cerveza con su cabeza, todo muy normal. Embebido en alcohol, el cantante estaba en la suya y, como toda la noche, pese a su inglés natal y poco manejo del español, hablaba el mismo idioma con su gente, sobre todo cuando comenzó a revolear por el aire vasos de cerveza a medio llenar.
No hay que pedirle peras al olmo, y Airbourne hace bien lo que hace, reconociendo sus limitaciones. Con quince años de trayectoria, están escribiendo su propia historia y tienen canciones que son furor en video juegos como el Nascar, Guitar Hero, Rock Band o el Need For Speed. Guitarras, mujeres, autos, motores… todo lo que a ellos les gusta.
Tampoco tienen necesidad de querer ser otros, son quienes son y en los dos temas finales lo dejan bien claro. La versión extendida de “Live It Up” y la excitante “Runnin’ Wild”, donde incluyen partes de “Paranoid” (Black Sabbath) & “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” de AC/DC le ponen punto final a una noche soñada.
Otra noche loca en la vida de estos cuatro oriundos de Warrnambool, Victoria, Australia, que horas después será otra anécdota. “Es un largo camino a la cima si quieres rockandrollear” cantaba Bon Scott en el clásico de AC/DC y así también lo viven ellos, que tienen programados casi cuarenta conciertos entre octubre y noviembre en Europa. Así lo sienten, así lo cantan y así los entienden: el idioma del rock and roll.
[su_spoiler title=”Lista De Temas”]
01. “Instrumental, Tema De La Película “Terminator 2″”
02. “Ready To Rock”
03. “Too Much, Too Young, Too Fast”
04. “Down On You”
05. “Rivalry”
06. “Girls In Black”
07. “It’s All For Rock ‘N’ Roll”
08. “Breakin’ Outta Hell”
09. “No Way But The Hard Way”
10. “Stand Up For Rock ‘N’ Roll”
Bises:
11. “Live It Up” (Versión extendida)
12. “Runnin’ Wild” (Versión extendida, incluye partes de “Paranoid” (Black Sabbath) & “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” de AC/DC)
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Fotos por Héctor Palacios // Grizzly FV
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