Quedan solo minutos del viernes. En San Telmo las calles pintorescas, y no tanto, están desoladas con la exclusiva presencia de las luces que le marcan el camino a los autos que pasan por la misma. Hay una cuadra que rompe la monotonía sobre Perú al 500. Museum ya tiene sus puertas abiertas pero la mayoría, público de De La Gran Piñata, espera afuera. Las obras en una de las esquinas dejan el angosto asfalto despoblado de vehículos, otro guiño para que los piñateros copen el lugar.
Apenas comenzado el sábado, salió Huevo para abrir la noche. El cuarteto entretuvo a los que ya estaban decididos a escuchar una seguidilla de bandas en el marco del aniversario de la Revista Soy Rock. Estuvieron sobre el escenario durante un tiempo corto en el que dieron una muestra de lo que será el show en Palermo Club, el 17 de diciembre para despedir el año. Afuera, la cuadra se convertía en una plaza entre fanáticos con guitarras, grupos de amigos reunidos en rondas y bebidas que se repartían entre bocas amistosas.
Utopians pisó Museum y se presentó con “Alimaña” y “Tren de la alegría” que no tuvieron descanso entre sí. Hubo espacio para que los aficionados al cuarteto se hagan oír con “Trastornados” seguida de “Algo mejor”, dos de los cortes de difusión más populares que sacó la banda en su carrera. Barbi Recanati, con la enorme panza de embarazo que la obliga a tocar la guitarra de costado, avisó que venía una canción para moverse y así llegó “Reflejo”. El final llegó con anticipación debido a que el final de “Todo lo que tengo” rompió la batería de Tomás Molina Lera cuando faltaba un tema que decantó en una improvisación. El local de San Telmo ya tenía un amplio número de personas adentro y solo bastaba el cierre de la madrugada.
Con la puntualidad que se manejó a lo largo de toda la noche, De La Gran Piñata salió a escena a las 2:15, cuando se cortó abruptamente la canción de Jovenes Pordioseros. “Icaro” mientras el nombre de la banda se afirmaba en la pantalla de audiovisuales que se dividió entre imágenes de ese tipo y las iniciales del grupo. La guitarra de Panter Giuliano comenzó con “Introspectivo” y lo siguió “Polvo y arañazos”, para que quede claro que se venía una lista para apretar los dientes y entregarse al pogo de las primeras filas de Museum.
“Llegamos al final del año. Muchas gracias”, avisó el cantante ante un público muy efusivo desde el primer minuto. El arranque a pura potencia se cerró con “Fe de ratas” y “Escalofrios”, que cedieron el lugar a parte del repertorio más calmo que tiene La Piñata. Basta escuchar los primeros acordes de “Borracho” para comenzar a visualizar innumerables chicas y chicos subiéndose a los hombros de otros para cantar desgarradamente la canción de Miercoles. “A donde se nos fue el sol” siguió la misma tematica de las voces expresándose con pasión. “Under” y “Sonrisa” mostraban el equilibrio entre lo crudeza y lo amoroso que habita en la banda.
El infaltable pogo de “Montaña rusa” dijo presente cuando los relojes recordaban que eran las 3am. El ida y vuelta por la discografía fue una constante a lo largo de la presentación aunque El Equilibro Entre Los Opuestos tuvo su momento de exclusividad con “Blanco facil” continuado por “Tristeza” y “Buena suerte”, que demuestran que cuando no se pogea, en los nuevos temas se ve una cara más oscura en lo sonoro de DLGP. Una de las ovaciones del show se la llevó la interpretación de “Los asuntos del miedo”, momentos antes de llegar a una de las canciones más emblemáticas.
“Parece algo menor pero esta semana, esta canción llegó al millón de visitas en Youtube”, comentó el cantante antes de empezar con la mágica “Veredas”, desde Viaje Al Centro De Uno Mismo. Resultó inevitable saltar a la par de los músicos que desde arriba del escenario destilaron energía a lo largo de casi dos horas. En modo de juego y prueba, el grupo ordenó que se “abran las aguas” y se hizo una calle en el medio de Museum para recibir la fuerza de “Despertador”, ubicada en la recta final de la presentación.
El trío final estuvo compuesto por una de cada disco. Primero, llegó lo actual con “Tu can”, que abre el último álbum. La muy celebrada “Residuos” aumentó el calor de San Telmo y se despidieron con “La historia de la mosca y la araña”, donde los intérpretes pasaron a ser los seguidores, con el coro del estribillo repetido en loop por ellos mismos, incluso cuando De La Gran Piñata ya se había despedido.
Fotos por Héctor Palacios.
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