Escribir sobre los que van a escribir todos hace aún más difícil el análisis de una nueva final ganada por Brasil y la primera perdida por España en cinco años. El Maracaná si vistió de gala para ver al seleccionado que más Copas del mundo tiene en sus vitrinas y al que hace media década venía dando lecciones de fútbol gratuitas por todo el planeta. El 30 de junio del 2013, la historia le ganó al presente. Neymar y compañía se consagraron, dieron su primer paso hacia Brasil 2014, el Mundial que todos quieren ganar, aunque muchos se quejen en el intento.
Es imposible no vivir esta partido como argentino, más teniendo en cuenta que no clasificamos por dar pena en una Copa América en la que éramos locales. Ninguno de nosotros quiere ver campeón a Brasil, pero en este caso la historia es otra. El 3-0 en el estadio donde se jugará la final de la próxima copa del mundo y frente al actual campeón del mundo es lo mejor que nos podía pasar, para que ellos se agranden a once meses de su mundial.
Fred. Neymar. Fred. Ese fue el orden de los goles de un seleccionado que ya no es digno del juego bonito pero que brilla por su eficiencia. Pega más de lo que juega, gana y se agranda. Brasil aprovechó todas las situaciones que tuvo, especialmente las primeras de cada tiempo. Así llega jugoso al 2014. Agrandado, como en 1950, donde tampoco estuvimos. Ellos por primera vez gritaron unánimemente por Neymar, nosotros por mucho menos ya le entregamos toda la responsabilidad a Messi. Los dos van a jugar un torneo aparte, por más desde que ya sean compañeros de equipo en Barcelona.
A ellos ya se les terminaron las dudas, con Scolari en el banco recuperaron parte de su identidad, la obligación de ganar siempre. Con este entrenador ya salieron campeones en el 2002 y hoy levantaron otro trofeo. Fe les sobra, siempre van a ser Brasil y están convencidos de que más allá de la adversidad siempre van a ser los mejores. No importan los nombres, la historia ya está escrita, algún capítulo fue de Pelé, otro de Garrincha, después llegó Romario y hace once años se vistió de héroe Ronaldo.
Esta noche Río de Janeiro se vistió de fiesta, festejó de algarabía, dio, quizás, la vuelta olímpica más importante desde que fue construido el Maracaná. No se volvió a repetir la historia del Maracanazo, sin embargo hay hechos que hablan: Todos los equipos que ganaron la Copa Confederaciones, perdieron el Mundial al año siguiente, cabe destacar que Brasil fue campeón en 1997, 2005, 2009 y en esta última edición. ¿Mito o realidad?. Lo sabremos el año que viene. Mejor que se agranden.
Hubo otro equipo en la cancha además de Brasil, fue España, que estuvo lejos de ser el Campeón del mundo o el dos veces mejor equipo de su continente. Un 3-0 contundente, que no terminó con una generación dorada pero abrió el paraguas, todavía hay tiempo para cambiar. Fue un llamado de atención antes del mundial. Fernando Torres no puede jugar más. Molestó en Sudáfrica y sobró en la última Eurocopa, pero para Vicente del Bosque todavía valen sus goles en el 2008. Pasaron 5 años. Un ciclo.
Qué festeje, Brasil. Qué bailen, Neymar y Alves. Tomen caipiriña y brinden con cerveza. Nosotros corremos desde atrás, espérennos, que el 10 de septiembre en Paraguay vamos a sacar el pasaje para jugar su Mundial, donde vamos a ser su pesadilla, como toda la vida.
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