Por Juan Pablo López
La muestra de respeto del Bayern Múnich es esta: jugar los 90 minutos a un ritmo vertiginoso, sin bajar la intensidad, y celebrar cada uno de los diez goles como un logro de un trabajo bien hecho. Incluso en el 8-0, a los 80 minutos, Stanisic lamentó con amargura no haber podido clavar el balón en el ángulo con un tiro que pasó cerca del palo, un reflejo de la mentalidad que Vincent Kompany ha devuelto a la institución bávara: correr de principio a fin, y vivir cada jugada como la decisiva.
El Auckland City apenas dispuso de tres ocasiones claras en todo el encuentro. Solo en una de ellas Neuer tuvo que “embarrarse”: un lejano y raso disparo de Garriga que el arquero alemán detuvo sin mayores sobresaltos. Otro acercamiento fue un córner que no generó dificultad alguna para la defensa bávara. Más tarde, la ilusión de una jugada que David Yoo no pudo definir bien fue frustrada por la intervención oportuna de Stanisic. El resto del partido, un monólogo aplastante del equipo alemán.
El más beneficiado fue Jonathan Tah, que debutó con la camiseta del Bayern y se la paso tejiendo toques con Upamecano en el tercer cuarto de la cancha, ademas de que asistio el primer gol del partido: un cabezazo de Kingsley Coman que desató el frenesí, la fiesta bávara. El otro debutante, Leonott Karl, que venía de disputar el Europeo Sub-17, estuvo cerca de convertir de cabeza en su primer partido en primera división.

El otro gran protagonista fue Thomas Müller, quien finalmente alcanzó los 250 goles con el vigente campeón de la Bundesliga. Una cifra goleadora que se le resistía, pero que logró en su último torneo antes de dejar el club. Además, asistió a Musiala, quien selló su hat-trick a los 23 minutos de haber ingresado. Movedizo por todo el frente de ataque, sonriendo mientras jugaba y con un estilo más técnico que letal, el dorsal 42 alemán se ha consolidado como el heredero del puesto de Thomas. Con ambos jugadores liderando un ataque que ni se despeinó para anotar once goles, el Bayern se presentó con la mentalidad avasalladora que lo caracteriza.

El Auckland City tendrá que enfrentarse al Benfica con la difícil tarea de aprender, crecer y elevar su ritmo para soñar con alguna posibilidad. Del otro lado, el Bayern Múnich descansará hasta el viernes, cuando enfrente a Boca Juniors. El equipo alemán no se confió en 2020 con aquellas goleadas a Spurs y Barcelona, ni tampoco en 2013 cuando llegaron a la final con creces. Ahora, se prepara para jugar contra Boca con la misma firmeza y concentración que lo llevó a esta histórica goleada.
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