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Leopoldo Luque: “Me hubiese gustado salir campeón en democracia”

El recuerdo del Mundial ‘78 se entremezcla, siempre, con el de la etapa más sombría de la Argentina. A 40 años de la primera Copa del Mundo para la selección nacional, Leopoldo Jacinto Luque, figura de aquel equipo campeón, revive esos días en los que la pelota se pintó de celeste y blanco. Y de negro también.

La señal demora en conectar, pero el teléfono suena. Hay tono. Del otro lado, en Mendoza, atiende quien fuera uno de los mejores goleadores de nuestro fútbol. “A nosotros nos usaron”, aclara Luque, antes de comenzar una charla que recorre toda la cancha. Fútbol, dictadura, las luces del triunfo deportivo en medio de tanta oscuridad y la toma de conciencia.

RNB: Durante el desarrollo del Mundial, ¿qué tan alejados estuvieron ustedes de la situación política y social que atravesaba el país?

Luque: Sinceramente, tanto nosotros como los argentinos en general no teníamos acceso a un montón de cosas. Me acuerdo de que nos asombraba que concentrábamos en una casa quinta de un amigo de Menotti, y estaba siempre rodeada de soldados. Era una manzana entera, y en cada esquina había un batallón. A los que entraban les revisaban abajo del auto, adentro y afuera. A las mujeres de los jugadores también. Y todo eso nos llamaba la atención. Pero después, cuando nos traían los diarios y las revistas, nosotros mirábamos primero las novedades deportivas y de fútbol, y a lo último le pegábamos una ojeada a lo demás. Y siempre los militares eran los buenos y los subversivos, los malos.

RNB: ¿En ningún momento imaginaste lo que estaba sucediendo en la calle mientras jugabas?

Luque: Yo soy muy sincero. Yo quería jugar el Mundial. La Copa del Mundo del ‘74 la vi en Santa Fe, jugando para Unión, en Primera B. Entonces, cuando se me dio para jugar un Mundial, a mi no me importaba nada, porque mi objetivo era mirar hacia adelante, prepararme y jugar. Yo nunca pensé que se estaba haciendo semejante barbaridad. No sé qué hubiera pasado si nos hubiésemos enterado de los desaparecidos en ese momento. Todo eso salió a la luz años después.

RNB: A lo largo del tiempo se alimentó la versión de que los militares tenían trato con el plantel de aquella Selección, ¿fue así?

Luque: En el transcurso del Mundial, yo tuve un problema gigante. Mi hermano, viniendo a ver el partido contra Francia, tuvo un accidente y falleció. Yo jugaba a la tarde noche, y mis papás habían decidido no avisarme nada. Y bueno, terminado el partido, me avisaron, y empezamos a hacer los trámites para llevar a mi hermano a Santa Fe. Cuento esto porque a nosotros nos dicen que tuvimos relación con los militares, y cuál habrá sido mi relación, que tuve que hacer miles de trámites para llevar a mi hermano desde Buenos Aires a Santa Fe. Y lo hice todo yo solito. Nadie se acercó. Los únicos que me ayudaron fueron mis compañeros. Y Menotti, que lo quiero como a un hermano.

RNB: Como campeón del mundo, ¿te molesta la creencia de que el partido frente a Perú no se jugó sólo en la cancha?

Luque: Sí, ¿sabés por qué? Porque los que inventaron eso fueron los mismos argentinos, para minimizar nuestro logro. Yo puedo asegurar que el partido de Perú lo ganamos nosotros porque fuimos mejor equipo que ellos, y porque jugamos el mejor partido del Mundial. Les pegamos un baile infernal.  A mi nadie me dijo: “Tirate en el área que te van a dar un penal, encaralo a fulano que te va a dejar pasar”. No existió nada. Nada de nada.

RNB: Hoy día, 40 años después, ¿creés que fueron definitivamente utilizados por la dictadura militar?

Luque: Por supuesto. A nosotros nos usaron. Pero no porque hayamos estado de acuerdo. Los militares utilizaron la Copa. Yo creo que el fútbol nuestro es mundialmente conocido, y Argentina es una potencia futbolística. ¿Te imaginás si no hay fútbol? Y peor si las cosas a nivel país están difíciles. Pero yo no jugué para los militares. Yo jugué para mi país.

RNB: A veces, ¿imaginás cómo hubiera sido ser campeón del mundo en tu propio país, si el contexto hubiese sido otro?

Luque: Me hubiese gustado jugar en democracia. Porque hasta económicamente hubiera sido diferente. Hubiéramos tenido un súper premio por ganar el Mundial. Pero los militares hicieron lo que se les antojó. Si salíamos segundos, no nos pagaban nada. Era terrible. Pero ni nos importaba la plata. Nosotros lo que queríamos era la gloria. Y así fue.