Las Leonas quedaron fuera de un podio olímpico por primera vez después de 16 años, y la necesidad de dar vuelta la página post Luciana Aymar se hizo un poco más tangible. El hockey le debe todo lo que es a la rosarina que supo vestir la camiseta nacional por más de una década, y no es para nada exagerado decirlo. Pero este legado que dejó Lucha luego de su retiro en diciembre del 2014 tiene peso propio, y se ve reflejado mayormente en el funcionamiento del equipo. El conjunto albiceleste no encontró nunca su juego a lo largo de estos Juegos de Río 2016. El punto más alto lo tuvo en el último partido de la fase de grupos contra uno de los rivales más débiles que se podía enfrentar, y fue 5 a 0 contra India, con facilidad, pero sin continuidad del equipo a lo largo de los 4 cuartos.
Pero más allá de ese partido Las Leonas no jugaron su mejor hockey, y ellas son las primeras en reconocerlo. Si algo las caracterizó siempre es el análisis objetivo sobre sus participaciones, y todas coincidieron tras caer ante Holanda en los cuartos por 3 a 2, luego de una notable levantada que dejó esa sensación de que se podía ganar, que no habían jugado como debían salvo en los últimos dos cuartos, periodos que también tuvieron la chance de jugar por 10 minutos con 3 jugadoras más por la suspensión de 3 holandesas con tarjetas.
Por eso es que luego de la caída y el dolor, queda barajar y dar de nuevo. El juego ya no gira alrededor de la maga que convertía el pase más exigido en asistencia, o incluso en gol. Ahora el equipo tiene que funcionar como tal y debe encontrar una nueva forma. Las Leonas ya están instaladas, y es sabido que cuando se mira un partido de ellas, ganas y entrega no faltarán nunca, porque eso está en su ADN, ese que se forjó durante años a base de victorias y podios.
Las chicas siempre fueron garra y corazón, contando además con ese plus de juego, el que las convirtió en una de las mejores selecciones del mundo en ese deporte por muchísimos años. Y no han dejado de serlo, porque enfrentarlas no es algo que quiera ningún conjunto, ni siquiera Holanda, con quien se han enfrentado en varias oportunidades, siendo tanto victimas como verdugos del equipo naranja.
Por eso es que ahora se deben apoyar en las más experimentadas, esas que ya tienen muchas batallas y saben lo que es hacerle partido a cualquier equipo, sin importar mas que la conviccón en su funcionamiento y entrega. Delfina Merino, Carla Rebecchi, Noel Barrionuevo y Belén Succi, son exponentes que ya juegan en el equipo hace varios años, y entienden como nadie que ahora sin Lucha se deben rearmar y formar su juego en base al todo, y que las grandes jugadoras que tienen, la calidad del equipo, sigue ahí, sólo hay que hacerla brillar sin la gran referente. Ojo, no es nada fácil deshacerse del juego y el vuelo que significaba tener a Lucha, cualquier persona que conozca un poco de hockey lo sabe, pero a este equipo siempre se le tiene fé, porque les sigue doliendo como siempre quedarse abajo del podio.
En Río aún sin jugar su mejor hockey llegaron a instancias eliminatorias, y también ganaron la Champions Trophy días antes del compromiso olímpico. Por todo eso y muchas otras cosas, estas chicas tienen crédito abierto. Nadie le regaló nada a la selección de hockey, el deporte de las Leonas y Los Leones no era tenido en cuenta por nadie fuera del círculo de los clubes y los familiares de quienes lo jugaban. Nadie tenía expectativa en lo que pudieran hacer, y eso de la mano de Luciana Aymar cambió; la rosarina, acompañada por un equipo sólido en todas las líneas, las Leonas vintage como se llaman entre ellas, con Cachito Vigil el principal responsable del cambio de paradigma en la mentalidad del equipo femenino de hockey, comenzaron a trazar el camino. Luego al pasar los años grandes jugadoras jóvenes fueron sumándose a la selección, y se integraron sin problemas en la dinámica leona. Así el deporte marginado pasó a ser motivo de orgullo para quienes comenzaron a ver a este equipo, y descubrieron lo que hacían en la cancha. Dejar todo en cada partido y jugarle de igual a igual a todos comenzó a ser lo que las distinguía, su ADN. A partir de todo esto es que el Hockey empezó a tener un nombre en el deporte nacional. Y es por eso que las Leonas actuales, las que deben acostumbrarse a competir sin el aporte de Aymar, tienen que encontrar su nueva forma de jugar, de enfrentar todos los torneos y a los rivales de siempre, esos que las van a tener como equipo a temer sin importar como lleguen. Ellas deben buscar en el equipo la nueva identidad, deben ser una unión de habilidades y fortalezas.
Lo que las llevó a lo más alto fue un conjunto de cosas, y de ese lugar es del que no se tienen que ir jamás, porque no lo merecen después de todo lo logrado. Luciana Aymar ya no está, pero es imposible despegarse de todo lo que dejó, Las Leonas comenzaron a ser a partir de su incidencia, y eso es algo que sólo logran los distintos. Pero ahora es momento de que la magia de Lucha deje paso a esta nueva etapa, que será algo diferente, pero que si mantiene el estirpe de Las Leonas, ese que dio comienzo a todo, tiene la forma de volver a perpetrarse en el tiempo. Solo queda esperar que la magia se vuelva a hacer presente, ahora sin su principal responsable. Una tarea difícil, pero sabemos que este equipo no conoce de imposibles.
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