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La violencia volvió a ganar en Independiente

Una vez más, los violentos se salieron con la suya. Las internas en la barra de Independiente lograron que se suspenda el partido entre el local y Unión de Santa Fe. Mientras tanto, para AFA esto se soluciona sacando a los visitantes. ¿Cómo puede ser que sea tan difícil? ¿Cómo puede ser que esos personajes hayan llegado a obtener tanto poder? ¿Por qué nadie piensa en el hincha? ¿Hay solución? Todas estas, preguntas retumban fuerte en nuestras cabezas cada vez que la violencia arruina un evento deportivo. Lamentablemente, es la triste realidad por la que atraviesa el fútbol argentino, y para peor, no parece haber nadie interesado realmente en terminar con esto. Ni a los políticos, ni a AFA, ni a los dirigentes de los clubes les conviene soltarle la mano a las barras bravas. ¿Por qué? Pregúntenle a Javier Cantero: amenazas de bombas en escuela del club, visitas inesperadas en la sede, partidos suspendidos en el entretiempo, suspensión de Asamblea por arrojo de sillas, y ahora, partido suspendido horas antes de que se inicie. La idea no es victimizar al Presidente de Independiente, para nada. Inició una batalla y la dejó a mitad de camino. La tribuna nunca dejó de estar ocupada por barras. Para peor, antes era una sola y ahora hay dos. Si los violentos volvieron a ganar ayer, ¿Cómo puede Cantero decir que se anota a favor el punto de la lucha contra la barra brava? Lo que sucedió se veía venir. Durante toda la semana, el barra brava Pablo Álvarez avisó que iría con los suyos a ocupar nuevamente la tribuna Norte Baja. Lo repitió incesantemente a través de Facebook, e incluso subió la foto con todas las entradas. ¿De dónde las sacó? ¿Quién se las dio? No se sabe. Además, increpó hasta el cansancio a Loquillo, el jefe de la otra facción. Se sabía que algo iba a pasar. Sin embargo, el horario designado (21:15), tampoco ayudó. Los bonos que dispone el APREVIDE, tampoco. La gente, con todo el hartazgo a cuentas, y pese a tener algo de temor por lo que podía llegar a ocurrir, igualmente se preparó y esperó con ansias el encuentro. ¿Cómo se le explica al que viaja desde el interior que tres horas antes se decidió la suspensión del partido por culpa de unos energúmenos? ¿Y al que tiene abono para todo el torneo? Inexplicable. Todo sigue igual y no parece haber síntomas de cambio. Mientras tanto, el perjudicado sigue siendo el hincha, que mantiene y mantendrá su pasión intacta. Nada ni nadie le va a sacar las ganas de ir a la cancha. Porque el hincha es el verdadero dueño del club, que a fin de cuentas, también es el otro gran perjudicado. Ningún club merece ser tratado con la bajeza, la ignorancia y el desinterés con que se los trata. ¿Cómo se explica el grado de impotencia al ver que están matando al fútbol?

Una vez más, los violentos se salieron con la suya. Las internas en la barra de Independiente lograron que se suspenda el partido entre el local y Unión de Santa Fe. Mientras tanto, para AFA esto se soluciona sacando a los visitantes.

¿Cómo puede ser que sea tan difícil? ¿Cómo puede ser que esos personajes hayan llegado a obtener tanto poder? ¿Por qué nadie piensa en el hincha? ¿Hay solución? Todas estas, preguntas retumban fuerte en nuestras cabezas cada vez que la violencia arruina un evento deportivo. Lamentablemente, es la triste realidad por la que atraviesa el fútbol argentino, y para peor, no parece haber nadie interesado realmente en terminar con esto. Ni a los políticos, ni a AFA, ni a los dirigentes de los clubes les conviene soltarle la mano a las barras bravas. ¿Por qué? Pregúntenle a Javier Cantero: amenazas de bombas en escuela del club, visitas inesperadas en la sede, partidos suspendidos en el entretiempo, suspensión de Asamblea por arrojo de sillas, y ahora, partido suspendido horas antes de que se inicie.

La idea no es victimizar al Presidente de Independiente, para nada. Inició una batalla y la dejó a mitad de camino. La tribuna nunca dejó de estar ocupada por barras. Para peor, antes era una sola y ahora hay dos. Si los violentos volvieron a ganar ayer, ¿Cómo puede Cantero decir que se anota a favor el punto de la lucha contra la barra brava?

Lo que sucedió se veía venir. Durante toda la semana, el barra brava Pablo Álvarez avisó que iría con los suyos a ocupar nuevamente la tribuna Norte Baja. Lo repitió incesantemente a través de Facebook, e incluso subió la foto con todas las entradas. ¿De dónde las sacó? ¿Quién se las dio? No se sabe. Además, increpó hasta el cansancio a Loquillo, el jefe de la otra facción. Se sabía que algo iba a pasar. Sin embargo, el horario designado (21:15), tampoco ayudó. Los bonos que dispone el APREVIDE, tampoco. La gente, con todo el hartazgo a cuentas, y pese a tener algo de temor por lo que podía llegar a ocurrir, igualmente se preparó y esperó con ansias el encuentro. ¿Cómo se le explica al que viaja desde el interior que tres horas antes se decidió la suspensión del partido por culpa de unos energúmenos? ¿Y al que tiene abono para todo el torneo? Inexplicable.

Todo sigue igual y no parece haber síntomas de cambio. Mientras tanto, el perjudicado sigue siendo el hincha, que mantiene y mantendrá su pasión intacta. Nada ni nadie le va a sacar las ganas de ir a la cancha. Porque el hincha es el verdadero dueño del club, que a fin de cuentas, también es el otro gran perjudicado. Ningún club merece ser tratado con la bajeza, la ignorancia y el desinterés con que se los trata. ¿Cómo se explica el grado de impotencia al ver que están matando al fútbol?