Por Fernando Tustanovsky
A medida que la Bombonera se iba colmando de gente, el comentario general en las tribunas y escaleras era “che, viste que se mató Roberto Mouras?”.
Ese 22 de noviembre de 1992, el mismo día que el “Toro” perdiera la vida corriendo en Lobos, Independiente visitaba al Boca invicto de Oscar Tábarez, candidatazo a quedarse con ese Apertura.
El “Rojo” llegaba casi de regalo a este encuentro, su temporada era muy floja y en el banco de suplentes se sentaba el tercer técnico que utilizaban, Pedro Marchetta. El marco del estadio era una locura. Lleno completo. Tarde de sol. Olor a recta final de campeonato casi en el bolsillo.
Lo esperado ocurrió, Boca desde el primer minuto lo pasó por arriba a Independiente. Superándolo en todas las líneas, el visitante bloqueaba y resistía como podía los intentos de los xeneizes, solo había que esperar cuando llegaría el primer gol. Pero, bendito es el fútbol, esa tarde se gestaría, a mi modesto entender, lo que podemos llamar “El día del arquero”.
Me refiero a Luis Islas, ese domingo sí que se había levantado con el pie derecho. No falló en ningún centro, le patearon abajo, arriba, a colocar, a quemarropa y siempre respondió. Victor Hugo, gritaba por la radio “Islas!!!”, en la cancha se escuchaban los “uuuhhh” que interrumpían el grito de gol enla garganta. Eraataque tras ataque de Boca, por todos lados, todo el partido, y siempre chocó con la enorme figura del arquero de Independiente.
Como para que la historia sea especial, en un contragolpe, la delantera de Independiente encontró mal parado al local y entre toques y toques Daniel Garnero la empujó ala red. La gente de Boca no lo podía creer. El resultado era tan injusto como difícil de que estuviera ocurriendo.
Faltando 15 minutos el árbitro Juan Bava lo expulsa a Eber Moas y la cancha se inclinó aún mas. A los 37 minutos del segundo tiempo, penal para Boca. Patea José Luis Villarreal e Islas en volada de las que se ven poco, la saca al lado del palo derecho como para poner un cierre conmovedor a semejante actuación. Era imbatible. De hecho, había atajado tanto que ya parecía injusto que esa tarde le convirtieran.
Una foto del partido es un cabezazo que saca volando de palo a palo a Giunta, atajadas que valen 3 puntos, esas voladas de Islas despatarrando las piernas y provocando avalanchas de gritos de gol ahogados.
Final. Victoria agónica de Independiente. Todos los periodistas buscándolo a Islas, que después de contestar preguntas se retira solo al túnel y, vaya reconocimiento, todala Bombonera lo aplaudió.
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