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Una victoria indispensable para River

River volvió al triunfo. Sin jugar bien, pero generando situaciones, se impuso por 1 a 0 frente a All Boys en el monumental con gol de Carbonero.

Tras haber llegado al país el viernes a las 23hs, luego del agotador viaje a ecuador, los dirigidos por Ramón Díaz recibían al All Boys de Julio Cesar Falcioni en lo que, a priori, se sabía iba a ser un partido complicado. Siempre le cuesta a River frente a los de floresta, y con JC en el banco, esta no iba a ser la excepción. Sin embargo, la victoria era imperiosa. Para dejar de desperdiciar puntos en el torneo local, para conseguir ese triunfo que permita trabajar con tranquilidad, para llegar de la mejor forma al choque del jueves por la Copa.

Y sin jugar bien, River ganó con justificado triunfo más allá del pobre nivel juego. Porque anoche en el monumental se volvió a ver al equipo que logró el segundo puesto en el torneo pasado. Un equipo  con pocas ideas y poco futbol, pero con la actitud innegociable de ir a buscar los partidos. En la primera mitad lo mejor se vio por las bandas. Los tándemes Mercado-Carbonero y Rojas-Vangioni, eran la única forma a través de la cual los locales podían llegar a lastimar. Una muy clarita de Teo que tapó Cambiasso y un remate desviado del volante colombiano podrían haber abierto el resultado a favor de River.

En la segunda parte, tras el ingreso de Ponzio por Mercado que salió por lesión (era uno de los que mejor estaba jugando), los dirigidos por Ramón Díaz se vieron influenciados por el nerviosismo de la gente y mostraron algunas fallas defensivas que podrían haber causado una catástrofe. Porque, si a lo poco que había generado River le sumábamos un gol de All Boys por un error grosero de la defensa, el clima en el estadio se iba a poner bastante complicado.

Sin embargo, River siguió yendo al frente. Una remate desviado de Gutiérrez que salió por arriba del travesaño ni bien comenzó el segundo tiempo, otro de Carbonero muy similar al del primer tiempo, un tiro de afuera del área de Ferreyra que paso muy cerquita y otra del mediocampista cafetero que no pudo concretar tras un tiro de esquina fueron las llegadas a través de la cuales los millonarios podrían haber puesto a River en ventaja.

Pero fue recién a los 36 minutos de la parte final donde llegó el desahogo. Un tiro de esquina desde el sector izquierdo del ataque millonario que Carbonero recibió solo en el área y, tras una serie de rebotes, concretó causando una explosión en todo el monumental. Un grito bien fuerte, un desahogo. El del colombiano, por haber marcado su primer tanto con el manto sagrado. Y el de la gente, porque por fin una vez la suerte parecía estar del lado de River.

De esta manera se volvió al triunfo en el torneo local tras haber empatado con Arsenal en Sarandí con un polémico arbitraje. Esta vez, Silvio Trucco no infirió directamente en el resultado. Pero la predisposicion a inclinar la cancha todo el tiempo a favor de los visitantes fue notoria. Mercado recibió un patadón mientras esperaba la devolución de una pared de Carbonero que debió haber sido sancionado con un penal y Campora, que se cansó de pegar durante todo el partido, debió haber sido expulsado. Y All Boys, mas allá del violento juego brusco mostrado, recibió tan solo dos tarjetas amarillas en todo el encuentro.

Buen primer tiempo de Mercado, buen partido de Carbonero mas allá de alguna mala resolución y buenos pasajes de Rojas y de Teo. No podemos decir lo mismo de Lanzini y de Ledesma, que mostraron un flojo nivel y de quienes se espera muchísimo más que lo que entregaron ayer.

Es demasiado rara  la saña con la que se le exige juego a River desde que llegó Ramón. Con el anterior entrenador, este era uno de los únicos espacios que se rompía la cabeza contra la pared por el paupérrimo juego mostrado por River, mientras todos los grandes medios dedicaban sus líneas y su tiempo a valorar el esfuerzo del DT y la entrega de los jugadores. Es raro, no se puede negar, pero resulta saludable. Porque en River la historia dice que hay que exigir. Hay que exigir ganar, exigir gustar y exigir golear. Aunque hay que hacerlo con cuidado, porque en un semestre muy político para la institución esa exigencia puede interpretarse de varias maneras. Y un River inundado en quejas, en protestas y desunido, a los únicos que les sirve, es a los buitres que siempre revolotean buscando la carroña de donde comer.

El jueves se viene una importantísima definición por la Copa. Donde se definirá si River continua en carrera en el torneo continental, logrando aún una mayor paz que le permita seguir conformando el equipo. O queda afuera, causando un nuevo incendio que va a ser difícil de apagar. La serie está abierta, el equipo ecuatoriano es completamente inferior y así se debe enfrentar la parada. Sabiendo de su superioridad, tirándole toda la historia encima y llevándose por delante al rival.