Finalizados los cónclaves respectivos a cada partido estadounidense, Hillary Clinton y Donald Trump inician la recta final hacia las elecciones presidenciales 2016.
Barack Obama ha manifestado públicamente su apoyo a Hillary vislumbrando una continuidad de su partido, pero… ¿Si no fuese así? Las últimas décadas han repetido un patrón que alterna un gobierno demócrata con uno republicano, excepto por la seguidilla republicana de Ronald Reagan con George H. W. Bush que se dio en la década del ’80.
Si el patrón continuase, tras la reelección de Obama, debería quedarse con el triunfo el partido Republicano con su candidato Donald Trump. ¿Quién es y por qué da tanto que hablar?
Declaraciones tales co
mo llamar “El diablo mismo” a su contrincante Hillary o pedir que saquen un bebé que llora porque le impide concentrarse en su discurso hacen que sea noticia a diario. Aquí lo resumiremos en un empresario estadounidense, mediático, multimillonario, de polémicas declaraciones xenófobas contra los mexicanos y su plan de construir un muro que los divida del vecino país impidiéndole el libre ingreso. Si bien no tiene antecedentes de antaño dentro del partido republicano, Donald logró ser escogido candidato republicano a pesar de ciertas diferencias.
De hecho, un par de meses atrás, dos representantes de ambos partidos visitaron Argentina y hablaron con un diario nacional sobre la importancia del electorado latino, ya que constituyen un 20% de la población y podrían ser determinantes con la elección del nuevo presidente. En dicha entrevista se ve como la representante republicana Adryana Boyne, al ser consultada sobre la construcción del polémico muro, alude a las facultades metafóricas de Donald Trump. Adryana nos estaría subestimando ¿Será porque somos latinos?
En su discurso en Cleveland tras haber obtenido el triunfo dentro del partido, el aspirante a la Casa Blanca sostuvo cada una de sus propuestas con el mismo fervor, dando cuenta que no hubo una profunda negociación con el partido. Reafirmó la idea de que había que revisar los tratados comerciales con China y aseguró que buscaría frenar la inmigración no sólo de los mexicanos, a los que acusó de ser los responsable del crecimiento de la violencia en el país, sino también de todas las personas provenientes de países “comprometidos con el terrorismo”.
¿Qué sucedería si gana Donald Trump?
En principio, llegar a Estados Unidos como inmigrante implicaría someterse a un estricto acatamiento de las leyes actuales de inmigración o a nuevas leyes aún más duras. De más está agregar que los inmigrantes que se encuentran actualmente en el país deberían reacomodar su documentación para evitar ser deportados.
Para los ciudadanos estadounidenses comprar productos de origen mexicano y chino sería más caro a razón de los impuestos que pesarán sobre ellos. Por otro lado, adquirir y portar armas sería igual o más fácil, y por los términos en cómo viene evolucionando la cuestión, deberían aceptar que el dinero de sus impuestos sea invertido en la construcción del gran muro en el sur de la frontera. Ya que, si bien los planes del candidato es que México pague por el muro bajo presión impositiva de Estados Unidos, el presidente de México Enrique Peña declaró a la CNN que: “De ninguna manera México pagaría por un muro como ese”.
Continuando con política exterior, el candidato republicano dijo que continuaría con los lazos establecidos con Cuba pero bajo otras condiciones, se puede asumir que si él ganara, el nuevo tratado se haría con mayores beneficios para Estados Unidos, o al menos esa sería la propuesta de esta parte.
Se reverían los tratados de libre comercio con algunos países de Latinoamérica, que intercambian productos con EEUU sin gravar impuestos. El proteccionismo extremo que según él va a volver a hacer grande a Estados Unidos haría más dificultosa la exportación de productos latinoamericanos hacia allí, empeorando las condiciones del cambio para estas latitudes.
A grandes rasgos, el presidente de una potencia mundial sería un empresario, xenófobo, de escasa o nula experiencia como político, pero que ha encontrado en esto una herramienta de campaña jactándose de provenir de un área distinta, criticando a los políticos y apuntando a todos aquellos sujetos (posibles votantes) que desprecian la clase dirigente; esto suena a cuento conocido para los Argentinos que lo estamos viviendo, y no con demasiada alegría, como profesaban quiénes actualmente nos gobiernan.
Con ideales de derecha y una retórica distinta a la tradicional, el millonario estadounidense ha generado un discurso que da que hablar y que lo ha ayudado a posicionarse, la polémica y sus exabruptos hicieron que el apoyo y las críticas lleguen de lugares inéditos logrando reconocimiento mundial aun sin ser presidente.
Días atrás la famosa serie televisiva Los Simpson, no escapó a la dicotomía política que atraviesa a Estados Unidos y eligieron candidato (o mejor dicho candidata) a presidente, parodiando a los personajes involucrados en las elecciones, entre ellos obviamente también a Donald Trump.
El magnate logró quedarse con las adhesiones de una importante mayoría dentro del partido Republicano (a pesar de que históricamente éstos han defendido el libre comercio, a diferencia del aislacionismo que propone Trump), y peleará en poco más de dos meses por las elecciones presidenciales junto a Hillary Clinton, con quién no dejan de agraviarse en cada discurso de campaña.
En este pequeño artículo hemos intentado hacer un repaso sobre el candidato republicano y sus ideas, veremos que sucede en las urnas y si gana, sin dudas se vendrán grandes cambios para Estados Unidos y el mundo.
Comentarios