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Tan Biónica hizo vibrar Colegiales

Rock ´N Ball estuvo en la última fecha de la gira porteña presentación de Obsesionario. Entra y lee la cobertura junto a las mejores fotos exclusivas.

El reloj marcaba las 21.00, y el Teatro de Colegiales rebalsaba de chicas recién entradas en la pubertad.  Sus gritos reventaron los tímpanos de muchos cuando 21.30 Tan Biónica apareció en escena.  Uno por uno,  Diego Lichtenstein (batería), Sebastián Seoane (guitarra) y “BambiMoreno Charpentier (bajo) subieron al escenario acompañados por los chillidos histéricos, hasta que Chano Moreno Charpentier (voz) apareció y el público enloqueció del todo.

Arrancaron con “Perdida”, uno de los 12 temas de su último disco, Obsesionario, el cual fue producido por Pepe Céspedes de Bersuit Vergarabat y Oski Righi en los estudios Del Cielito. Luego de “Bye bye”, un Chano eufórico saludó al público y agradeció la convocatoria: antes de esta fecha, ya habían agotado dos funciones (20 y 21 de agosto).

Más de uno de los presentes se sorprendieron al oír “Frágil” del EP Wonderful Noches, la lista siguió con “Beautiful”, el segundo corte de su más reciente disco, y luego de “Dominguicidio”, Chano tomó la posta en los teclados para junto a Diego interpretar el clásico de Coldplay “Clocks”, aunque a modo de critica sólo se animaron a los primeros acordes.

El Teatro se llenó de recuerdos y mal de amores cuando interpretaron “Obsesionario en La Mayor”, el tema que Chano compuso luego de un noviazgo fallido, y más de alguna púber dejó escapar una lágrima.

Si bien Tan Biónica es una banda comercial, lo que obviamente requiere de sintetizadores al por mayor a la hora de grabar, el vivo es completamente distinto. Al no tener a disposición toda esa “tecnología”, los muchachos se la rebuscan para sonar tan bien (e incluso mejor), que en cualquier equipo de música.


La banda oriunda de Capital Federal buscó hacer distintas versiones de sus temas bailables, lo cual demostraron con  una muy buena versión en un cuarteto de guitarras de “La ensalada”, y “Mis madrugaditas”.

El primer break de la noche llegó luego de una hora a todo ritmo. Mientras que la banda se reponía y hacía un cambio de vestuario, sonaba lo que es la intro de “El duelo”, último corte de Obsesionario y quizás el más bailable del disco. Las luces violetas y amarillas y el ritmo “techno” incrementaba la euforia del público y convertía al Teatro de Colegiales en un boliche digno de compararse con cualquiera de esos a los que concurren, en palabras rockeras, los caretas.

Otra vez arriba, y sin muchas palabras se sucedieron “Veneno”, “La comunidad”, “Ella” y “Chica biónica”, un bloque para dejar al público más que exhausto y satisfecho. Luego de “Pétalos”, uno a uno los cinco músicos en escena fueron saludando, agradeciendo y abandonando de a poco el escenario para dar lugar a otro break, esta vez más extenso.  La gente se rehusaba a abandonar el Teatro, y se alentaban entre ellos cantando y saltando.

Lunita de Tucumán”, “Yo te espero”, “El color del ayer”, “Tapa de moda” y el hit “Arruinarse” fueron la seguidilla, más que satisfactoria, para finalizar el show y esta mini-gira porteña.

El recital se terminó, suenan los Beatles y nos encontramos a la madre de Chano y de Bambi, y se la ve feliz. No cualquier madre tiene el placer de ver a sus hijos con tanto éxito, siendo tan queridos por el público, y con tantas chicas que quisieran llamarla “suegra”.

Logramos salir del Teatro y, entre tantos vendedores de remeras, pines y demases recuerdos del show, vemos autos de media y alta gama estacionados en doble fila sobre Lacroze. Y claro, las nenas tienen que volver a casa, y qué mejor forma de volver que en el cómodo asiento del auto de papá.

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