Tarde lluviosa en Buenos Aires. Vélez enfrentaba a San Lorenzo en La Bombonera y, el que ganara, sería puntero. Sin embargo, Real Madrid-Barcelona paralizaban el mundo en la final de la Copa del Rey. Pocos presentes en La Bombonera, sin público y con escasos dirigentes, más varios periodistas.
Sin embargo, se ve que a Jorge Amor Ameal no le gusta el fútbol Internacional…El presidente de Boca estuvo en su palco como si el que jugara fuera el Xeneize. Observó atento el choque, pero más observó a Santiago Silva. Así se lo hizo saber a Fernando Raffaini, presidente del Fortín, con quien se cruzó en el entretiempo.
Sin pensar mucho, Ameal disparó: ” Me tenes que vender a Silva, es un
jugador para Boca”. Al pope de Vélez no le gustó nada y así lo hizo saber con su cara. Lo escuchó, pero le cayó muy mal. Señores, no busquen más, estamos ante la novela del invierno.
Dentro del club Xeneize están hiper-convencidos con que el uruguayo es el jugador ideal para suplantar a Martín Palermo y es más: ya hubo sondeos. Aunque lo nieguen, eh. Julio Falcioni lo conoce bien y por más que él lo desmienta Rock ‘N Ball sabe que ya hubo llamados de parte del DT.
¿Y Silva? Así como lo estuvieron Somoza y Erviti, el jugador está muy ilusionado con poder vestir la azul y oro, pero al mismo tiempo es cauto y prefiere patear la pelota afuera “Estoy en un gran club y pasando un gran momento, que mas puedo pedir”, aseguró y completó con un “en Vélez estoy bien”. Ojo, al mismo tiempo sabe que es su
última oportunidad de pasar a un grande de verdad ” Es una gran institución, a
cualquiera le gustaria jugar ahí”, sentenció.
El uruguayo tiene un año más de contrato pero a la mismo tiempo tiene una cláusula de recisión de 3 millones de dólares. En Vélez saben que no va a ser fácil retenerlo, por eso quieren sacar la mayor cantidad de plata posible.
¿La posta? Raffaini quiere 2,5 millones limpios para liberar al delantero. En Boca lo quieren si o sí, por eso Ameal está viendo la forma de juntar la plata y así sí cumplir con el deseo de todos. No hay que olvidar que Boca ya erogó más de 3 palos verdes por Erviti y todavía el volante no los justificó ni de cerca.
Si bien todavia faltan nueve fechas para el cierre de un torneo olvidable, Silva ya se empieza a probar la camistea que dejará vacante el gran goleador del fútbol argentino y de Boca.
Ahí planteado el novelón el tema es, ¿y Viatri? Lucas aguarda, paciente, el retiro de Martín. Lo respeta, pero sabe que sin el nueve es su chance de quedarse con el puesto que ambiciona hace años y por el que, desde hace mucho tiempo, viene trabajando a fuerza de goles.
El delantero está agazapado esperando este momento, el de ser el nueve Xeneize. Silva, si llega, llega para ser titular. ¿Entonces? Los dirigentes Xeneizes confían en que los dos puedan jugar juntos, pero ya saben que no podrán seguir reteniéndolo si traen a otro nueve: si llega una oferta lo dejarán ir.
Es más, Viatri es, siempre, el jugador por el que más ofertas se reciben en las oficinas de Brandsen, pero hasta ahora los dirigentes eran inflexibles: intransferibles. Hace un tiempo Juan Román Riquelme en conferencia tiró que Lucas se cansará de hacer goles en el Villareal. Habrá sido una forma de demostrar su amor por el delantero ¿o tal vez algo que Viatri le contó?.
Está claro que todavía falta mucho, pero en Boca ya piensan en los jugadores que se irán y en los que llegarán. Santiago Silva es número puesto y, seguramente, Viatri emigrará.
El tema es que Boca, una vez más, arriesgará. Se jugará a pelearse con Vélez, seguir castigando su imagen entre sus pares del fútbol argentino que, palabras más, palabras menos, aseguran que el Xeneize “le calienta la cabeza” a sus hombres. Y, además, se expondrá a que Lucas Viatri se transforme en un nuevo caso Boselli. ¿Está Boca para arriesgarse tanto?
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