Ni Boca ni Vélez pensaban llegar a esta altura del semestre sin posibilidades en el Torneo Final y afuera de la Copa Libertadores, pero el presente los encuentra en la misma sintonía e intentando mejorar la imagen en los últimos cuatro encuentros del certamen. Hoy entregaron un interesante partido en la Bombonera, donde el conjunto de Carlos Bianchi fue superior y mereció llevarse una victoria que lo saque del fondo de la tabla. Al final fue 1 a 1, y ambos obtuvieron un punto que no sirve para ninguno.
Sin Juan Román Riquelme, que debió salir de la concentración por una gripe, Boca salió con el mismo mediocampo del fatídico encuentro frente a Newell´s del miércoles pasado, y en el comienzo intento llevarse por delante a Vélez con triangulaciones interesantes entre Sánchez Miño, Erviti y el Burrito Martínez. Pero el buen funcionamiento del Xeneize se vio derribado por un golazo tremendo de Federico Insúa. El Pocho ejecutó un tiro libre con su zurda exquisita y la colocó en el ángulo izquierdo del arco custodiado por Agustín Orión.
A partir de la ventaja en el marcador, creció el conjunto de Ricardo Gareca en el juego con la movilidad de Insúa y pudo aumentar la diferencia con un remate de Lucas Pratto que terminó en las manos de Orión. En el mejor momento de Vélez, llegó la igualdad. Sánchez Miño volvió loco en mitad de cancha a Fabián Cubero, abrió para Clemente que se la cedió a Erviti, y éste lanzó un centro preciso para el cabezazo de manual de Nicolás Blandi.
Para el segundo tiempo, Boca siguió manejando la pelota con un gran nivel de Sánchez Miño en cada intervención, pero los ataques encontraban las manos de Sebastián Sosa. También tuvo sus chances Vélez con algunos contraataques comandados por Insúa, pero también Orión estuvo nuevamente en buen nivel.
Cerca del final, Cubero le dio un codazo tremendo a un Sánchez Miño que lo volvió loco durante todo el partido pero el árbitro Carlos Maglio no lo vio y continuó el juego como si nada. Más tarde, cansado de tantos golpes, el jugador de Boca reaccionó de mala manera ante un agarrón de Lucas Romero y Maglio optó por expulsarlo. No era el final merecido por Sánchez Miño, que hasta ese momento era la figura del encuentro.
Boca mejoró, pero el punto no sirve para que el equipo salga del fondo de la tabla al igual que Vélez. Serán claves estos últimos tres partidos para varios jugadores que buscarán continuar en el próximo semestre. Bianchi sabe que no puede equivocarse con las elecciones, los resultados y la posición de este semestre no puede repetirse.
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