Cuando en el año 2008 y debido a un bajo rendimiento directamente proporcional a su vasta actividad nocturna plagada de excesos, Pep Guardiola, el técnico más ganador de la historia del Barcelona decidió excluirlo del equipo catalán (que luego de su paso por él ganó catorce títulos en cuatro temporadas), Dinho se refugió nada más y nada menos que en el AC Milan. En el equipo rossonero, el crack brasilero volvió a tener un desempeño irregular y poco a poco fue perdiendo el puesto con David Beckham, hasta que finalmente en enero de 2011 tuvo que hacer sus valijas para retornar a su país natal.
Debido a su conducta poco comprometida en su paso por los dos últimos clubes, nadie esperaba mucho del jugador que alguna vez había sido blanco de ovación de la hinchada culé. Pero en su regreso a Brasil la historia fue otra. A pesar de las quejas constantes de los hinchas para con los jugadores y específicamente para con él, Ronaldinho fue figura clave del Flamengo en la temporada 2011, cuando el equipo de Río de Janeiro levantó los Trofeos Río y Guanabra, además de ganar el Campeonato Carioca. Lamentablemente su gran desempeño en el Fla se vio manchado con su polémica salida del club en mayo de 2012, luego de varias ausencias y quejas por faltas de pago.
Fue entonces cuando Dinho desembarcó en el Atlético Mineiro. El club de la ciudad de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, sólo ostenta un Brasileirao, el de 1978 entre sus logros de sus 105 años de historia. Si bien participó en seis ediciones de la Copa Libertadores de América, jamás pudo levantarla. Pero en la presente edición del certamen continental más importante y de la mano de las gambetas y los pases exquisitos del jugador oriundo de las inferiores del Gremio, tiene el orgullo de ser finalista de la Copa. La Copa que todo hincha del Mineiro anhela ganar. La Copa que a Ronaldo de Assis Moreira le falta para ser parte de aquellos pocos jugadores brasileros y argentinos que se dieron el lujo de ganar los dos máximos torneos del continente americano y europeo: La Champions y la Libertadores.
El primero en conseguir el doblete fue el argentino Juan Pablo Sorín, jugador que consiguió ambas copas durante el mismo año. Pese a haber jugado escasos minutos, se convirtió en campeón de la UEFA Champions League en la temporada 95/96 con la Juventus, para luego pasar a River Plate y ganar la Copa Libertadores de América bajo la conducción técnica de Ramón Díaz. Los otros dos argentinos en conseguir la hazaña fueron Walter Samuel y Carlos Tévez. Ambos ganaron la Copa Libertadores durante la época dorada del Boca de Bianchi: el marcador central lo hizo en el año 2000 frente al Palmeiras, mientras que el Apache la pudo levantar en el 2003, luego de vencer al Santos. Después del éxito con el Xeneize, Carlitos se coronó campeón de la Champions League 2006/2007 con el Manchester United, en una final inglesa frente al Chelsea y Samuel hizo lo propio luego en 2009/2010 cuando su equipo, el Inter de Milán, le arrebató la Orejona al Bayern Munich de Louis van Gaal en el Santiago Bernabéu.
Por el lado de Brasil, tres fueron los futbolistas que ostentan las dos copas en sus palmarés. El primero fue el arquero Dida, quien luego de ganar la Libertadores en 1997 con el Cruzeiro, emigró a Europa para ser campeón de la Champions con el AC Milan en dos oportunidades: 2002/2003 y 2006/2007. El ya retirado Roque Júnior fue compañero del actual arquero del Gremio en la edición de la Champions 2002/2003 con el AC Milan, la que levantaron juntos. Pero previo a eso, el defensor ya había levantado la Copa Libertadores 1999 con el Palmeiras. Fue nada menos que Cafú el tercer brasilero que se ubicó en este grupo, cuando luego de ser bicampeón de América en los años 1992 y 1993 con el San Pablo, levantó la Orejona junto a Dida en la temporada 2006/2007 cuando el AC Milan le ganó la final por 2 a 1 al Liverpool de Inglaterra.
Ronaldinho Gaúcho se encuentra consolidado por demás en la historia del fútbol internacional y de eso no quedan dudas. Dinho ya ganó la Champions League 2005/2006 con el Barcelona. Pese a su deslucida actuación y al resultado del encuentro de ida, los 90 minutos que le restan disputar de local frente a Olimpia de Paraguay tendrán para él un sabor especial. Porque es la Copa Libertadores de América. Porque Brasil es sinónimo de Libertadores y Libertadores es sinónimo de Brasil. A Ronaldinho no le queda nada más por demostrar, porque ya les dio todo. De todas maneras Sorín, Samuel, Tévez, Dida, Cafú y Roque Júnior ya le guardaron un lugar. Y lo están esperando.
Comentarios