Por Mauricio Carranza (@mauricarranza)
La Guerra de Vietnam duró más una década y se consideró la primera derrota bélica de Estados Unidos. Los yanquis utilizaron bombardeos masivos, armas químicas y enviaron cientos de miles de soldados; pero el Congreso terminó pidiendo la vuelta de las tropas. Fue un enorme trauma para el país del norte y para su orgullo de potencia.
Los vietnamitas del norte, apoyados por todo el bloque comunista, le brindaron una lucha incansable en su territorio, con sus tácticas y su gente, que terminó con la retirada de las fuerzas yanquis y la desaparición de Vietnam del Sur, que se unificó con el del Norte.
El título puede parecer exagerado, chocante y hasta burdo, pero así se sintió a veces el jugador de River en su visita al estadio de Boca Juniors. Se sintió como EEUU. Porque fue como potencia muchas veces, y se volvió con derrota; porque fue puntero y jugando mejor que todos, y se volvió con cero punto; porque hasta el local le puso suplentes por compromisos coperos, y ni así le arrancó una victoria.
Usó varias tácticas, cambió las estrategias, se fueron soldados de un lado, se retiraron también del otro, pero siempre costaba. Pareciera que preparaban el terreno como el viejo Viet Cong, que se movía por la selva fangosa y por túneles haciéndole lamentable la vida a los soldados yanquis.
Desde 1996 hasta el 2011 se jugaron dieciséis (16) Boca-River en la Bombonera, en los que solamente en dos, el visitante se llevó los tres puntos. Y eso que cambiaron los soldados dentro de la cancha, cambiaron los generales que los dirigían al lado del campo de juego, cambiaba el clima y el contexto, pero casi siempre los locales llevaban la lucha a sus condiciones, y terminaban no solo venciendo a los once que estaban del otro lado, sino también a los millones que miraban desde afuera.
Esta racha tan negativa para River Plate en su visita a Boca Juniors, comienza en 1996 cuando cae goleado 4 a 1 con triplete de Caniggia. El equipo de Ramón Díaz venía de obtener la Copa Libertadores. A los pocos meses, Hugo Guerra, en el momento más importante de su carrera, pone un nucazo a los 90 minutos para ganar 3 a 2.
En 1998 se da un nuevo 3-2 a favor del local, convirtiendo uno de los goles Martín Palermo, eterno verdugo, quien ya le había convertido a River en el torneo anterior en Núñez. Llega el 99 y Boca vence 2 a 1. El segundo gol, otra vez Palermo.
En el año 2000 y luego de cuatro derrotas consecutivas para el visitante, empatan en uno y se reparten los puntos. Guillermo y Cuevas los autores. El 2001 vino con baile incluido; 3 a 0 de Boca y un River que no podía.
La película del 2002 se llamó “Ricardo Rojas”, porque fue protagonista principal del histórico gol con el que River cerró un 3 a 0, logrando una victoria en La Boca después de ocho años.
En el 2003 viene otro empate con mucho sabor a derrota. River vencía a Boca por 2 a 0 y el local termina empatándolo con dos genialidades de Guillermo Barros Schelotto.
El siguiente año se tiñe de rojo y blanco con gol de Fernando Cavenaghi. Ésta sería la última victoria de los Núñez en la Boca. Gran partido del 9. En el 2005, y después de tres clásicos sin ganar, el local vence 2 a 1 con tantos de Guillermo y Delgado. Había empatado Luis González.
En el 2006 parecía que River se llevaba la victoria luego de un golazo de Ernesto Farías hasta que a los 88 minutos Guillermo generó un penal que Palermo cambió por gol. Otro empate sabor derrota. Al otro año, un nuevo empate. Pablo Ledesma abrió el marcado antes del minuto de juego y luego Mauro Rosales selló la igualdad. En el 2008 Boca vuelve a la victoria. Esta vez, 1 a 0 con cabezazo de Sebastian Battaglia.
El 2009 trae empates en uno tanto en la Bombonera como en el Monumental y con los mismos protagonistas: Marcelo Gallardo y Martín Palermo. El clásico del 2010 comenzó un domingo y se suspendió por lluvias, continuándose el jueves siguiente. Ganó Boca 2 a 0 con doblete de Gary Medel.
El último jugado antes del descenso también finalizó por 2 a 0 con un gol en contra de Juan Pablo Carrizo y otro del eterno verdugo Martín Palermo.
Esta última racha negativa viene desde el 16 de mayo del 2004 con el gol del “Torito” y se extiende hasta la fecha. Contempla 7 clásicos, con 4 victorias xeneizes y 3 empates.
Pero no es la más larga de la historia. El record fue a mediados de la década del 50, más precisamente desde diciembre del 55 con victoria millonaria en La Boca por 2 a 1 hasta el siguiente triunfo que recién fue en abril de 1966, por 3 a 1. Fueron 11 años donde hubo 3 encuentros que terminaron en tablas, y 7 victorias para los locales.
El domingo próximo viene una nueva batalla, siempre en tono futbolístico, con dos equipos con más ganas que juego, con más necesidades que sobras, pero obligados a vencer; como sea, atrincherados en su área, atacando por los flancos, o hasta con un golpe de suerte. ¿Será el momento de River de terminar con un campo que le resulta complicado hace tiempo? ¿O será Boca quien persistirá con cambiar de soldados pero mantener casi imbatible su estadio al rival de siempre?
El ganador, plantará la bandera de su equipo en el medio del campo de juego. El perdedor, mirará de cerca, y esperará revancha.
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