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#194GraciasRoman

Nada es casualidad, por eso hoy Juan Román Riquelme alcanzó a Marzolini y se convirtió en el jugador que más veces jugó en La Bombonera con la camiseta de Boca. El tiempo dirá, si su físico lo permite, si será el futbolista que más se ponga la casaca azul y amarilla. Por ahora tiene con que brindar.

El 29 de septiembre no será un día más en el calendario, no pasará desapercibido nunca más por ningún hincha de Boca y el fútbol, porque a las 18.21 Juan Román Riquelme alcanzó a Marzolini y se convirtió en el futbolista que más veces pisó La Bombonera, como bien él dice: “el patio de su casa”.

El 10 de noviembre de 1996, Riquelme debutó en la Primera de Boca, tenía la camiseta número ocho en la espalda y en ese momento la publicidad más importante de Xeneize era Quilmes. Justamente frente al cervecero Román pisará otra vez La Bombonera de manera oficial, son 194 partidos que lo hacen aún más ídolo.

A Riquelme se lo critica y se le buscan manchas por el solo hecho de ser Riquelme, porque con todos los defectos que le buscan y, en muchos casos, le encuentran, el señor es el futbolista que más veces jugó en uno de los diez estadios más preponderantes del mundo, es uno de los diez jugadores que más partidos jugó en Boca y es el máximo goleador de ese equipo en la Copa Libertadores. Riquelme ganó once títulos en uno de los equipos más grandes del mundo y en el 2007, el fútbol le atribuye que consiguió una Copa Libertadores sólo.  A Riquelme se lo critica porque todos quieren volver a ver las pisadas a Makelele contra el Real Madrid en el 2000 y también quieren traer al presente lo que hizo en Villarreal, que por un penal fatídico no lo llevó a la final de la Champions League. “Si no fuera por él no hubiéramos llegado hasta acá”, dijo un rato después Diego Forlán, compañero de Román en ese equipo que hizo historia.

A Riquelme se le exige más que a todos por su apellido, por lo que representa en la historia del fútbol argentino, porque salvo nombres excepciones, no son muchos los que ganaron tres Copas Libertadores con cinco años en Europa en el medio. El mundo le exige a Riquelme porque sabe lo que es capaz de hacer, como el gol que le hizo a Corinthians en mayo en Brasil cuando las apuestas decían que Boca no tenía chances contra el campeón del mundo y con un golazo de Román, no solo que lo dejó afuera de la Copa, sino que también demostró que para el talento ocho meses afuera de las canchas no eran nada. Es verdad que el talento se entrena, pero Riquelme es una excepción a la regla, fue un elegido.

En los Juegos Olímpicos de Beijing en el 2008 Argentina consiguió una Medalla de Oro, allí jugaban todos futbolistas Sub 23 con tres mayores. Riquelme fue el capitán de ese equipo, el abanderado del último logro importante a nivel selecciones. Hace veinte años que el Seleccionado nacional no gana una Copa América, pero la última vez que jugó una final fue en el 2007 y justamente con Román como protagonista principal, fue la figura del equipo en ese torneo.

A Riquelme se le exige y se le va a seguir exigiendo sin importar su edad, por todo lo que hizo y seguirá haciendo. Hoy el mejor jugador de la historia de Boca vuelve a jugar en el patio de su casa como en las otras 193 ocasiones. Hoy Riquelme mirará para atrás y seguramente recordará todo lo que hizo, él sabe que es eterno, que su estatua va a estar siempre en los pasillos de La Bombonera.  Todo lo que ganó Riquelme se lo ganó siendo Riquelme y por eso también es el que más veces jugó en La Bombonera, porque llegó para cambiar el fútbol y también a Boca, los resultados se ven en los últimos quince años.

Twitter: @Ibarraguille