Pablo Aimar fue elegido el mejor jugador del año en la fiesta del 108º aniversario del Benfica, club en el cual juega desde el 2008 y con quien fue campeón de dos Copa de la Liga (2009/2010 ) y de la Primera división de Portugal en el 2010.
El Payaso es el jugador estrella del equipo más importante de Portugal, con quien ganó tres títulos en cuatro años y lleva 21 goles en 168 partidos jugados con la camiseta del equipo más campeón del país con 65 campeonatos en todos los niveles.
El comienzo del Cordobés en el fútbol portugués no había sido bueno, ya que el club estuvo a punto de devolverlo al Zaragoza, debido a su bajo nivel y a sus constantes lesiones, las cuales el club español ocultó en los informes médicos que figuraban en el contrato. El volante volvió a jugar, mejoró su rendimiento y a base de goles y asistencias le cerró la boca a los dirigentes y a la prensa. Más de un Lusitano se terminó de enamorar de Aimar después de que el volante intentara dar un pase de rabona, la cual le salió pero no fue efectiva. El fútbol del Payaso, a su máxima expresión, resurgió en Portugal.
Algunos sólo recuerdan este momento del Barcelona o el Real Madrid de los Galácticos, pero a principios del 2000 el Mago se llevó la Varita Mágica a Valencia, donde firmó por siete temporadas y fue figura entre el 2001 y 2002, cuando el conjunto Ché obtuvo la Liga española y el subcampeonato en la Liga de campeones, además de repetir el título español dos años más tarde y de haber obtenido la Copa UEFA 2003/04 y la Supercopa de Europa un año después. Tan buenos fueron los años Valencianistas que el club llegó a ser el tercer equipo con más hinchas de España, detrás del Real Madrid y Barcelona.
Millones y millones dieron vueltas por él: Valencia le pagó 24 millones de euros a River por el pase del jugador; en el último año de contrato el Zaragoza puso en la mesa 12 millones de euros por el volante, el cual se convirtió en uno de los pases más caros de la historia del club; y en el 2008 el Benfica invirtió 6 millones y medio de euros por Aimar, quien días antes había descendido con el equipo español. A comienzos de esta temporada el nombre del Payaso sonó para volver a River y como incorporación de Belgrano de Córdoba, pero ambos clubes estaban lejos de lo que pretendía el conjunto Lusitano.
A Juan Román Riquelme se lo podrá denominar como el último diez y a Marcelo Bielsa como el último romántico: ambos tienen mucho que ver en la historia futbolística del volante, ya que del jugador de Boca es íntimo amigo y fueron compañeros en la Selección argentina que ganó el Mundial en Malasia en 1997; y el entrenador fue quien lo hizo jugar de titular en una Copa del Mundo, fue en el 2002 ante Suecia. Aimar no tiene nada que envidiarle a ninguno de los dos, ya sea en los apodos o en la manera de mirar y jugar el fútbol. El Payaso también es diferente. Es crack.
“El que más me gusta es Aimar“, dijo Diego Armando Maradona. En ese momento era el diez de River, ya se había consolidado y estaba a la altura del club más ganador de la década del noventa, con trece títulos, de los cuales el Payaso fue protagonista en los Torneos Apertura 1997 y 1999; y la Supercopa sudamericana 1997. En el Clausura 2000 la historia fue otra, obtuvo el bicampeonato con el club que lo vio nacer y fue incluido en el equipo de América por segundo año consecutivo. Despegó a Europa.
Pablo Aimar también fue figura en la Selección argentina, donde fue campeón juvenil y bicampeón sudamericano (1997-1999), además de haber jugado dos Copas del Mundo con la celeste y blanca; además formó parte de los planteles que obtuvieron el segundo lugar en la Copa de las Confederaciones 2005 y en la Copa América 2007. El payaso marcó ocho goles en 41 partidos y fue el elegido de Bielsa en el 2002 para ir a buscar ante Suecia la clasificación a octavos de final, la que finalmente no se consiguió.
Pasaron diez años de esa eliminación mundialista y Argentina sigue sin encontrar un rumbo futbolistico, podrá haber ganado a veces y por momentos haber jugado bien, pero la confusión siempre termina en resultados adversos con equipos sin identidad. A los 32 años el Payaso es figura en Portugal, y más allá de que hoy el técnico de la selección apueste a un esquema sin enganche y con jugadores que busquen el contragolpe; es momento de que Aimar tenga su revancha en la mayor. Por el bien del fútbol. Por el bien de Argentina.
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