Atrás quedó la temporada 2010/11, la cual Diego Milito querrá olvidar rápidamente, porque debido a su bajo rendimiento y a su bajo promedio de gol, el ex jugador de Racing recibió el premio al peor jugador del año en Italia. Hoy la historia es diferente, el gol que le convirtió al Milan le devolvió el principado.
El triunfo de los Nerazurri ante el Rossonero se podría titular como “El retorno del Príncipe”, porque Milito volvió del olvido. Atrás habían quedado sus goles en las definiciones del Inter por la Liga de Campeones, sus menciones especiales, las cuales lo pusieron en la cima del mundo a fines del 2010, cuando fue elegido el futbolista del año por la UEFA, y como el mejor jugador de la Liga Italiana. Todo había quedado en el recuerdo después de recibir el Bidone D´oro, a la decepción de la temporada.
Los números del Milito en el Inter son muy buenos, con 45 goles en 96 partidos. Pero en la tierra del exitismo y el catenaccio, no te dejan pasar ninguna. 7 goles en 27 partidos, en la temporada pasada, eran muy poco con respecto a la era Mourinho, porque allí había marcado 30 en 51 presentaciones, en su primera temporada como jugador de la Gran Culebra.
Milito se acordó de quien supo ser y llegó a su octavo gol en la temporada, quizás, el más importante en un año y medio. El Inter venía lejos, a los tumbos, y tenía que visitar al Milan, en uno de los partidos más importantes de la temporada, porque no solo era el clásico, sino que también el Rossonero iba por la punta. Con el gol del argentino, media ciudad quedó en silencio, desde Silvio Berlusconi, hasta el hincha más intrascendente.
El mejor jugador de la final de la Liga de Campeones 2009/10 volvió a ser tapa de todos los diarios, y no precisamente por algún amorío o por salir a parrandear con jugadores, sino a base de goles importantes. Esos goles que van a quedar en el recuerdo de todos, porque no siempre se gana un clásico, de visitante y llegando de punto. Milito lo hizo.
Se esperan buenos augurios para lo que resta de la temporada, porque el Príncipe salió de la racha negativa, la que de vez en cuando sufren los delanteros, y más si son goleadores. De seguir por este camino, a los hinchas de la Academia se les va a ir borrando la ilusión de volver a tenerlo jugando en el Cilindro el próximo semestre, como se rumoreaba.
Se le volvió a abrir una puerta al delantero de Bernal. De él y de sus goles depende su continuidad en el Inter y su vuelta a la Selección argentina.
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