Independiente le ganó 1-0 a Liga de Quito en Avellaneda pero no le alcanzó para clasificarse a la próxima ronda de la Copa Sudamericana, ya que en el partido de ida que se había jugado en Ecuador había perdido 2-0.
El Rojo jugó uno de sus mejores partido del año, el mejor desde que Ramón Díaz es el técnico, pero sin embargo quedó eliminado de la copa después de haber merecido más de un gol en la noche de Avellaneda.
El campeón estuvo a la altura de un partido de copa, lo jugó como una final, buscó el gol que lo llevara a los penales hasta el último minuto, pero se quedó con la ganas. Los palos, el arquero, la mala puntería, fueron más fuertes.
Leonel Nuñez fue la figura de un equipo que no se conformaba con morir de pie, no solo hizo el gol cuando terminaba el primer tiempo, sino que también fue uno de los que generó que el arquero ecuatoriano Alexander Domínguez sea el jugador más importante de la visita.
Una derrota que da bronca por lo que fue el partido, porque ya no se puede defender la corona de campeón, pero al mismo tiempo demuestra que el cambio de aire le hizo bien a Independiente, porque Ramón Díaz le cambió la mentalidad a este equipo. Primero lo mentalizó para que no pierdan, y ahora para que salgan a ganar. El Rojo tenía que hacer dos goles, hizo uno, pero mereció tres o cuatro.
Lo único que dejó dudas después del partido es la salida de Nuñez, el mejor de la noche, y la entrada de Gino Clara faltando quince minutos. El Gordo, como apodan al delantero, era de lo más claro de Independiente y se fue reemplazado por un lateral. Ramón Díaz apostó a los centros por sobre el juego, si le salía lo iban a aplaudir, pero no le salió.
Una de las apostillas que dejó este encuentro internacional, es el rendimiento de Julián Velázquez, ante la falta de defensores centrales que den seguridad en la Selección argentina, es una gran opción para que el entrenador, Alejandro Sabella, lo sume a la lista de posibles convocados.
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