Chimino. Yo todavía no lo puedo creer, Gimnasia perdió 1-0 contra Ferro con gol de un futbolista que tiene apellido de mono. Juega muy bien, lo volvió loco a Licht, aunque eso no es parámetro, y hoy el Lobo no aulló por culpa de Chimino. Esa es la conclusión final.
En el Bosque, de local, con todos los resultados puestos, el equipo dirigido por Pedro Troglio volvió a ser ese que no te enamora ni un poco. Sin ideas, sin recursos. Por algo es siempre el mismo equipo, siempre los mismos once, mirar el banco de suplentes de Gimnasia es no ver nada. Cuando hay que ir a buscar el partido aparecen siempre los mismos apellidos: Quiroga, Peralta, Acuña y Meza. Al pibe del club se lo banca, los otros tres no tienen nada que ver con este proceso.
El corazón del Lobo esta tarde estuvo en Nacho Fernández, quien juega en una pierna, sin embargo es al único que se le cayó una idea. Poco de Pereyra, inconstante Mussis. Niell no puede hacer nada, si mide un metro y medio y solamente le tiran centros.
Hace rato que Gimnasia bajó su nivel, ya hubo varios partidos para el olvido en este mes, pero el resto sigue jugando para el Lobo. Faltan siete partidos que equivalen a veintiún puntos y el Expreso de Troglio le lleva nueve a Sarmiento, que perdió hoy contra Almirante.
Si todos juegan así, para nosotros, el Lobo asciende, pero volverá más rápido a Primera si Gimnasia juega para Gimnasia, que es su único rival. Hoy a Ferro le alcanzó con patear una vez al arco: Chimino, desvío, gol. Once tipos atrás, siete amonestados, así aguantaron los de Caballito, con el Tata Brown en el banco y sus ganas de volver a ser jugador para rechazar la infinidad de centros que intentó tirar hoy el Lobo.
Todavía recuerdo el partido de la primera rueda contra este mismo equipo en la cancha de Huracán, la crónica de un infiltrado que escribí esa tarde. Gimnasia ganó 1-0 en Parque Patricios y lideraba el Nacional, ya pasaron 19 partidos, esta vez perdimos, pero seguimos por el mismo camino. Esta vez no hubo chori, sí semillitas de girasol.
Estas derrotas duelen y sirven. Nadie le regaló nada a este equipo y tampoco lo van a hacer. Si Gimnasia quiere ascender, tranquilo, sin depender de nadie, va a tener que volver a ser el de los primeros partidos de este año. El que mereció ganar el Junín y ganó en Corrientes, el que hundió a Huracán y le quitó el sueño a Banfield. Gimnasia tiene que volver a ser el que aplastó a Nueva Chicago y paseó a Olimpo en Bahía. Ese es el Gimnasia que se ganó el respeto de todos. Ese Gimnasia queremos ver. El Lobo va a volver, agazapado, con la oreja mojada, rugiendo como en Paraná.
Falta menos, falta poco, faltan siete partidos, que son veintiún puntos. Hay que creer, siempre hay que creer, y yo creo en Gimnasia, en este Gimnasia. Mientras otros se preocupan por ser el centro de la escena con nombres propios, Gimnasia está volviendo a ser, como equipo, como institución, está resurgiendo como el Ave Fénix. Ya falta menos, ya nos vamos a volver a ver.
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