Más visitantes que nunca. El Estadio Ciudad de La Plata queda a un par de cuadras del Juan C. Zerrillo, en La Plata, pero ahí el Lobo no aúlla hace rato y allí volvió a perder. Eduardo Duhalde decía que el Bosque iba a quedar mucho mejor sin las dos canchas de fútbol y empezó a levantar el monumento a la corrupción, ahí Gimnasia no ganó casi nunca, de 175 puntos, obtuvo 82 y perdió 95. A los vecinos les fue un poco mejor.
“No hay nada más triste que un estadio vacío”, dicen algunos. A esos vecinos, que tan bien les fue en su momento, hoy les queda un poco grande el Provincial, en cambio el Lobo, en la B, fue a dar la cara, se volvió a reencontrar con el Elefante Gris y lo tiñó de colores patrios, el azul y el blanco más allá de las estadísticas.
El resultado es lógico, es la crónica de una derrota anunciada. Volvimos a perder contra Defensa y Justicia, el único equipo que nos ganó todos los partidos desde que descendimos. Los señores de verde y amarillo se fueron cantando la marcha peronista, perdimos contra militantes, no contra un equipo de fútbol. Segunda derrota consecutiva, ambas en La Plata.
Como nunca en la historia, Gimnasia empezó a tener suerte, porque Olimpo no gana, Sarmiento tampoco, mucho menos los jujeños, que nos visitan el sábado. Quedan 18 puntos en juego y tenemos que sacar 11 para no depender de nadie. El cuarto y el quinto en la tabla de posiciones tienen que venir a jugar al Bosque. Si no ascendemos, nos tenemos que meter todos en un barco e irnos al Triangulo de las Bermudas. Desaparecer. No volver más. Nos ponemos un turbante y nos vamos a Egipto a andar en camello o a pasear perros en Irlanda.
No imagino a Gimnasia en la B después del 15 de junio. Sí, es verdad, muchos jugadores me tienen cansado con las redes sociales, tipo Pouso, que cada vez corre menos. Se corre por la camiseta, no por la plata. La gloria vale mucho más que cualquier promesa dirigencial. El respeto eterno de miles de personas no tiene precio. Este Gimnasia lleno de pibes me genera orgullo, me dan bronca algunos grandes, los mismos que hablan de fidelidad, tipo Macaluso en su momento, y después se van por la puerta de atrás. Necesitamos unión. Primero asciendan, después reclamen. Qué se quejen los chicos, los grandes para comer tienen.
Ya falta menos. Un mes y medio. Seis semanas. Seis partidos. Dieciocho puntos. Hagan las cuentas que quieran, tarden lo que se les cante un cuerno de cabra, pero asciendan. La Plata necesita un club representativo en Primera. Un club bien platense, no de estudiantes universitarios. Espéranos, nos estamos haciendo rogar, ya llegamos.
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