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Erik Lamela, mucho más que humo

El exjugador de River se convirtió a los 21 años en refuerzo del Tottenham. Nada es casualidad, no por nada Barcelona lo vino a buscar en el 2004 cuando recién era un purrete que la gastaba en las inferiores.

Todo empezó en el 2004, cuando Erik Lamela tenía 12 años y era la esperanza de un semillero que ya no tenía el mismo color que en los noventa. Mientras River era campeón del Clausura, un tal Barcelona, que años después sería considerado uno de los mejores equipos de la historia, puso sus ojos en un pibe que todavía no era conocido, pero que hoy vale 30 millones de euros.

José María Aguilar no está preso, pero tiene una condena social con todos los hinchas de River de por vida, sin embargo él fue el intermediario para que Lamela se quedara en el 2004, cuando los catalanes lo tenían como prioridad para seguir forjando La Masía. El exPresidente Millonario intercedió y convenció a los padres, que después sufrieron cuando Coco se rompió un ligamento con fractura de tibia y desgarro del soleo. Lamela tenía edad de octava y soñaba con ser futbolista, con llegar a Europa, pero River no lo había dejado y el destino le pegó donde más le duele a un pibe que juega a la pelota, en las piernas.

La lesión fue un antes y un después en la vida de quien hoy es jugador del fútbol inglés, porque finalmente cumplió su sueño de llegar a jugar en la Primera de River más allá de la adversidad. A los 19 años Lamela era el jugador diferente, el que todo técnico quisiera tener en su equipo, el mismo jugador por el que Daniel Passarella rechazó una oferta de 12 millones de euros por el cincuenta por ciento del pase. El equipo Millonario no estaba en el mejor momento de su historia, pero desde Europa llamaban Atlético de Madrid y el Milan, todos querían al pibe que Barcelona ya había tanteado en el 2004.

A Lamela le va a quedar una marca para toda la vida, la de irse al descenso con el club de su vida un par de partidos después de haber cumplido su sueño de llegar a Primera. No tuvo tiempo de hacer el duelo, un jugador de su categoría no podía jugar en la Segunda división de Argentina. Lamela encontró el rumbo, se fue a Italia, Roma lo estaba esperando.

Con ocho goles en once partidos empezó su carrera en el fútbol europeo. Sabía que tenía mucho para dar y demostrar, la presión de River no lo dejó ser y en suelo italiano volvió a ser el jugador que los Blaugranas habían venido a ver hace siete años. La prueba estaba superada, demostró que valía los 18 millones de euros que había pagado por él. El zurdo duró dos años en un fútbol táctico como el italiano y su destino terminó siendo inglés con tan solo 21 años.

Lamela se fue a Europa y superó la prueba, demostró que lo que pasó en el 2004 no había sido humo y que su no tan buen rendimiento en River, más allá de se superar la media, era una consecuencia de la edad y la presión del momento. Sin ninguna mochila en la espalda, hoy lo van a disfrutar los hinchas del Tottenham Hotspur.

Twitter: @Ibarraguille