Luego de la pálida imagen mostrada en La Plata, River recibía al Central de Russo en el Monumental con un solo objetivo, ganar. Para sumar los primeros 3 puntos, para continuar con el invicto en condición de local y para darle confianza al equipo, había que ganar como sea, y así se gano. Sin ideas, sin juego asociado, con falencias defensivas preocupantes, pero con la actitud innegociable de ir al frente.
Sin Teófilo Gutiérrez ni Rodrigo Mora, que vieron el partido desde afuera, pero con la presentación de Jonathan Fabbro, el equipo millonario mostró pocas mejorías con respecto al partido anterior. Al ex Cerro Porteño le costó mucho acomodarse en el partido, los primeros minutos se lo vio casi desaparecido. Con el desarrollo del partido fue entrando en confianza pero no logró mostrar ninguna de todas las condiciones por las que se lo trajo, y redondeó lo que hasta entonces era un aceptable debut con una expulsión producto de una patada descalificadora.
Un partido chato, con muy poco fútbol, pero intenso. Con un primer tiempo donde se vio a River volcado de lleno al ataque y a Rosario Central aprovechando esta situacion, los locales llegaban pero sin lastimar y los dirigidos por Russo no podían penetrar a un firme Barovero. En la segunda mitad, hasta que el entrenador millonario no movió el banco, la tendencia fue la misma. Recien con el ingreso de Andrada por el Malevo Ferreyra (de floja actuación) el equipo de Ramón ganó mayor peso en ataque y los canallas lo sintieron, a partir de ahí Central se metió en su campo y no salió mas.
Cuando iban 30 minutos de juego, se dio otro punto de giro en el partido, el ingreso de Ledesma por Gabriel Mercado (se fue insultado por la San Martín). El “Lobo” demostró por qué es el alma de este equipo, ese eje con el cual se equilibran los jugadores, con su ingreso River empezó a mostrar más juego asociado, más tenencia y pausa en el medio campo, que era lo que le estaba faltando. Tres minutos más tarde llegó el gol. Un córner desde la derecha ejecutado por Fabbro que Simeone desvió en el primer palo para que aparezca Federico Andrada (el cambio del DT), y marcara su primer gol oficial en la primera de River. La posterior expulsión del nacionalizado paraguayo obligó a Ramón meter un cambio defensivo para ordenar un poco el equipo. Luego de eso, los locales pusieron el partido en el congelador.
Muchas similitudes podemos encontrar entre este River y el que salió segundo el campeonato pasado. Sobre todo en estas primeras fechas. No hay juego asociado, hay poco peso ofensivo, hay errores defensivos preocupantes, pero como aquél, este equipo va a buscar todos los partidos. Quizás, si hay algo que lo diferencie, es que no ganó la primera fecha, porque en todo lo demás el comienzo del torneo pasado fue igual. Queda mucho por delante, el equipo está en formación y todavía el entrenador no pudo disponer de todas las incorporaciones que pidió. Por eso puede ser apresurado emitir un juicio concreto sobre lo mostrado hasta el momento.
El DT mas ganador de la historia del club volvió a su casa, para devolvernos la alegría, para recuperar nuestra identidad y en ese proceso estamos. Ayer, se vio un Monumental exigente como hace mucho no se lo veía. Donde la misma gente que aplaudió al equipo que perdió contra Atlanta, esa misma gente que aplaudió a los jugadores que perdieron frente a Atlético Tucumán, despidió a este equipo insultando a la dirigencia cuando finalizó la primera parte. Un poco raro el parámetro, pero es para celebrar. Y, a diferencia de otros entrenadores que buscaban excusas y se enfrentaban a las exigencias de la gente, el Riojano acusó “me gusta que la gente exija, porque en River tenés que jugar bien”. Tenemos DT, y es millonario de pura cepa.
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